Aperturar, accesar, todavía no, por favor

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14 de junio de 2020
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12:43 am
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Aperturar, accesar, todavía no, por favor

El “loqueísmo” es un relleno innecesario

Por: José Adán Castelar

Todavía no está claro de dónde rayos salió ese presunto verbo “aperturar”; hay sospechas razonables que fueron los banqueros, ocupados en contar dinero y clientes, que creyeron encontrar un término sugerente y exclusivo, para invitar a algo que ya tiene una voz elegante en buen español: “abra una cuenta”.

De ese sector omnipresente en nuestro mundo, la atrocidad pasó a otros grupos; en los tribunales de justicia comenzaron a “aperturar” expedientes y juicios; en los hospitales aconsejan cuidado a los pacientes para que no se les “aperture” la herida; los comerciantes mencionan jubilosos que “aperturarán” más tiendas; y la alcaldía anuncia contrato para “aperturar” una calle.

Así que el útil sustantivo “apertura” que nos servía para inaugurar cosas, se convirtió en un verbo sin necesidad o, como dice la RAE, no es justificado, porque ya tiene su derivación natural en la palabra “abrir”. El colmo, en internet hay páginas para conjugarlo: infinitivo: aperturar; gerundio: aperturando; participio: aperturado; y de ahí todo lo demás. ¡En serio!

¿Y para qué sirve la buena ortografía si no tenemos agua, hay violencia en las calles, cortes de energía, desempleo, pobreza, desigualdad? Tal vez no sirva para nada, pero hay quienes creen que es un espejo de la cultura y la civilización, y que el descuido de la educación está relacionado con el subdesarrollo.

A mitad de año nos inundan los anuncios para gastar el “catorceavo”, refiriéndose a ese salario extra que en junio cae como agua de mayo. Lo ideal es mencionarlo por el orden, es decir, con números ordinales (decimocuarto), y no como partitivo (catorceavo), que se representa 1/14; si no le dividirán el sueldo en catorce partes y solo tocará un poquito. Aquí sí sería pleito la ortografía.

Ya que todos le entramos a la tecnología, sabemos que muchos términos tuvieron que incorporarse al idioma, porque no existían o servían para otra cosa; pero hay otros que no, aunque empujen, como eso de “accesar”, copiado del inglés “to access”, cuando tenemos la refinada voz en nuestro idioma “acceder”.

Muchas palabras, que resultan chocantes o contradicen la norma, por el uso y la costumbre acaban incorporándose al diccionario, aunque merece la pena recordar que este no hace el idioma, solo recoge los términos, pero junto a otros textos tiene la misión de conservarlo, extenderlo, y que no acabe transformándose, diluyéndose o desapareciendo como otras lenguas.

Es probable que el uso y el abuso acaben adhiriendo al diccionario “aperturar”, que me incomoda hasta escribirlo, o “accesar”, y tantas otras, por ahora barbaridades; como ocurrió con “implementar”, que todavía me resisto a utilizar; o como “ilícito”, que antes fue adjetivo, la figura era “acto ilícito”, pero desde 2001 la Academia lo asumió como sustantivo, así que una persona ahora comete un “ilícito”, así sin más. En ciertas cosas todavía hay que ser conservador.

1. “Muchas palabras, que resultan chocantes o contradicen la norma, por el uso y la costumbre acaban incorporándose al diccionario”.

Fuente: El Heraldo, Tegucigalpa

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