Sufrimiento

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15 de junio de 2020
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12:22 am
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Sufrimiento

Por: Nery Alexis Gaitán

Ya sabemos que el sufrimiento es parte de la endeble condición humana; el dolor acompaña el caminar del hombre, que está condenado a la brevedad de la vida. Con justa razón el poeta, Augusto C. Coello, exclama: “Qué ansias, Dios mío, de ser un fresco y candoroso río/ en ignorada soledad florida; o ser aire, o ser piedra o no ser nada/ y no carne maldita condenada/ a las hambrientas garras de la vida”. Y es que el vivir se torna insoportable, un constante sufrir, cuando en la vida se carece hasta de lo básico para subsistir.

La pobreza abunda en nuestro país. Primero está la pobreza espiritual, que implica un pobre accionar que conduce a no superarse y que inevitablemente desemboca en el fracaso. Y la pobreza material, que impide obtener hasta las cosas más elementales, para vivir una vida que sea aceptable en términos humanos.

Se debate mucho sobre las causas de la pobreza. Por un lado diremos que alguna responsabilidad tienen los pobres, por no tener un impulso tesonero que los lleve a mejorar sus condiciones de vida. Pero, por otro lado, diremos que los responsables de la pobreza de un país son varios actores.

Entre ellos están los políticos corruptos, que robándose los dineros del pueblo, lo han condenado a la miseria. Por eso el sistema de salud está colapsado; la educación pública es mediocre y deficiente; las carreteras están en pésimo estado; el desempleo es cada vez mayor; el agro está en abandono; etc. Las cantidades de dinero que ha recibido el país para el alivio de la pobreza, son cuantiosas, miles de millones que no han llegado a los pobres.

Responsables de la pobreza, por no decir la miseria de nuestro pueblo, son todos los empresarios, banqueros y demás, que sólo trabajan para su propio beneficio, ignorando el bienestar de aquellos que les levantaron sus fortunas, o sea, a los trabajadores.

Se han opuesto a compartir la riqueza social y, además, han explotado y continúan martirizando a los pobres, haciendo cara la vida en todos los aspectos. La riqueza social están tan desbalanceada que sólo son ricos el 5% de la población.

Así que el sufrimiento está a la orden del día; es el menú diario que soporta nuestra gente. El sufrimiento le llega por todos los recovecos de la vida. Hoy tiene preponderancia el coronavirus, que ha paralizado la economía del país.

Sufre nuestro pueblo al morir en una acera frente a un hospital, que no quiso brindarle atención médica. Sufre al ir a los hospitales que ya están colapsados, no sólo por la pandemia, sino desde siempre, y que no haya insumos para atenderlo; no hay medicamentos, no hay oxígeno, ni una simple mascarilla, a veces ni una pastilla para el dolor.

Sufre al ir a los remedos de hospitales, a los inflables, y que solamente vaya a perder el tiempo porque sólo están medio instalados y no hay nada de nada; ahí sólo hay un doctor que no tiene medicamentos para aplicar. Por gracia de Dios, algunos de estos hospitales se han desinflado, están ya abandonados, sin esperanza, como la salud de nuestro pueblo. Y todo esto porque ha habido compras amañadas, medicamentos sobrevalorados, compras ficticias de materiales, etc., etc.

Sufre nuestro pueblo porque es comerciante informal, que vive del día a día, y no puede salir a vender sus productos, o porque la situación está tan difícil que nadie le compra. Sufre nuestro pueblo cuando muere por la pandemia, sin asistencia alguna.

Es urgente que se reactive de una forma correcta la economía. Y que se dé prioridad a los comerciantes informales, que son un gran segmento de la población. Hay hambre en los hogares y el gobierno debe involucrarse en medidas efectivas de alivio social.

¡Dios bendiga a Honduras, ahora y siempre!

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