Resultados diferentes a la pandemia

MA
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16 de junio de 2020
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12:15 am
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Resultados diferentes a la pandemia

Resultados diferentes a la pandemia, Rafael Delgado

La respuesta de los países al COVID-19 ha tenido resultados muy diferentes. Hay países en Asia y Europa que cayeron profundamente en el contagio y con miles de muertes, pero lograron estructurar una respuesta contundente. Hay otros con resultados mixtos y finalmente otros sumidos en una crisis que no parece terminar. La universidad Johns Hopkins con su base de datos que provee información sobre la pandemia, es una herramienta útil para observar esas diferencias en los resultados.

Según este portal, Corea del Sur por ejemplo entró en el ascenso exponencial para mediados de febrero, alcanzando el mayor número de contagios diarios a principios de marzo. Para mediados de ese mes la situación indicaba un número reducido de nuevos contagios en cada día. Nueva Zelanda entró en crisis a mediados de marzo y para mediados de abril ya tenía la situación controlada con pocos nuevos contagios por día. Lo mismo ocurrió en Taiwán que entró y salió de lo peor en un tiempo de aproximadamente cinco semanas.
Italia y España entraron en crisis a principios de marzo. Para abril ya presentaban datos que indicaban una caída constante de los casos. Lo mismo puede decirse de Suiza, Alemania y Francia, entre otros, que, según los datos oficiales recopilados por la universidad de Johns Hopkins, pasaron la curva de contagio. Quizás no hay razón todavía para sacar conclusiones definitivas sobre el éxito o fracaso. Los expertos no descartan otras olas de contagio. Pero, al fin y al cabo, estos países demostraron contundencia y efectividad en sus acciones que se plasmaron en un tránsito de cerca de dos meses por la pandemia.

Resultados diferentes a la pandemia

Estados Unidos muestra un panorama mixto. Algunos estados ya pasaron lo peor como Nueva York y Nueva Jersey. Otros como California, Texas y la Florida todavía no muestran después de dos meses y medio, tendencias claras de haber domado la curva de contagio. América Latina por el contrario levanta solamente alarmas. Las grandes economías como México, Brasil, Chile y Argentina presentan un panorama alarmante que no para desde marzo que inició la pandemia. Centroamérica con su lamentable institucionalidad tanto pública como privada presenta igual situación, quizás con Costa Rica diferenciándose inicialmente, pero enfrentando un rebrote en mayo.

De allí que pensar en incorporarse nuevamente a la normalidad presente diferentes panoramas de país a país. Por un lado, están los que han pasado la primera curva de contagio y que pusieron a prueba sus sistemas e instituciones. Estos han reiniciado sus actividades en mejores condiciones, sabiendo del reducido riesgo de contagio, con un sistema de salud y una institucionalidad que puede responder en una segunda ola. Los de resultados mixtos, se han llevado terribles sorpresas demostrando al mundo que no son tan poderosos como se pensaba y que por muchos años se han alejado de la senda del desarrollo social, ocupados en interminables guerras y descuidando a sus ciudadanos.

Finalmente están los países latinoamericanos que nuevamente demuestran que han trabajado con una agenda económica, política y social que no contempló un fortalecimiento de sus instituciones para responder a la pobreza, el cambio climático, las catástrofes naturales y las crisis sanitarias. Su reinicio a la vida productiva estará lleno de muchos riesgos que incluso no podrán medirse ante la ausencia de un sistema medianamente confiable que indique con datos certeros el contagio, la recuperación y la fatalidad.

Ha habido suficientes avisos en años anteriores para haber recapacitado e iniciado un cambio, pero los mecanismos están atrofiados y los líderes responden a otros incentivos. Crisis sanitarias latentes durante muchos años, sequías prolongadas en diferentes regiones, hambrunas y migración son síntomas de la crisis. Ahora se han escuchado mensajes de una fingida reconversión convocando a construir una Honduras nueva. Lo necesitamos, pero seguramente será con una institucionalidad y un liderazgo completamente diferente sin el lastre de tantos años de corrupción y negligencia.

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