Moncada dice que sugirió la dexametazona que ya usan en Brasil y Bélgica
El científico hondureño, Salvador Moncada, aclaró que no ha propuesto una vacuna contra el COVID-19, sino, sugerir un estudio sobre la sustancia Angiotensina (1-7) para determinar si protege los pulmones del ataque del mortal virus.
Moncada cree que esta sustancia tiene la posibilidad de proteger el endotelio muscular de los pulmones adonde se aloja el virus, vía arterias y vasos sanguíneos, pero aclaró que en Medicina una cosa es decir “yo creo que funciona” y la otra “si funciona”.
En ese sentido, dijo que laboratorios en Brasil y Bélgica, con proveedores estadounidenses, han iniciado los estudios clínicos para confirmar su teoría.
Hasta no tener los resultados, “no voy a decir que funciona”, dijo el científico desde Londres, donde vive, al programa Frente a Frente de la Corporación Televicentro.
Por los momentos, agregó, solo hay dos medicinas que tiene alguna base científica para recuperar a los pacientes con COVID-19: El Remdesivir, un antiviral probado en Estados Unidos y que reduce la estadía de los pacientes en los hospitales y la dexametazona probada en Londres pero que tampoco ha sido confirmada por estudios clínicos, a pesar que la OMS la oficializó para el tratamiento de pacientes con el virus.
“Es todo lo que sabemos positivo, que no sea anecdótico”, dijo el experto al tiempo de afirmar que existen 140 laboratorios en la carrera por descubrir una vacuna, dos de ellos en China en la fase tres; una en Estados Unidos y el Reino Unido en fase dos.
Con respecto al resto de tratamientos que se mencionan para esta enfermedad, Moncada dijo que deben tener base científica que lo respalde, incluyendo los protocolos de MAIZ y Catracho, que usa el gobierno hondureño.
Frente a esto, el experto dijo que la mayoría de los casos de COVID-19 se curan sin tratamiento con un 40 por ciento de las personas sin síntomas, otro tanto con leves y un poquísimo porcentaje necesitará ventilación.
Moncada recalcó no usar indiscriminadamente la dexametosona porque puede producir daños colaterales e incluso la muerte, pero reconoció que es un avance. “Espero que tengan razón, hay que celebrar lo que tenemos, es una buena indicación de que vamos por el camino correcto, y es una dosis pequeña de una medicina barata.
Moncada también reconoció que los países asiáticos han gestionado mejor la crisis del coronavirus pero que en Estados Unidos se salió del control porque el sistema de salud es privado. En América Latina, reconoció el sistema de salud preventivo de Costa Rica en contraste con otras naciones como Brasil donde el coronavirus se ha ensañado con los pobres.
Moncada advirtió que mientras no haya una vacuna existe el riesgo de rebrotes del virus por lo que aconsejó seguir usando las medidas de bioseguridad con el distanciamiento, el uso de la mascarilla y lavarse las manos con agua y jabón.
Aun cuando descubran la vacuna, la misma llegará de último a los países pobres como Honduras, ni tampoco será producida para todo el mundo puesto que ninguna empresa tiene la capacidad de hacerlo en tiempo y ni siquiera existe el suficiente vidrio para las ampoyas, ya que se necesitan por lo menos cinco mil millones de dosis.
En ese sentido, agregó, la vacuna debería ser desarrollada entre varios países y repartida por el mundo libremente por la OMS puesto que no se trata de un negocio sino de salvar vidas humanas.
