Los bancos en esta pandemia

MA
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24 de junio de 2020
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12:27 am
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Los bancos en esta pandemia

Los bancos en esta pandemia. Los bancos en esta pandemia, Rafael Delgado

Las informaciones que llegan del sistema financiero desde hace varios años suenan a que todo marcha muy bien en estas instituciones. De hecho, las mismas instituciones bancarias y la Comisión Nacional de Bancos y Seguros del país han promovido esa idea a través de diversos medios. Si revisamos los informes de los años anteriores, tanto de la institución reguladora como de las instituciones mismas, en ellos se plasman la tendencia principal de algunas variables del negocio financiero como ser los activos, la cartera crediticia, el capital y reservas, utilidades, red de sucursales, innovaciones tecnológicas. Todas las variables indican valores crecientes con respecto a los años anteriores. Solidez y liquidez suficiente pareciera ser algunas de las características del sistema financiero hondureño y en especial de sus bancos comerciales principales.

Entonces se trata de una excelente oportunidad para la economía hondureña y para el mundo entero, contar con un sistema financiero fuerte en medio de una situación claramente desfavorable producido por tres meses de confinamiento y parálisis para la gran mayoría de las empresas. Hasta ahora los mensajes que se escuchan son de alivio ya que contrario a la última recesión global del 2008-2009, esta no ha tenido su origen en el sistema financiero. Como bien se sabe, el sobreendeudamiento, los préstamos hipotecarios y su empaquetamiento en títulos valores de dudosa calidad que se vendieron por todo el mundo, condujo a un contagio que paralizó los mercados financieros. Excelente. ¿Entonces qué esperamos? Allí está en medio de la soledad y la parálisis alguien que tiene el dinero de los ahorrantes, que ha acumulado suficiente patrimonio y que posee los mecanismos para hacer algo trascendental para la recuperación de la economía.

El país en general, sus empresas y los hogares en particular, necesitan hoy en día de un apoyo inteligente y contundente. Los hogares, así como los emprendimientos a pequeña escala se encuentran plagados de compromisos con proveedores a quienes no se les puede pagar ya que la producción y las ventas están en sus niveles más bajos. Muchos ansían desesperadamente una oportunidad para renegociar deudas a plazos más largos, rebajas sustanciales a las tasas de intereses que por años los han debilitado, cancelación de cargos, recargos e intereses moratorios incomprensibles. Otros desean una oportunidad para obtener algún dinero para aventurarse a alguna pequeña inversión, pero que no choque con las interminables condiciones y las exageradas tasas de interés que ahogan a cualquiera.

Definitivamente estamos ante un momento que aún dentro de las enormes dificultades, hay algunas oportunidades que aprovechadas pueden contribuir a una recuperación rápida, superada la crisis sanitaria, el confinamiento y el contagio. La banca está atiborrada de dinero y debe pasar a ofrecer soluciones aceptables para una economía que siempre ha estado en crisis, pero que ahora llega a los extremos que nos acercan a una tragedia sin precedentes.

Hace varias décadas escuchamos cómo el microcrédito en países de Asia producía cambios significativos en muchos emprendedores. Es hora de recoger esas experiencias, salir del negocio tradicional de las tarjetas de crédito, del financiamiento al gasto injustificado del gobierno, del crédito elitista que solamente ve en los amigos oportunidades de negocio, para aventurarse al crédito a los emprendedores que al final resultan mejores pagadores.

No creo que esto sea pedir mucho a instituciones que finalmente son parte integral de nuestra sociedad, son un miembro más de ese entramado de instituciones y empresas que le dan vida a la economía; surgen y crecen gracias a pequeños depósitos de millones de ahorrantes que depositan sus haberes para que alguien se los cuide y los multiplique. Su futuro está finalmente ligado al destino de esos millones de usuarios. Las conexiones y los canales de transmisión son diversos, pero en el largo plazo esa solidez y liquidez bancaria finalmente sucumbe si no es acompañada por bienestar en sus clientes.

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