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Oscar Lanza Rosales
En la primera parte de este artículo, hice un historial de esta institución, desde que se originó en el año 2005, en la administración de la Cuenta del Milenio, al convertirse en el superministerio del gobierno de Honduras en la ejecución de obras de infraestructura y desarrollo rural, y que viene siendo denunciada desde el pasado 3 de abril, principalmente por el CNA y ASJ, por las grandes irregularidades e inconsistencias en las compras y contrataciones de emergencia por el COVID-19, al punto de separar del puesto a su director ejecutivo(DE) la semana anterior.
Los hondureños nos preguntamos: ¿por qué este gran tropiezo de esta institución en plena pandemia?
Yo creo que se ha dado por los grandes desaciertos del actual mandatario, comenzando por su reelección, que le ha creado una gran desconfianza del pueblo a su gobierno.
Pero en el caso específico de Invest-H, enumero los siguientes:
En la organización interna de Invest-H menciona, que su consejo directivo es la máxima autoridad encargada de velar por el cumplimiento de sus responsabilidades, en la correcta implementación de sus proyectos y programas, siendo sus miembros: el secretario de Estado, coordinador general del gobierno, quien presidirá; el secretario de Conducción y Regulación Económica y de manera alterna el secretario de Finanzas; el secretario de Desarrollo Económico; y dos representantes de la sociedad civil (FONAC, CNA, COHEP y FOPRIDEH) sujetos a rotación.
La pregunta: ¿a dónde estaba este consejo directivo en este período de emergencia, en que se ha puesto a prueba la institución? En las instituciones o empresas donde nos ha tocado trabajar, por lo menos la relación entre el Presidente y el DE o gerente es permanente. Es una relación de todos los días. ¿Por qué la presidente de este consejo y que también se desempeña como directora ejecutiva de INJUPEMP, no reaccionó a los desmanes que estaba cometiendo su DE? A pesar de las constantes denuncias de la opinión pública y del CNA, desde principios de abril.
Una respuesta es que la ministra coordinadora está sobrecargada de trabajo, tiene tantas ocupaciones que no puede desempeñar de manera eficiente, ninguna. ¡También cabe la presunción de incapacidad!
Este es un desacierto del actual mandatario, de asignarle dos puestos a una misma persona, como que si no existieran otros profesionales en su partido, que tengan la capacidad para desempeñarlos.
El consejo directivo, y principalmente su presidente, están obligados a rendir cuentas sobre las ineficiencias y despilfarro de recursos que ha mostrado Invest-H en esta emergencia, tomando en cuenta que el DE es un subordinado de este consejo.
Esto como que se va pareciendo al gran fraude que se dio en el IHSS, donde dejaron a Mario Zelaya, para que hiciera y deshiciera, probablemente con unos autores intelectuales que todavía no han aparecido.
Parece que no aprendimos las lecciones del IHSS, sobre todo el COHEP, que las vivió, como que todavía no las ha asimilado.
Creo que los representantes de la sociedad civil deben aprender los principios de la administración empresarial y pública, que cuando a una organización la delegan para que represente los intereses de la sociedad -en un consejo directivo como el de Invest-H- ante las anomalías que se observen, no es cuestión de renunciar a la representación, o volverse el disimulado o cómplice de lo que está sucediendo, sino que hay que quedarse y enfrentar la situación con valentía y profesionalismo. Si no se puede con el sistema, denunciarlo a la opinión pública, como lo ha hecho el CNA, que a pesar que el Congreso Nacional se opuso para que hiciera el papel de veedor de Invest-H, siguió adelante como veedor, para cumplir con los objetivos establecidos en sus estatutos.
Los desaciertos del mandatario nos están pasando la factura. Si tuviera expertos en sus respectivos campos, en los ministerios de Salud, Educación y Finanzas, probablemente estaríamos enfrentando mejor la pandemia. A Rocío Tábora, le tengo aprecio, y sé que es una profesional honrada, pero no está calificada en finanzas públicas, y no tiene el temple para decir no, de un Manuel Acosta Bonilla, Arturo Alvarado y Hugo Noé Pino. Eso que dice la licenciada Tábora, que no participa en los procesos de compra, y que solo le corresponde desembolsar, me parece que esa no es la tarea fundamental de un ministro de Finanzas.
El lema de Invest-H: “Por una Honduras más productiva”, no va con el desempeño que ha mostrado esta institución en esta emergencia. ¡Falta averiguar quiénes son los beneficiarios reales de esta piñata!
