LADAMA regresa con música feminista para estos tiempos

RP
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10 de julio de 2020
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05:24 pm
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LADAMA regresa con música feminista para estos tiempos

El colectivo alternativo LADAMA ahonda en el feminismo y el activismo social en su segundo álbum de estudio, “Oye mujer”.

El disco de 10 cortes, lanzado el viernes bajo el sello independiente Six Degrees Records tras un breve retraso debido a la pandemia, incluye dos temas en inglés, dos en portugués y seis en español, con una combinación de ritmos afrobrasileños y latinoamericanos — del bolero al reggaetón a la arrocha y el merengue — que reflejan el origen multicultural de sus integrantes.

Con títulos como “Nobreza”, “Misterio” e “Inmigrante”, canaliza el empoderamiento femenino ante crisis globales como la destrucción del medio ambiente y las políticas migratorias. Y, para sus integrantes, no podría llegar en un momento más oportuno.

“Nunca nos imaginamos que iba a haber una pandemia y que el disco iba a tener tanto sentido”, dijo la colombiana Daniela Serna (voz/tambor alegre) desde su casa en Bogotá, en una entrevista reciente realizada vía Zoom junto a sus compañeras: la venezolana María “Mafer Bandola” González Olivo (voz/bandola llanera), la brasileña Lara Klaus (voz/batería) y la estadounidense Sara Lucas (voz/guitarra), cada una desde otro rincón del continente.

“Al final el mensaje es: hay una conciencia colectiva en la humanidad que nos atraviesa, pero hay que activarla. Uno no se puede quedar sentado viendo cómo pasa el tren por encima de las otras personas”, añadió Serna.

El álbum le sigue a “LADAMA” de 2017, su disco debut, del que se desprenden temas como “Porro maracatu” y “Agreste”.

“Oye mujer” se grabó antes de la pandemia en Rio de Janeiro, bajo la producción de Kassin (Jorge Ben, Bebel Gilberto, Caetano Veloso). Cuenta con la participación del bajista de Nueva York Pat Swoboda, e invitados como Betsayda Machado y Mesticanto (Venezuela), Spok y Lucas dos Prazeres (Brasil), y Eliot Krimsky (Estados Unidos).

Abre con “Misterio”, una oda a la sexualidad que promueve el amor propio y la satisfacción de la mujer.

“Habla de este punto de empoderamiento que estamos teniendo sobre nuestros cuerpos y cómo esa emancipación se tiene que traducir… a la música y a la industria musical, porque que hablemos de la sexualidad femenina es algo muy común en la industria, pero casi todas las canciones que hablan de nuestros cuerpos nos cosifican y están creadas desde la visión del hombre”, dijo Serna.

También incluye el primer sencillo “Nobreza”, un tema en portugués lanzado el 22 de mayo — con un video animado debido a las restricciones del distanciamiento social — que resalta la alegría del pueblo de Brasil pese a las vicisitudes: “La gente que lucha diariamente para hacer lo suyo pero nunca pierde la fe”, dijo su intérprete y coautora, Klaus.

El tema nació durante una residencia de dos semanas en Massachusetts, donde se reunieron con el solo fin de escribir.

Mafer, quien interpreta el merengue “Inmigrante”, lo destacó como “una reivindicación” de la imagen de la migración compuesta en momentos de tensión en las fronteras de Colombia, Estados Unidos y Brasil.

“Inmigrante, valiente caminante, forzado a aprender sin tiempo en la mano”, dice parte de su coro.

Es la primera canción que interpreta como vocalista principal, animada por sus compañeras. Y también el primer merengue del grupo, que buscó darle un toque original incluyendo clarinete en lugar de trompetas. “Es un juego bien interesante”, dijo la venezolana.

LADAMA nació de la necesidad de inspirar a jóvenes poco privilegiadas. Serna contó que cuando se conocieron en 2014 en un campamento musical, Mafer les habló de las niñas y adolescentes de su barrio que quedaban embarazadas, un problema común en las zonas pobres de Latinoamérica y otras partes del mundo.

“Ella quería proponer algo para contrarrestar eso”, dijo Serna. “Que vernos a nosotras con nuestros instrumentos podría ser un ejemplo de un referente diferente y que ellas dijeran ‘bueno, mi realidad y mi futuro no tiene que ser ser madre, sino que puede ser ser músico y viajar, sola’… Esa fue como la necesidad de que naciera LADAMA”.

Para Lucas, la estadounidense del cuarteto, unirse al colectivo se sintió “muy orgánico” desde el principio. No habla español como las demás, pero comparten el idioma universal de la música.

“Toda nuestra música está muy enraizada en las tradiciones afroindígenas de las Américas y mi experiencia es igual, pues siendo del sur de Estados Unidos, de Saint Louis, crecí con blues y jazz y música góspel y crecí en una tradición oral y de improvisación también”, dijo en inglés. “Así que para mí no es descabellado poder trabajar con personas de otras culturas, aun cuando la música sea un poco diferente”.

Para Mafer, lo importante ha sido mantener un sonido original y orgánico a través de los años.

“Hemos tenido la fortuna de trabajar con colaboradores — en este caso productores, managers, sello disquero, publicistas — que nos han permitido ser”, dijo. “No hemos tenido que a juro encajar en algo (más)”. (AP)

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