El general Cabañas saluda a los Texiguats, desde León, Nicaragua, 1844

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11 de julio de 2020
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12:58 am
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El general Cabañas saluda a los Texiguats, desde León, Nicaragua, 1844

Por: Ismael Zepeda Ordóñez

La insurrección del heroico pueblo de Texiguat entre 1837-1846, contra los gobiernos de Justo Herrera, Francisco Zelaya y Ayes, Francisco Ferrera y Coronado Chávez, no solo fue un conflicto local/nacional, sino que se convirtió en un evento con repercusiones regionales. Los gobiernos de Nicaragua y El Salvador aprovecharon la coyuntura para intervenir en los asuntos internos de Honduras, tratando de derrocar al gobierno de turno e imponer un gobernante afín a sus intereses. Lo cual constituye un modelo de historia conectada. Además, varios caudillos participaron en el alzamiento tanto en apoyo a los Texiguat como en las tropas gubernamentales para sofocar la revuelta. En apoyo a Texiguat señalamos a Trinidad Cabañas, Joaquín Rivera, el irlandés John Galindo; entre los oficiales del gobierno destacamos a Fortunato Ochoa, Trinidad Azero, Francisco Ferrera y Santos Guardiola, entre otros. La crispación del conflicto hizo necesario el auxilio de mediadores para aplacar la situación. El abogado Pedro Pablo Chévez, los presbíteros Juan José Trinidad Reyes y Francisco Márquez desempeñaron un relevante papel en la pacificación. El pueblo de Texiguat liderado por su municipalidad implementó una especie de guerra de guerrillas para enfrentarse a las tropas gubernamentales, teniendo en cuenta la ventaja de lo quebrado del terreno y lo extenso de su geografía. Las muertes provocadas por el cólera morbus y por la guerra, los presos llevados a Tegucigalpa y Omoa, no disminuyeron el ímpetu de su lucha. Durante el siglo 19 no hay un levantamiento militar tan sostenido como el de Texiguat. Los alzamientos de Olancho, 1863 y 1868, son expresión de inconformidad ciudadana pero no tuvo las redes e impacto de la rebelión de Texiguat. En resumen, el conflicto en Texiguat enfrentó dos visiones sobre la gobernanza en Honduras poco después de la separación de la Republica Federal, 5 de noviembre de 1838: una del Estado autoritario y otra de una democracia con participación de los ciudadanos en la búsqueda del bienestar para todos. Testimoniando la participación del General Cabañas Fiallos constatamos un saludo al heroísmo de Texiguat desde León, Nicaragua:
“Sello. Intendencia y Jefatura Política de Tegucigalpa.

Trinidad Cabañas. Soldado de la Patria, a sus compañeros, los Texiguat, Tegucigalpa y demás hondureños. Mis buenos amigos. La disolución del ejército salvadoreño en donde yo servía a la causa de la libertad de mi Patria, y el giro de que los negocios políticos han tomado de algún tiempo a esta, contrario a los principios que profeso, y la opinión claramente expresada de los pueblos de El Salvador nos determinaron a trasladarme a este Estado acompañado de algunos amigos patriotas decididos. Vedme aquí, compañeros, unido a los antiguos y constantes defensores de la Independencia y libertad de la República; dispuesto como siempre a sacrificarme por tantos caros objetos, y resuelto a morir con vosotros y con todo cuanto centroamericano que tenga un corazón para su Patria. Entre tanto, yo os saludo desde esta capital, porque son los mismos que en todo tiempo habéis sabido combatir la tiranía y sus viles opresores, despreciando los peligros en medio de privaciones siempre, y abandonando a la fiereza de vuestros implacables enemigos vuestras familias y hogares a cambio de ser libres. Lo sé ya, aguerridos, estimables amigos, sabedlo y contad para ello con la cooperación de vuestro eterno y vigorosa compañía. León, septiembre 19 de 1844. Trinidad Cabañas.

Es copia fiel. Intendencia Departamental de Tegucigalpa, octubre 8 de 1844. (f) D. Armijo.

Fuente: Paquete de documentos número 9. Año 1844. ANH. Tegucigalpa.

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