Economía popular y vendedores ambulantes

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13 de julio de 2020
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12:02 am
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Economía popular y vendedores ambulantes

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Sin duda alguna, uno de los asuntos sociales más críticos que enfrentamos bajo condiciones de pandemia, es cómo lograr una efectiva estrategia de bioseguridad con los vendedores ambulantes que, constituyen uno de los segmentos de la economía popular, de más alto riesgo de contaminación del virus COVID-19.

No obstante, que existen convenios orientados a atacar la problemática estructural de los vendedores ambulantes y hasta una ley; la realidad de este segmento social es lamentable y queda evidenciada su volatilidad, al no contar con una efectiva estrategia que los proteja a ellos y a sus compradores del ataque pandémico.

Los mercados populares propios de la economía informal, particularmente el de los vendedores ambulantes, constituyen focos de infección debido al alto grado de desorganización, desorden sanitario e inseguridad ciudadana en que se encuentran. Hoy por hoy, por ejemplo, en el caso del Distrito Central, no se ven los resultados positivos de iniciativas tomadas antes de la pandemia, orientadas “a dar respuesta a la problemática planteada por los vendedores ambulante, semi-estacionarios y estacionarios en lo referente a su ordenamiento”.

En la actualidad, ¿hasta qué punto contamos con un registro nacional de vendedores ambulantes de la economía popular? ¿En dónde quedó el compromiso de dotarlos, de condiciones básicas y de espacios dignos, higiénicos y seguros que estén acorde con el tipo de actividades económicas que desarrollan?

El alcalde del Distrito Central dejó de lado, el desarrollo de esfuerzos para lograr el reordenamiento de los mercados vulnerables en la ciudad de Tegucigalpa, y ahora ante la pandemia, vemos con espanto la fuerte amenaza de contagio que evidencian los mercados vulnerables por el amontonamiento de las personas, reflejando la carencia de orden, efectiva bioseguridad y débil seguridad ciudadana. La alcaldía incumplió y el señor alcalde hizo una promesa populista al descuidar o mostrar poca diligencia en su disposición a trabajar conjuntamente con las asociaciones de vendedores para lograr mejores condiciones de trabajo y revisar los estamentos normativos vigentes con el propósito de regular de manera efectiva la economía popular en la ciudad.

Necesitamos una estrategia consensuada para proteger a los vendedores ambulantes y a las personas que acuden a estos mercados vulnerables. El control de los flujos de compradores, la organización de la dinámica de obtención de los abastos, el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y una estrategia de seguridad ciudadana; son las condiciones sin las cuales, no podemos detener el contagio del COVID-19 que generan los mercados vulnerables, particularmente, el de la economía popular en la que los vendedores ambulantes forman el segmento social predominante.

Los vendedores ambulantes han expresado su voluntad para apoyar la aplicación de una estrategia pragmática en los mercados vulnerables porque, ellos están conscientes que, de ese modo, van a lograr una realidad económica con mejores condiciones de trabajo y de vida. Son microempresarios que se encuentran en la economía popular, o también conocida como economía subterránea. Existen los actores claves para lograrlo, tales como: los presidentes del Consejo Nacional de Vendedores de Honduras (CONAVAH), el Sindicato de Vendedores Libres de Honduras (SIVELIH), la Asociación de Vendedores Autónomos de Honduras (AVENAH); la Asociación Nacional de Vendedores de Mercados de Honduras (ASONAVEMH); los vendedores del puente Carías; y la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos de la Economía Informal (CENTAEH-CGT); Federación de Organizaciones de Vendedores de Mercados de Honduras (FOVEMERH). Además, por la Secretaría de Seguridad la Policía Comunitaria; por la Alcaldía Municipal, la Policía Municipal, Justicia Municipal; Salud y el CONADEH.

No son un grupo homogéneo y operan en la vía pública; pueden categorizarse con base al tipo de productos que comercializan, el lugar y los medios que utilizan para vender, así como el estatus de formalidad que tienen. El oficio de vendedor ambulante es una fuente de trabajo primario a tiempo completo o un trabajo secundario a tiempo parcial. Se puede establecer una tipología de vendedores ambulantes según el tipo de productos que venden y la ubicación geográfica donde venden sus productos. También pueden clasificarse de acuerdo al tipo de ingresos de sus negocios: comercio de subsistencia (de supervivencia) y comercio de rentabilidad subterráneo (buscan mayor riqueza con un menor esfuerzo y una clara evasión de las leyes emitidas por el Estado) Miranda y Rizo 2010.

En fin, la economía popular es una economía informal asociada con negocios clandestinos, ilegalidad, pobreza, desempleo o autoempleo, trabajo negro, cuenta propia, autogestión, supervivencia y rebusque (OIT, 2005). Está presente en la vida cotidiana de muchas personas (CESOP, 2005). Gran parte de sus actividades microempresariales no tienen un Registro Único Tributario, son clandestinas (RUT) y no están registrados en la Cámara de Comercio. En otras palabras, carecen de condiciones para una formalización de sus microempresas en un marco legal que determine su territorio.

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