Los teleadictos

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14 de julio de 2020
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12:25 am
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Los teleadictos

Relevo generacional

Miguel Osmundo Mejía Erazo*

Frecuentemente escuchamos el término drogadicción que etimológicamente quiere decir persona que consume cualquier tipo de droga, los adictos son aquellos que tienen una dependencia de algo, sea esta droga o cualquier sustancia. Muy poco se habla de una enfermedad o dependencia que tienen muchos hondureños y millones de seres en el mundo, me refiero a los teleadictos, son aquellas personas adictas a la televisión y hoy en día la Organización Mundial de la Salud considera una enfermedad a los adictos a los celulares, tablet y otras pantallas chicas que usan los niños y adultos para ver películas, videojuegos, pornovideos, etc. En el año 1990 escribí (a máquina porque todavía no tenía computadora) para una radio sobre este tema, después de haber leído el libro ¨Los teleadictos¨ del escritor español José María Rodríguez Méndez, hacía una comparación con aquellos que dependen de una droga y los que dependen de una pantalla de televisión. Este libro fue escrito a finales de los años 70, cuando todavía no había la invasión tecnológica de los modernos teléfonos celulares y otros aparatos con pantalla, incluyendo los relojes inteligentes que permiten ver lo mismo que un celular de última generación.
La moderna comunicación electrónica sin duda alguna ha venido a revolucionar el mundo, los que peinamos canas tenemos que adaptarnos a estas nuevas formas de comunicación o quedamos marginados. Si analizamos bien el término teleadicto, talvez no sea este el calificativo pero tiene mucho de verdad, nos referimos a las personas que dependen de la programación de un canal de televisión especialmente las amas de casa que no pueden perderse un capítulo de su novela o programa favorito, las madres acostumbran a ver televisión durante el día, y por la noche junto a sus hijos, los convierten en otros teleadictos, actualmente vemos niños de dos o tres años con su respectivo celular, desde hace años lo que no puede faltar en una casa es el televisor, y en otros artículos hemos dado las cifras de estudios realizados en los hogares norteamericanos e igual pasa en nuestros países, donde los niños a temprana edad han visto miles de escenas de crímenes, violaciones, muertes, tráfico de drogas y anuncios comerciales, lo menos que les puede pasar a madres e hijos es que a futuro se conviertan en compradores compulsivos, que favorecen a los grandes y pequeños comerciantes.

El teleadicto es como el aficionado al deporte, puede dejar de hacer cualquier cosa pero no dejar de ver o escuchar cuando juega su equipo, con la diferencia que el deporte es sano y un excelente distractivo para la mente sin causar daños psicológicos. El problema es que la pantalla chica es una escuela para los delincuentes, no es de ahora, siempre ha sido así, no olvido cuando visitaba la antigua penitenciaría donde se les permitía un televisor en las celdas, me contaban los mismos reclusos que sus novelas favoritas eran las de violencia, terror o escapes de cárceles porque les servía de aprendizaje, las novelas preferidas de los pandilleros o narcos son las que se pasan tarde de la noche, como ¨El señor de los cielos¨ y otras que son de narcos o de violencia intrafamiliar, de odio, adulterio, robos y tantas escenas que son bien vistas por mentes anormales. No menciono más telenovelas porque gracias a Dios en mi vida nunca he visto una novela.

En los momentos actuales los teleadictos aumentarán porque el televisor y teléfono móvil son nuestros compañeros inseparables, con la nueva tecnología los niños de 2 a 4 años pasan con su celular entretenidos con los videojuegos, dicen que los niños de hoy ¨nacen con el chip incorporado¨, es más, ahora antes de hablar ya pueden usar un celular y los jóvenes ven películas de violencia, pornografía y videos no recomendables en ¨You Tube¨, están más adelantados de lo que pensamos, la tecnología no es mala, puede ser bendición o maldición, en las escuelas la enseñanza es virtual, tenemos un gobierno virtual, la pandemia nos ha alejado entre las personas, enfriando nuestros sentimientos y nos está llevando a depender de un mundo virtual sin poder dar la mano y abrazarnos como hermanos. Desde 1990 pedí al entonces presidente Rafael Leonardo Callejas (Q.E.P.D.) nos diera a los hondureños un canal del Estado al servicio de la niñez y juventud, y fue hasta que le hice la misma solicitud al Presidente Manuel Zelaya, quien instaló el Canal 8 como Televisión Nacional de Honduras.

*Profesor y periodista [email protected]

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