EL CONTAGIO Y LAS ALARMAS
ADEMÁS de los remedios que anuncian todos los días dizque para ralentizar los efectos nocivos de la enfermedad en el organismo, ahora se trata de una carrera entre las potencias y sus laboratorios científicos por salir con la primera vacuna efectiva que inmunice contra el coronavirus. Así como hubo uno que ganó la carrera espacial aterrizando los primeros astronautas en la luna, nuevamente el mundo en vilo, a la expectativa de cuál sale adelante en esta competencia. Rusia anunció los ensayos clínicos en seres humanos de una vacuna, realizados por el Ministerio de Defensa y un centro de investigación en epidemiología y microbiología. En occidente, la vacuna experimental m73RNA-12 contra el coronavirus desarrollada por el Instituto Nacional de la Salud de EE. UU. (NIH, por sus siglas en inglés) y la empresa Moderna, fortalece el sistema inmune, según un informe publicado en la revista New England Journal of Medicine.
Sin embargo, el virus chino –como le clavó POTUS– aparte de letal es resistente. No es seguro que los contagiados queden inmunizados, después de recuperarse de la enfermedad. Igual con las vacunas. “El principio de las vacunas –sostienen los expertos– está basado en la capacidad del sistema inmunológico para generar anticuerpos contra los virus, es decir, sustancias para combatir las infecciones. Algunos anticuerpos pueden durar años, pero otros pueden tener una existencia más corta”. La comunidad médica “apenas tiene indicios primarios del tipo de respuesta inmunológica que el COVID-19 genera en los sobrevivientes”. “Está descubriendo que la inmunidad al coronavirus puede durar solo unos cuantos meses después de enfermarse”. “Una investigación publicada por la revista Nature Medicine observó que los anticuerpos neutralizantes de muchos pacientes recuperados de la infección por SARS-CoV2 comienzan a disminuir dentro de los dos o tres meses posteriores”. “En comparación, otros coronavirus como los causantes del SARS y el MERS 2002-2003, duran más de un año”. “Los investigadores de la Universidad de Medicina de Chonging, en China, observaron las muestras de 285 pacientes para encontrar que la concentración más alta de anticuerpos ocurre entre 17 y 19 días después del inicio de los síntomas, pero van disminuyendo en las siguientes tres semanas”. “Además, quienes presentan síntomas más severos desarrollan también mayor cantidad de anticuerpos, a diferencia de quienes cursan una enfermedad leve”.
Otra investigación realizada en Reino Unido sugiere “que las respuestas de anticuerpos pueden comenzar a disminuir entre 20 y 30 días después de presentar síntomas de COVID-19, y llegar a un nivel más bajo 60 días después”. Los entendidos ilustran: “Podemos volver a infectarnos con el paso del tiempo y los brotes pueden adoptar la estacionalidad”. “Con los resultados más graves, a veces fatales, del SARS-CoV2, esto es realmente preocupante”. Las características que debe tener una vacuna contra el COVID-19: “Las vacunas en desarrollo necesitarán generar una protección más fuerte y duradera en comparación con la infección natural, o pueden necesitar administrarse regularmente”. La conclusión es alarmante: “No podemos permitirnos simplemente esperar vacunas o medicamentos y debemos hacer todo lo posible para eliminar el virus utilizando enfoques no farmacéuticos; el costo para la vida ya es demasiado alto”. Así las cosas, ni con vacuna hay seguridad que no habrá contagio colectivo. Sobrada razón tenían los mayas. Sobre los ciclos de inicio y final de las civilizaciones. El AC y el DC. Antes del coronavirus y después del coronavirus. La vida, en la nueva normalidad, será distinta.
