Quisiera

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20 de julio de 2020
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12:18 am
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Quisiera

Por: Otto Martín Wolf

Cuántos sueños quedaron atrapados en esa palabra?

Olvidados, extraviados en un simple quisiera?

Quisiera tener cuatro años de nuevo para encaramarme en la cama de mi madre y disfrutar de esos brazos gordos, gruesos, llenos de dulzura.

Quisiera volver a escuchar los cuentos tontos y bellos que me repetía llenos de amor una y otra vez.

O aquellos chistes infantiles -los mismos siempre- con los que siempre me hacía reír.

Juguetear por los amplios jardines cuando eran tiempos de bonanza o el pequeño ático donde se amontonaban camas, libros, ropas y hermanos, cuando no lo eran.

Quisiera revivir la infancia, jugar -y pelear- de nuevo con todos ellos.

Quisiera tener la capacidad de volver a esos tiempos con lo que conozco ahora de la vida y revivir esos juegos y esos pleitos.

Quisiera haber sabido en ese momento lo maravillosos que eran y, también, que nunca jamás volverían, los hubiera disfrutado tanto!

Quisiera estar junto a mis hermanos, los que ya partieron y aquellos que nunca veo por pereza o distancia.
Quisiera regresar a la niñez y enderezar el camino, encontrar la ruta que no supe hallar.

Quisiera ver de nuevo aquellos compañeros de juego y dizque de estudios, reír con ellos, gozar las travesuras y hasta el terror al correr delante del gordiflón policía que nos sacaba carrera tratando de que no volviéramos a tocar el timbre de esa casa, terminando siempre con la paciencia de desconocidos.

Quisiera regresar a la niñez y enderezar el camino, encontrar la ruta que no supe hallar.

Huyendo y riendo a la vez, en una mezcla de diversión y miedo, eso quisiera.

Me perdí en el camino? No supe encontrar la ruta?

Pero sí he tenido éxito casi en todo, me digo a veces; pero siento que quizá debí haber caminado por otros senderos.

Quisiera haberme rebelado más y soñado más.

Mi adolescencia debió haber sido más rebelde, más soñadora; quizá así hubiera producido un adulto más dispuesto a cambiar el mundo o morir en el intento.

Entré en la vida tomando las cosas a destajo, sin llegar nunca a ser el hombre que soñé, caminé por la ruta más suave y el sendero menos complicado.

Y puedo decir que las cosas me vinieron fácil, todo.

Jamás enfrenté una lucha a muerte, excepto con mis pensamientos y sueños.

Me hice solo o me deshice solo?

Quisiera haber comprendido a tiempo que el camino de las cosas complicadas y las simples eran igual de difíciles y, también, valiosos.

Quisiera emprender cada día sabiendo todo lo que mañana sabré y disfrutar de todas las cosas que, también mañana, quizá desearé haber disfrutado más.

Quisiera.

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