¡El mejor homenaje al personal de salud!

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22 de julio de 2020
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12:56 am
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¡El mejor homenaje al personal de salud!

por Oscar Lanza Rosales
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Ocho mil millones de habitantes de todo el globo terráqueo estamos librando una guerra total, contra el covid-19, sin perspectivas en los próximos meses de vencerlo, porque no tenemos ni los tratamientos óptimos para curarnos de la enfermedad, y tampoco la vacuna. Pero en este proceso, que no sabemos, cuándo va a terminar, hay algo que todo el mundo reconoce, los máximos esfuerzos que está realizando el personal de salud que está en el frente de batalla, por salvar vidas -dígase médicos, profesionales de enfermería, personal auxiliar y de limpieza- en jornadas de trabajo extenuantes, con grandes sacrificios y altos riesgos, por el nivel de contagio y letalidad del virus.

Cientos de miembros del personal de salud, de los diferentes países han fallecido -incluido Honduras- a causa de este virus. Personas que antes de la pandemia estaban sanos, y que nunca se les cruzó por sus mentes, que por esta peste, sus vidas iban a sucumbir. Además de estos riesgos, el personal de salud, encima de trabajar muchas jornadas agotadoras hasta el cansancio, también han tenido que aislarse de su familia para no contagiarlos. Muchos se han privado de ver a sus hijos y cónyuges, por semanas enteras.
Por estos riesgos, sacrificios, trabajo intenso, el mundo entero está enviando -aunque sea de lejitos- saludos cariñosos de admiración y gratitud a todo este personal, y a otras personas, que por sus ocupaciones, se exponen a contagiarse con el virus.

Las manifestaciones son múltiples. Desde cosas sencillas como hacen los belgas, con una toalla o manta blanca en las ventanas de sus casas, hasta rótulos gigantes en los más importantes monumentos del mundo, como el Cristo Redentor de Río de Janeiro, con el letrero Abrigado (Gracias) y la Catedral Nacional de Washington, iluminada en azul con las palabras “Gracias trabajadores de la salud”.
Hasta una cuadrilla de aviones de combate de Estados Unidos, les ha rendido tributo. Los pintores y cantores, no se han quedado atrás -también en Honduras- desde los más humildes, hasta los más famosos como Banksy de Inglaterra.

Todo el mundo está de pie, aplaudiéndolos y elogiándolos, desde los balcones, calles, monumentos, a los “héroes involuntarios”.
En una ceremonia en España, en memoria de las víctimas de la pandemia, presidida por el rey Felipe VI, la enfermera Aroa López Martín, jefa de Urgencias del hospital Vall d’Hebrón, ha conmovido al mundo con su discurso al decir:

“No olvidemos nunca la lección aprendida”. Los profesionales de la salud “nos hemos tenido que tragar las lágrimas cuando un paciente nos dice: No me dejes morir solo”. Agregando que “quienes estaban detrás de los trajes de protección, no eran héroes, eran personas, que hemos vivido situaciones que te dañan el alma”. “Ha sido muy duro, nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre y la presión de tener que aprender y decidir sobre la marcha”. Los sanitarios nos hemos alejado de nuestras familias para evitar contagiarlas; nos marchamos del hospital con “todas esas emociones” a cuestas y luego regresamos “desde la soledad y el agotamiento” pero, eso sí, dispuestos a “transmitir fuerzas y ánimo a los enfermos más allá de nuestros miedos”.

Y López Martin también ha lanzado un mensaje a los gobiernos. Les ha pedido “que defiendan la sanidad de todos” y “que recuerden que no hay mejor homenaje a quienes nos dejaron, que velar por nuestra salud y garantizar la dignidad de nuestras profesiones”.

En lo personal, creo que el mejor homenaje que le podemos dar al personal de salud, es el compromiso de la población en general de cuidarnos y cumplir al pie de la letra con las regulaciones de bioseguridad, para no enfermarnos y no tener que llegar a los hospitales, y mucho menos a la sala de cuidados intensivos.
Al gobierno, que sea eficaz en la toma de decisiones, y eficiente en la construcción de la infraestructura adecuada y en la logística de suministro de equipos e insumos médicos, y de los equipos de protección para el personal de salud. Que no despilfarren ni se roben los presupuestos de salud. Ajustar los presupuestos de la nación a la realidad y se bajen los sueldos de los altos funcionarios, a unos cinco salarios mínimos. Y tampoco olviden a nuestros connacionales de La Mosquitia. Y a los políticos que dejen de hacer política con la pandemia, y mucho menos gastando los dineros del pueblo, en propaganda.

¡Ese es el mejor homenaje que le podemos rendir a nuestros héroes de la salud!

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