Semblanza del mar

MA
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4 de agosto de 2020
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12:21 am
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Semblanza del mar

Además de ser un motivo de inspiración para los poetas y los enamorados, por el movimiento cadencioso de sus olas, a lo largo de la historia, el hombre también ha tenido conciencia de la significación política e instrumento de dominación del mar. Desde la antigüedad hace unos dos mil quinientos años, se le atribuye al Arconte ateniense Temístocles haber expresado, que “Quien domina el mar domina todas las cosas”.

Durante la época del imperio romano en que dominaba el comercio en el Mediterráneo y también en el mar Negro, libró grandes batallas con los cartagineses. Roma llamaba al Mediterráneo, el “mare nostrum”.
Después de la paz de Westfalia, 1648, en que emergen los Estados Nación, surgen potencias marítimas que compiten entre sí por dominar los nuevos espacios geográficos descubiertos en el nuevo continente. Según Germán Arciniegas, a partir del siglo XVII, el mar Caribe se convierte en la cancha gallera donde se forman las fuerzas navales de las potencias europeas, entre ellas Inglaterra, España, Francia y Países Bajos, pero al final, resultó ser Inglaterra quizá por su condición insular, el Estado europeo que tuvo mayor consistencia en el desarrollo y perfeccionamiento de su fuerza naval. Así, anecdóticamente, los ingleses afirmaban que “el mar es un espacio de agua que divide a las naciones entre sí, pero que las une todas a Inglaterra”, proclamándose reina de los mares y dominando el comercio mundial.

A comienzos del siglo XX, el almirante estadounidense Alfred T. Mahan, siguiendo las concepciones geopolíticas que surgieron en Suecia y Alemania, (Rudolf Kjellen, Friederich Ratzel, Mackinder) postulaba la importancia estratégica del dominio naval como clave para la dominación mundial al afirmar que “Quien domine el mar domina el comercio mundial; quien domine el comercio mundial domina el mundo. Y, efectivamente, la reina de los mares había dominado el comercio mundial sin mayores desafíos, al menos hasta que enfrenta la guerra de independencia de Estados Unidos y la guerra de 1812. Esas guerras introdujeron fisuras en las convicciones inglesas de dominación naval. En menos de cien años, las 13 colonias independizadas de Estados Unidos se convirtieron en una potencia bioceánica. A partir de allí, bajo la presidencia de Theodore (Teddy) Roosevelt, Estados Unidos comienza a proyectar su potencia militar naval a escala planetaria.

Con el desarrollo de la tecnología, se especula si la aviación militar desplazaría a la fuerza naval y restaría importancia a los océanos. No ocurrió así. Aunque nuevas tecnologías permiten el abastecimiento de combustibles a los aviones militares en pleno vuelo, pudiendo cubrir distancias más allá de los océanos, no por eso la fuerza naval perdió importancia. Al contrario, los aviones necesitan aterrizar en un espacio seguro, lejos de su patria y al abrigo de los acechos del enemigo, y así surgen los portaviones, junto a las bases militares esparcidas por el mundo.

Los portaviones pueden desplazarse a cualquier parte del mundo con escuadrones de aviones militares capaces de ejecutar misiones de guerra demoledoras y regresar al portaviones.
Cuando surgen los satélites, se pensó en principio que la fuerza naval había llegado a su fin, pero ese pensamiento era ilusorio, porque los satélites desde el espacio observan silenciosamente todos los océanos y las grandes potencias desplazan sus portaviones a las zonas de tensión o de conflicto.

Actualmente, solo Estados Unidos dispone de una fuerza naval capaz de hacer presencia en cualquier escenario de tensión o de conflicto militar. Esa capacidad está en relación directa con su fortaleza económica.
Como resultado del vigor industrial y comercial de la República Popular de China, su fortaleza económica la induce a desarrollar una fuerza naval capaz de proyectar su poderío militar, primero en un escenario regional, pero aspira con el paso del tiempo, afirmar una presencia naval en espacios más amplios.
El problema que debe tenerse en cuenta, es que una fuerza naval eficiente no es solo el resultado de disponer de portaviones; debe ir acompañada de una doctrina, una tradición que se forja a lo largo de muchas décadas y una experiencia de combate.

El actual debilitamiento de la economía de los Estados Unidos debido a la pandemia, podría inducir a adversarios a pensar que sus fuerzas armadas también se han debilitado. Es un factor a tener en cuenta, pero la mayoría de los estudiosos serios de la geopolítica consideran que Estados Unidos continuará siendo la primera potencia militar del mundo por los próximos 80 años.

Biografía del Caribe.
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