Francisco Salvador, hombre de teatro

ZV
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8 de agosto de 2020
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12:55 am
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Francisco Salvador, hombre de teatro

Francisco Salvador con Jorge Fidel Durón y su esposa.

Por: David Aguilar Paredes

Hoy 7 de Julio, es una fecha especial, porque recordamos el natalicio de Francisco Salvador Aguilar-Paz Cerrato. Estuviera cumpliendo sus 86 años de edad. Me acuerdo que su último cumpleaños, se lo celebramos en su casa del Oropel, en Finca San Nicolás, varios miembros de nuestra familia. Mi mamá, papá, hermanos, sobrinos, primos, y demás familiares, le llevamos una espléndida cena, refrescos, bebidas, boquitas y un gran pastel de cumpleaños, para celebrar su natalicio, sus 65 años. El quedó muy sorprendido, agradecido y contento con todos nosotros, y se le notaba en su cara, la gran satisfacción y alegría que sentía en esa tarde y noche del 7 de julio. Lo atendimos muy bien en ese día y lo estuvimos escuchando contar varias de sus historias, experiencias, cuentos y anécdotas de su vida. Sus tiempos en el teatro, comentarios del cine, cuentos de sus muchos viajes e historias de toda la familia Aguilar-Paz y Cerrato y de sus amistades. Estaba tan emocionado, que hasta nos deleitó tocando algunas de sus melodías predilectas, en el piano de su casa. Algunas de sus preferidas canciones, eran: Mack the Knife, La Vie en Rose, Candilejas y Beguin the Beguine. Llego casi la media noche, y no nos quería dejar venir, pues la estaba pasando muy bien con nosotros, y creo que presentía que sería su última celebración y aniversario de vida. Nuestro tío Chico vivió sus últimos años, de una manera muy solitaria, triste, amargado y apartado de muchos de sus seres queridos, familiares, amigos y de la sociedad en general. En lo personal, me acuerdo muy bien de mi tío, en sus mejores y buenos tiempos, cuando era un hombre muy culto, atento, servicial, educado, alegre, inteligente, talentoso, jocoso, bohemio, ocurrente, bondadoso, galán, ameno, sociable, gran platicador, contador de cuentos e historias de muchas cosas, de su juventud, de sus experiencias y aventuras en varias ciudades del mundo. Siempre con una gran sonrisa de actor, en su rostro y riéndose con grandes carcajadas, mientras disfrutaba y gozaba de la vida. En su juventud, fue muy estudioso, inquieto, conocedor e investigador de muchas cosas. Un idealista nato, visionario, revolucionario, emprendedor, aventurero, y con muchas ganas de viajar por todo el mundo, y conocer diferentes ciudades, países, idiomas, culturas, costumbres, teatro, comidas, bebidas y especialmente, gente de todo tipo. Tenía una gran agilidad mental, rápido de pensamiento, muy inteligente, estudiado, minucioso, experimentado, con mucha chispa y muy atento y fijado de todo lo que pasaba a su alrededor. Hablaba 7 idiomas y había leído una gran cantidad de libros, tal vez, más de los 2,500, y visto muchas obras de teatro, películas de muchos temas e idiomas, mexicano, francés, inglés, italiano, español, alemán, japonés, programas de la TV y muchos documentales y noticias de todo el mundo. Cuando lo visitábamos, siempre nos comentaba sobre el cine, opera, teatro y de actrices y actores de sus tiempos y de los actuales. De sus actores preferidos, y como buen conocedor de este octavo arte, de los cuales el admiraba y respetaba más y había visto muchas de sus obras, eran en primer lugar, Charlie Chaplin, Buster Keaton y Mario Moreno Reyes “Cantinflas”, María Félix, Dolores del Río, Pedro Infante, Pedro Armendariz, Greta Garbo, Rita Hayworth, Audrey Hepburn, Ingrid Bergman, Elizabeth Taylor, Marlon Brando, Kirk Douglas, Sidney Poitier, Gregory Peck, James Dean, y de los actuales, le gustaban Antonio Banderas, Raúl Julia, Sonia Braga, Robert de Niro, Al Pacino, Dustin Hoffman, Sharon Stone, Glen Close, Catherine Zeta-Jones, Anthony Hopkins, Michael Douglas y William Hurt. También mencionaba a varios directores de cine, siendo su preferido, Stanley Kubrick, el director de “Odisea del Espacio 2001”, “Spartaco”, y otras obras maestras más. Cuando salieron los aparatos reproductores de películas, el betamax y los VHS, quedó maravillado. Compró uno de estos aparatos y se entretenía mucho en casa y sin salir, viendo varias películas de sus tiempos y de la actualidad. Yo con mucho gusto siempre le llevaba y prestaba varias de estas películas grabadas. Estaba fascinado con esta tecnología moderna. Ahora, estaría encantado con el cable de la TV, Netflix, HBO, Youtube y muchos otros sistemas y programas en la TV, Compus y celulares. Igual, le gustaba ir al cine, varias veces por la semana. Al mismo tiempo, era un gran conocedor de la música clásica, de música en general, de canciones latinoamericanas, italianas, brasileñas, francesas y especialmente, las mexicanas y cubanas. Pasaba escuchando su música por la radio, y en un equipo de sonido que había adquirido. Era un artista nato, estudiado y músico con buen oído. Fue un excelente actor, escritor y director de teatro. Fundador del Teatro Nacional de la Universidad de Honduras. En sus buenos tiempos, fue una persona muy amigable, sociable, bailarín. Conocía y tenía muchas amistades de largos años, desde su infancia y juventud. Conocía a casi todas las personas y familias de Tegucigalpa. Igual, se sabía el árbol genealógico de casi todas las familias conocidas de Tegucigalpa y de otras ciudades de Honduras. Tenía una excelente memoria. Cuando tenía disponibilidad y podía, siempre era muy generoso con miembros de la familia, amigos y muchas otras personas conocidas. Nunca fue una persona materialista, egoísta, envidiosa o acaparadora de objetos materiales, dinero o propiedades. Criticaba, se enojaba y molestaba mucho, con este tipo de personas, mientras él, era muy desprendido de todo lo suyo. Era más Quijote que Sancho Panza. “Comía para vivir, pero no vivía para comer”. Siempre se mantuvo esbelto y delgado. Caminaba mucho, pero se desvelaba casi todas las noches, y no era muy madrugador. Acostumbrado a la vida nocturna de los artistas, bohemios y de la farándula. Trabajaba más por las noches, inspirado en el silencio y la soledad, para poder escribir, pensar y concentrarse mejor. Le gustaba comprar y regalarle a cada persona, algo de su gusto y sabiendo que les gustarían sus regalos. Me acuerdo muy bien, que siendo mi padrino y a mis 10 años de edad, me regalo el libro de Miguel Cervantes y Saavedra, “El Quijote de la Mancha”, con la dedicatoria que decía, “Mi Querido Sobrino y Ahijado, David Enrique, ya es tiempo que empieces a leer grandes obras literarias de grandes escritores, y esta es una de las más grandes e importantes. Aprenderás mucho de la vida leyéndola”. 26 julio de 1969. Después a mis once años de edad, me regaló mi primer reloj, el cual me lo trajo de Guatemala, y era muy moderno y de chavo, de color azul, con un medio brazalete de cuero, al estilo de los tiempos de los 70s. También, mientras estuvo en recuperación, después de una operación delicada, de un disco de la espina dorsal, de su espalda, acá en nuestra casa de la Col. El Prado, en 1971, por un tiempo de más de 2 meses, nos introdujo y dio clases todas las noches, del francés, a mis hermanos: Claudia, Jorge y a mí. Aprendimos mucho de este idioma, pues era un excelente profesor y en esos tiempos tenía mucha paciencia, sabiduría de idiomas y docencia, y le sobraba el tiempo. Era un intelectual profundo, de avanzada y que pienso fue, desaprovechado en nuestra querida Honduras. Y que, tal vez, debió de haber vivido y trabajado, más tiempo en otro país más culto. Uno de sus últimos escritos, fue “La Historia del Teatro de Honduras, desde los Mayas hasta la Actualidad”, encargado por la Universidad de Harvard, en Boston, Massachussetts, USA. El cual le agradecieron, reconocieron y fue muy bien remunerado por este trabajo. También mando a editar en 1999, 1,500 ejemplares, del libro de la tesis de graduación como doctor en Farmacia, de su padre, el Dr. Jesús Aguilar Paz, “Fauna Tradicional de Honduras”, de 1937. Nuestro querido tío empezó a descuidar su salud en sus últimos días; adelgazó bastante, no se alimentaba correctamente, y se distanció mucho de casi todos nosotros, y no lo mirábamos, aunque tuviera su casa cerca de la de mi papa y hermanos, la antigua casa de campo y finca de mi abuelo Jesús Aguilar Paz, de nombre San Nicolás, la cual mi tío la había heredado y allí decidido vivir sus últimos años. Quien lo acompaño, protegió y cuidó siempre, en sus últimos días, fue su, leal y fiel perra, Yuma, de raza Chow Chow con Pastor Alemán. Estuvo a su lado y con él, por más de 7 años.

El sábado 23 de diciembre de 1999, el tío Chico, tenía preparada una gran reunión familiar, para conmemorar el aniversario de bodas de mis abuelos Eva y Jesús, la fecha de natalicio de mi tío Rafael, y empezar a celebrar la Navidad de ese año, en esta su “Casa del Oropel”. Lamentablemente, no se pudo realizar este evento, pues en ese mismo día, por la tarde, se puso enfermó, se cayó, golpeándose su cabeza y perdió el conocimiento, que fue necesario hospitalizarlo en La Policlínica. Estuvo internado en cuidados intensivos por varios días y después fue trasladado el 4 de enero al Hospital del Tórax, donde falleció por causa de una deshidratación y Neumonía, el 12 de enero del 2000, a las 00:12 am. La última vez que platicamos, aunque estaba consciente, fue el 27 de Dic. por la tarde y por la noche. Tenía una barba de más de 5 días. Estaba débil, pero con buen ánimo, sentido del humor, lucido y con la esperanza y fe, de que saldría bien, para poder celebrar el fin del año con nosotros y ver la llegada del nuevo Milenio. Me preguntó que dónde lo pasaríamos, y le conteste que en su casa, en mi casa o posiblemente, en casa de mi papá en Villa Rosen, Finca San Nicolás. Al día siguiente, un 28 de Dic., nos avisaron por la tarde, que se había descompuesto, estaba muy delicado y ya no estaba consciente. Mi Papá y todo el personal del Hospital La Policlínica, se portaron a la altura y siempre estuvieron cuidándolo muy bien; pendientes que no le faltara nada y atendiéndolo en todo aspecto. Igual de bien, lo atendieron y cuidaron en el Hospital del Tórax. A las 5 am del 12 de enero, mi papá pasó por mi casa, para que entre los dos y con la ayuda de 2 enfermeras más del Tórax, recibiéramos el cuerpo sin vida de mi tío. Lo preparamos, vestimos. Lo colocamos en su ataúd, e hicimos todos los preparativos y arreglos necesarios para el funeral del hermano menor de mi papá. Nuestro tío Chico fue velado por su familia y muchas amistades. El 12 de enero del 2000, primero por la mañana, en la iglesia de la Col. Miraflores y después, por la tarde, en el Teatro Nacional Manuel Bonilla, en el centro de Tegucigalpa. Se le hicieron muchos honores y homenajes en el Teatro, de parte de muchos de sus grandes amigos, contemporáneos, de toda su vida, colegas actores y otros artistas. Se le dedicaron poemas, canciones, relatos sobre él, aplausos y llantos. Mis 2 primas Regina María y Roxana, se encargaron de vestirlo y ponerle el traje color rojo vino de su obra Maestra de Teatro, Calígula, el cual había interpretado magistralmente, y también pedido que le pusieran este traje, cuando muriera y lo estuviéramos velando. Se le cumplió su deseo. Se le hizo una misa de Cuerpo Presente en la iglesia del Calvario del Barrio Abajo, donde nuestras Familias acostumbraban asistir a Misa, casi todos los domingos, en los tiempos de antes, por vivir en el Barrio Abajo y muy cerca de esta iglesia. Después fue trasladado al cementerio de Jardines de Paz Suyapa, donde se le dio sepultura y allí descansan sus restos. Lo quisimos mucho. Siempre, lo tendremos presente, lo recordaremos, respetaremos y admiraremos mucho para el resto de nuestras vidas.

Tegucigalpa, 7 de julio del 2020

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