Preguntas que nadie le hace

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11 de agosto de 2020
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12:30 am
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Preguntas que nadie le hace

Código Verde necesitado de pagoHospitales móviles inmóviles

Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo

Para el Presidente nacionalista de Honduras Juan Orlando Hernández Alvarado, esta pandemia de coronavirus COVID-19 que ha puesto de rodillas al mundo con miles de muertos y millones de contagiados, está siendo manejada en Honduras “maravillosamente” bajo su absoluta forma de manejar el combate a través de lo que él llama siempre hoja de ruta y que no es más que lo que a él se le ocurre que es bueno para aplicar, pero que deja mucho que desear con un simple análisis de la realidad, porque sus adláteres siempre le están endulzando el oído con supuestos éxitos y le han creado toda una utopía en su forma de pensar y creer que está haciendo las cosas bien.

Sin embargo, en las bases populares de todo el territorio nacional las cosas no se ven tan maravillosas como en las conferencias virtuales que el mandatario sostiene casi a diario con todos los sectores involucrados con el combate de la pandemia, públicos y privados que participan en mesas sectoriales en defensa de sus intereses y no los del pueblo en general, que es quien pone la mayoría de las muertes que a diario se dan en todos los hospitales, donde todo el que llega a cuidados intensivos es como que haya firmado su sentencia de muerte.
En las conferencias de prensa que rinde el mandatario, de cuando en vez existe una serie de preguntas que los periodistas plantean en sus medios de trabajo: radio, televisión, escrita y virtual, pero que no se atreven hacerlas directamente al mandatario por temor a un regaño y la exclusión del acceso de la fuente que es Casa Presidencial.

Para el caso nadie le ha preguntado si ya conoce el destino de los cinco hospitales móviles que hacen falta que entreguen los proveedores y que se pagaron en efectivo al doble del precio de los mismos.
Tampoco se le pregunta si ya tiene el personal médico, de servicio y administrativo para los dos que ya llegaron a territorio nacional y fueron instalados en los planteles respectivos (San Pedro Sula y Tegucigalpa), y si ya se han hecho gestiones para que la empresa que los proveyó reponga el material usado, vencido y oxidado con que estaban dotados en su interior.

Tampoco se le ha solicitado que aclare por qué se buscó un intermediario para esa millonaria compra hospitalaria, cuando bien se pudo haber hecho gestiones oficiales de gobierno a gobierno, no solo con Turquía sino con otros países del mundo que se especializan también en ese tipo de equipamiento.

Tampoco se le ha preguntado si los “mal nacidos” que se han beneficiado aumentando millonariamente sus ya bastas fortunas vendiendo sobrevalorados equipos biomédicos elementales y medicamentos retrovirales.
Tampoco se le indaga sobre por qué cedió gratuitamente a las empresas Tigo y Claro el manejo del espectro radioeléctrico nacional, las bandas de transmisión celular y todos los aspectos que tienen que ver con telefonía, sin que el Estado obtenga un cinco por ello y los beneficios son multimillonarios para las dos empresas privadas que prácticamente dan el golpe final a la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (HONDUTEL), y la vuelven obsoleta e ineficaz, convirtiendo prácticamente en un elefante blanco a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL).

Tampoco se le ha preguntado al mandatario qué acciones va a tomar contra la empresa Energía Honduras, que a diario joroba al pueblo hondureño con sus improvisaciones, estimaciones y promedios por la no lectura de contadores, lo que hace que los cobros sean tan exorbitantes que muchos usuarios han muerto infartados al ver las cantidades impresas en los recibos mensuales, que nunca faltan aunque los cortes y racionamientos de energía son constantes y por varias horas.

Otra pregunta que no se le hace al mandatario es por qué su gobierno guardó silencio ante un ofrecimiento de la Federación Rusa de un lote de medicamentos retrovirales que se utilizó con éxito en el combate a la pandemia en el territorio soviético y que si bien no es una cura total, atenúa las acciones letales del virus y que complementado con el tratamiento MAIZ y CATRACHO pudo haber dado un resultado excelente en la recuperación de pacientes, bajando el número de muertes que a diario se dan en los hospitales.

Una última pregunta que no se le ha hecho al mandatario es, dónde están los 9 millones de mascarillas que dice que mandó a hacer y que no se sabe cómo se han repartido, ni dónde, y dónde están los trajes biomédicos para el personal de salud, que ya tiene una cuota importante de muertes por falta de protección especial.
Y dónde está el dinero para pagarle a los empleados públicos y emitir los bonos prometidos a diversos sectores.

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