Pandemias amenazan la seguridad humana

ZV
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13 de agosto de 2020
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12:28 am
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Pandemias amenazan la seguridad humana

La necesidad de neutralizar la infodemia

Por: Coronel ® José Antonio Pereira Ortega

La pandemia originada por el coronavirus COVID-19, nos ha situado en una lamentable condición en alza negativa, que incluso amenaza con despersonalizarnos, así por ejemplo alguien en redes comentaba con humor que: “este año 2020 es el año del ratón, porque nos tiene a todos escondidos, salimos solo a buscar comida, almacenamos víveres y cuando vemos personas huimos”. Una adaptación cómica, pero con visión real, nos tiene realmente asustados, sometidos y sumidos en la incertidumbre, sin saber hasta cuándo y hacia dónde nos lleva, como dicen en el pueblo nos tiene ahuevados.

Si bien es cierto que debemos preocuparnos por los difíciles momentos que estamos viviendo, también es cierto que debemos armarnos de valor, paciencia y capacitarnos en un aprendizaje integral y compacto en todos los sectores y actores del escenario nacional, tanto el gobierno como la sociedad civil consciente (no la actual arribista y oportunista), la empresa privada, las ONG, las OPD, y los propios pobladores, todos juntos debemos prepararnos y alcanzar las condiciones que nos permita sobreponernos a esa incertidumbre y a los miedos generados, enfrentarlos con aplomo y sin temores.

Es inevitable ignorar que esta pandemia, ha infligido serios daños en la salud y en lo económico y seguramente continuará con las afectaciones en otros ámbitos como el laboral, el financiero y en lo social, con daños sustanciales a corto y mediano plazo, lo cual obliga a tomar las previsiones que permitan enfrentar los problemas aludidos y las consecuencias a futuro, en especial los relacionados al ámbito de salud, que sin lugar a duda nos inundarán por doquier, si consideramos que a la par del COVID-19, nos acechan el dengue, el zika, el chikungunya y la influenza, un dilema que nos pone en estado de apresto permanente, que necesitará de planes y presupuestos elevados, para enfrentar en primera instancia la emergencia sanitaria eficientemente con mano firme, con decisión y dignidad, juntos todos los hondureños de todas las razas, credos y composición social, como lo he señalado antes “una lucha, un equipo”.

Es imprescindible, darnos cuenta que tenemos que reinventarnos en lo personal en lo colectivo y como país, debemos hacer alianzas que beneficien al país y a las mayorías de la población, construir ambientes de bienestar común con políticas de desarrollo suprapartidarias, sobrepasando la página del populismo y la demagogia, debiendo erradicar ambas del panorama político y social, que no sean más que malos recuerdos y sirvan de aprendizaje ejemplar y continuo.

Por lo anterior, no debe quedar duda alguna, es mandatorio cambiar de actitud, iniciar con el mandamiento divino de amarnos los unos a los otros, sobreponernos al espíritu peleonero en busca de ventajas personales, esas que dinamitan las relaciones de buena fe entre personas, dejar de fomentar la desinformación mediática y de las redes con fines de manipulación política o ideológica, con despropósitos de país.

Toda la exposición anterior, tiene como propósito el forjar conciencia en los que toman decisiones en los niveles de autoridad central y local, que hay que planear y hacer las previsiones para minimizar la afectación de la pandemia en los otros componentes de la seguridad humana, no limitarnos al campo de la seguridad hospitalaria y la higiene, hay que trabajar para atender la seguridad alimentaria, la seguridad social, la seguridad financiera, la seguridad personal, la seguridad y el orden público, reconocer el problema y buscar soluciones colectivas, alejadas del protagonismo personal o de grupos con visos electorales, aceptando una verdad monda y lironda, es que en opiniones de expertos en salud, economía y finanzas, nadie sabe con certeza a dónde nos llevara esta crisis, que ni siquiera se puede dar respuestas a interrogantes básicas como: ¿cuánto durará la pandemia?, ¿cuándo se levantará totalmente la cuarentena?, ¿cómo podremos contener el avance del virus?, ¿cuándo tendremos una vacuna a nuestro alcance?

Lo que se presenta con esta situación, es un entorno complicado en lo social, porque se tiene que convivir y sobrevivir una condición nefasta en el bienestar y en la seguridad humana de los hondureños, toca hacer frente a un combo de virus de la familia de los coronavirus que afectan la salud en diversas afecciones, desde un molesto resfriado común, hasta enfermedades más graves y mortales como el COVID-19.

En conclusión, en Honduras estaremos sometidos por un buen tiempo a las ya conocidas epidemias del dengue, zika y chikungunya, rematados por la pandemia del CoV-2019 más conocido como COVID-19, asumiendo que, en orden de gravedad por la letalidad, debe atenderse primero este último sin descuidar las otras epidemias ya mencionadas. Esto en lo que concierne al problema sanitario, porque también debemos lidiar con los no menos graves problemas sociales derivados de los fenómenos antropogénicos como la delincuencia común y organizada, que se prevé ligero aumento por efecto del desempleo y ausencia de oportunidades para agenciarse fondos de subsistencia en los hondureños.

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