“DEJEN PASAR EL OXÍGENO”

ZV
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22 de agosto de 2020
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12:10 am
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“DEJEN PASAR EL OXÍGENO”

EL CONTAGIO Y LAS ALARMAS

DESGRACIADO lo que ocurre en Bolivia. En medio de la calamidad de la pandemia el pueblo se encuentra atormentado por la crisis política. Muestra de la insensatez de la clase política que no da tregua al país que atienda a sus enfermos. Pero además de hasta dónde llega el interés mezquino de los partidos y sus dirigencias. En dos ocasiones se han pospuesto las elecciones que debieron realizarse a partir que Evo entregó el poder y salió despavorido al exilio. No pudo, como hicieron sus otros socios de la Revolución del Siglo XXI, resistir la embestida popular al fraude electoral. Con que intentaba evitar la segunda vuelta y reelegirse en la primera tanda. Horas después de cerradas las urnas la tendencia indicaba que no alcanzaba la diferencia suficiente para evitar el repechaje. De repente el obediente Tribunal Electoral cortó la transmisión de resultados y la mañana siguiente madrugó –con votos de urnas sacadas de la manga de la camisa– a oficializar el continuismo. Estalló el bochinche callejero. Nadie se tragó el tramposo resultado.

Durante dos semanas no hubo nada que pudiese sofocar las tumultuosas manifestaciones de protesta. El ejército y la policía le solicitaron la renuncia y salió de barajustada. Apareció en México, allá cambiando la narrativa de lo sucedido, asegurando ser víctima de un golpe de Estado. Asumió un gobierno interino comprometido a convocar un nuevo proceso comicial. En eso cayó la pandemia. Los opositores a Evo que en un inicio se hicieron un nudo, con el pasar de los días se han ido desparramando. Hay candidatos presidenciales por cada grupo, incluso la propia presidenta provisional. MAS, el partido de Evo, más compacto, amenaza con regresar, urgido por que se celebren las elecciones aprovechando el desgaste que acarrea un interinato tan largo. Así que se han lanzado a las calles, con los acostumbrados cortes de las vías públicas que comunican centros neurálgicos del país y bloqueo de carreteras. La táctica –ya usada en ocasiones anteriores durante la accidentada historia política boliviana–utilizada por los cocaleros de Evo para desestabilizar gobiernos. Solo que en esta ocasión ello ocurre en medio de una crisis sanitaria. Que requiere de la libre circulación de las personas y del transporte por las carreteras para que los insumos básicos lleguen a centros asistenciales. ¿Algún pesar de los que inducen a este tipo de medidas de presión, cuando las urgencias médicas de los enfermos no entienden motivos subalternos de la politiquería interesada?

Se ha hecho vírico un video grabado por un boliviano de 65 años, minutos antes de fallecer, en la agonía de sus últimos suspiros, angustiado por su evidente dificultad de respiración, solicitando encarecidamente a los manifestantes: “DEJEN PASAR EL OXÍGENO”. “Por favor, les rogaría –expresa el señor mostrando la dolorosa desesperación de sus últimas horas– hagan pasar los carros cisternas con el oxígeno”. “Les pido de todo corazón; no sean malos”. “NO sean tan malditos”. Mario Limachi, falleció en su domicilio en La Paz. Era atendido por la doctora que lo asistía en su casa de habitación quien le ayudó a grabar el mensaje, contentivo de la desgarradora súplica de su paciente. Las últimas manifestaciones de pena del enfermo, sabiéndose desahuciado por la falta de humanidad, con su voz entrecortada, implorando a los protestantes “dejar pasar el oxígeno”, le puso cara a la tragedia, –política y sanitaria– que vive el pueblo boliviano. Las encuestas dan al partido de Evo una ventaja. Arce, su candidato, con 33 puntos apenas aventaja a Meza con 32. Áñez, la transitoria, que en un inicio tuvo impulso, con el desgaste por la prolongada transición y la pandemia, se desinfla a 17 puntos. Camacho no llega a 9 y Tuto Quiroga –otro de los expresidentes que encabezó la MOE en Honduras en el pasado proceso electoral– a 5. Ninguno ganaría en el primer envión. Con la posibilidad que para el bulto, en la segunda vuelta, le echen la vaca a MAS. Esa es la ventana de oportunidad para el académico y periodista que asediado por la crisis renunció al cargo en su gobierno anterior. Aquel escenario lúgubre para los bolivianos posibilitó la llegada de Evo al poder y su casi interminable estadía. Así que, de alinearse los astros, Meza solo tuvo que esperar 14 años para regresar al lugar donde estaba cuando renunció. Temprano todavía para anticipar –a propósito de los chimbos de oxígeno– si esta vez, con aire propio o con tanques de oxígeno.

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