Crisis económica y estabilidad

MA
/
25 de agosto de 2020
/
01:24 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Crisis económica y estabilidad

Crisis económica y estabilidad, Juan Ramón Martínez

Es una verdad del tamaño de un puño. Sin estabilidad política, no podemos reactivar la economía, recuperarnos de los daños de la paralización; y crecer. No solo es cosa de volver a donde estábamos el 13 de marzo, sino que remontar los obstáculos y obtener mejores resultados. Si le hacemos caso a las peticiones de Vásquez Velásquez y Nasralla, que parecen haber entrado en una competencia, por quién hace el mayor ridículo y se comporta más irrespetuoso ante la ley, es seguro que seguiremos precipitándonos en el agujero obscuro de la pobreza. Pero sobre la estabilidad –basada en el respeto a la fragilidad jurídica, que nos guste o no, es la única que tenemos, sin alternativa democrática alguna– requerimos un cambio en el estilo de conducción por parte de JOH; una nueva política económica que atienda los retos que enfrentamos; un acuerdo nacional entre las fuerzas sociales, económicas y políticas, y un nuevo equipo ministerial que, no solo sea expresión de amiguismo generacional, sino que, en su escogencia, prevalezca la competencia.

Pretender derribar al gobierno, es un desatino. Lo que tenemos que hacer es apuntalarlo, para que recobre la confianza mínima. Y pueda concluir el período constitucional. La petición de Vásquez Velásquez, es sediciosa y oportunista. El pueblo, no le perdonará lo que hizo en el 2009, por más, como sabemos, actuó de conformidad a la ley. De modo que, el camino escogido, de distanciarse del gobierno del cual ha sido aliado incondicional, es correcto. Pero hay que hacerlo con elegancia y dignidad. Competir por el ridículo con Nasralla, es inconveniente. Rechazar la corrupción, proponer alternativas, le hará lucir como un hombre de Estado.

Es necesario cambiar el estilo de conducción de JOH. No puede seguir aislándose, atrapado en ese grupito de leales –hasta ahora– cuya competencia está en duda. Y, algunos de ellos, con su honorabilidad, severamente cuestionada. Es necesario, oxigenar el gobierno con nuevas caras, que representen más los intereses de la nación. Un gabinete de concentración nacional, es urgente en este momento. Y en el que, estén representados los grupos más interesados en luchar por una mejor Honduras. E integrado por los más capaces. JOH, tiene que despojarse de su complejo rural que le dificulta trabajar con hombres más inteligentes. López Arellano lo hizo, con buenos resultados. Y Carlos Flores, entregó el manejo operativo del gobierno a Gustavo Alfaro, para dedicarse al ejercicio político, buscando respaldo a su gestión. Algo parecido debe hacer JOH, porque si es autocrítico con su gestión, entenderá que ha perdido mucha confianza, por razones políticas, fallas garrafales de su sistema concentrado de compras y contratos, y por su estilo de aislarse asustado, perdiendo los círculos de cooperación en los que, ha basado la estabilidad de su gobierno cuestionado desde el 2017. Debe entender que la responsabilidad final es, suya. De sus “ministros” en diez años, nadie se acordará.

La política económica, tiene que ser nueva. Basada en el uso de los recursos públicos, reflejados en el presupuesto nacional, y con la finalidad de reactivar las fuerzas privadas. Las recomendaciones de Julio Raudales, en su artículo de LA TRIBUNA del sábado pasado, es una buena lectura para entender qué es lo que tiene que hacer. Destituir a Rocío Tábora, como lo dice Raudales, no es suficiente. Tampoco el nombramiento de Midence, cuyos conocimientos de finanzas, están ausentes –dolorosamente– en sus primeras declaraciones.
Como no es posible que el gobierno lo haga todo, requerimos un esfuerzo de concertación. Los que critican tienen alguna razón y además, voluntad de colaborar. Eso es evidente. Por lo que, hace falta, urgentemente, un pacto social para enfrentar la crisis económica, que no tiene fecha de finalización. El COVID-19 se quedará un tiempo. Tendremos que convivir con él. Pero para ello, necesitamos desentumir los músculos atrofiados de una sociedad culturalmente dañada, porque la crisis moral que atravesamos, es de todos los grupos y de todos los sectores.

Y como resultado de tal acuerdo nacional, integrar un “gabinete de lujo”, con personas probadas y con suficiente compromiso con Honduras. Porque ahora la lealtad no es, con el gobernante –que merece respeto por serlo– sino que, con los objetivos nacionales. Propongo algunos nombres: Gustavo Alfaro, Mayra Falk, Arturo Alvarado, Roger Marín, Olban Valladares, Gabriela Núñez, Julio Raudales, para enfrentar los retos de la reactivación económica.

Noticias Relacionadas: Para que la apertura económica funcione, se debe seguir siendo disciplinados

Crisis económica y estabilidad

Más de Columnistas
Lo Más Visto