La experiencia trasandina (1/2)

OM
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29 de agosto de 2020
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12:02 am
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La experiencia trasandina (1/2)

 

En el segundo semestre del año 1991, en pleno invierno sudamericano, viajé a Chile para emprender estudios en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE, 28 junio-21 diciembre). Desde luego, sobró tiempo para alternar y disfrutar de mi gran pasión por el séptimo arte, por ello, permítaseme compartir las siguientes anécdotas cinematográficas. 1) Recuerdo a Alex Labbé, un jovial y emprendedor empresario dedicado a la distribución de películas provenientes de las casas productoras norteamericanas que luego iban a exhibirse en las salas comerciales del país andino.

 

Alex, era muy amigo de varios catedráticos y autoridades de la ANEPE, y en razón de ello, solía invitarlos cada semana para que vieran en una proyección privada las películas que luego serían del dominio público, por cierto, casi siempre eran filmes de acción policial o detectivesca. Con suma alegría fui invitado a sumarme a este equipo privilegiado, y nos instalábamos en un cómodo minicine que Alex tenía para esa ocasión. Ello, debidamente acompañado de un buen vaso de pisco y Coca-Cola (piscola), servido a nuestra discreción antes y durante la función.

 

Quizá la cinta más emblemática vista en ese entonces –y hoy considerada película de culto- sea “Point Break” (Punto de quiebre), una película estadounidense de 1991, dirigida por Kathryn Bigelow, donde Johnny Utah (Keanu Reeves), es un agente del FBI, que se infiltra en los ambientes del surf para desenmascarar a una banda de atracadores que vive al límite, y es liderada por Bodhi (Patrick Swayze), banda que como sello de identidad, usan caretas de presidentes de los Estados Unidos durante sus golpes, y llegan a ejercer enorme influencia en el joven policía.

 

2) En Viña del Mar y Valparaíso estuve en cuatro oportunidades, en la tercera de estas ocasiones, fui invitado por el Almirante Gastón Arriagada (mi compañero en la ANEPE, pero él en el curso de Alto Mando), que me hizo hospedar en una residencia para miembros de la naval. Este viaje tenía un motivo muy especial, el poder acudir a la inauguración del IV Festival Cinematográfico de Viña del Mar, que se llevó a cabo en el Teatro Municipal, donde le tocó al filme chileno “La frontera”, del debutante Ricardo Larraín, abrir la muestra del certamen.

 

El filme, cuenta la historia de un profesor de Matemáticas (Patricio Contreras), quien durante el período del régimen militar presidido por el general Pinochet, pasa a convertirse en relegado político, con destierro en una aldea remotamente aislada del sur chileno, dotada además, de una belleza paisajística sin igual, donde aprenderá a convivir con los pobladores del lugar, especialmente con Maite (Gloria Laso) con quien vivirá un tórrido y apasionante romance, encontrando así refugio para su soledad.

“La película que discurre entre el drama humano y la tragedia que supone el fenómeno natural de su final, goza además en sus diálogos de importantes pinceladas humorísticas, que rozan lo sardónico por las situaciones esperpénticas que afrontan sus protagonistas, dentro de ambientes hostiles hábilmente retratados por un virtuoso camarógrafo”. 3) El Paseo Huérfanos, junto al Paseo Ahumada, y la Calle Banderas, son el corazón del eje comercial del centro de Santiago. Hablamos de una gran cantidad de tiendas, restaurantes, además de cines y librerías. La calle nace al pie del Cerro Santa Lucía y luego se convierte en paseo peatonal.

 

Entre las películas que pude disfrutar en los cines de esta localidad, recuerdo dos: “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante”, dirigida en 1989 por Peter Greenaway, es una extravagante e impactante película no apta para paladares sensibles, en torno a la comida, el amor y el erotismo. El filme, cuenta la historia de Albert Spica (Michael Gambon), un mafioso que tiene un restaurante de clase alta: “La Holandesa”, dirigido por un chef francés (Richard Bohringer), en el que se reúne habitualmente con sus cómplices y otros maleantes.

 

Spica goza abusando de su poder, maltratando al personal, a sus matones y a veces a los propios clientes. También se deleita humillando a su esposa Giorgina (Helen Mirren). Esta comienza, con la complicidad del chef y los suyos, una relación secreta con un cliente habitual del restaurante (Alan Howard), que es un hombre absolutamente distinto a su odioso marido: calmado, refinado y culto…hasta que la tragedia, les envuelve en un final ciertamente grotesco como inesperado.

 

La otra película es “The Rocketeer”, que pertenece al género de ciencia ficción y aventuras, dirigida por Joe Johnston y basada en el cómic Rocketeer de Dave Stevens. Cuenta la historia de un joven piloto acrobático (Billy Campbell) que descubre un misterioso cohete que le permite volar, y que ante el asedio de quienes desean apoderarse del sofisticado artefacto (léase el FBI, la mafia y los nazis), es auxiliado por la preciosa actriz Jennifer Connelly, que destaca por su belleza y capacidad escénica.

 

Y, 4) Publicaciones: Periódicos y Revistas. “El Mercurio” (Un periódico de gran formato, también denominado formato sábana) y “La Tercera”, eran los diarios que todos los días adquiría en el quiosco más cercano a mi domicilio en la Ave. Bilbao que desemboca con Tobalaba. Ambos rotativos están considerados los de mayor circulación en el país sudamericano. Eventualmente, compraba “Las Últimas Noticias” y los viernes, “La Cuarta”. El formato de estos tres es Tabloide. En el tema de cine, las revistas que solía comprar son: “Enfoque”, “Video para usted”, “La Butaca”, “Errol’s Magazine’s” y “Videograma”, llamada hoy “Cinegrama”. Revista esta última que seguí recibiendo en Honduras por más de 15 años, pues mi amigo y compañero de curso, Hugo Araneda me dispensaba con su suscripción.

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