Las iglesias cristianas, ¿teatro o partido político?

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29 de agosto de 2020
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12:13 am
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Las iglesias cristianas, ¿teatro o partido político?

Por: Mario E. Fumero

Estamos viendo un deterioro en algunas congregaciones cristianas que sinceramente me preocupa. Tal parece que algunos líderes religiosos han perdido la perspectiva evangélica para convertir la Iglesia en un teatro o partido político, olvidando que el objetivo principal del evangelio es predicar a Jesús y ayudar a los necesitados para que encuentren una nueva vida. Hemos olvidado el compromiso social con los más marginados para buscar los esquemas de este mundo.

Estamos viendo cómo las modas y ritmos mundanos invaden las congregaciones. Cómo se montan espectáculos pagados, idénticos a los que el mundo ofrece. A los líderes religiosos no les importa el origen del ritmo, ni su influencia negativa, sino los dividendos que pueden dejar, al cobrar la entrada al concierto casi igual, o más caro que si fuéramos a un teatro. Lo peor es que estos evaden impuestos, derechos de autor y a la larga, muchos de esos ingresos no se saben a dónde van a parar. Los cantantes “cristianos” cobran altas tarifas, con exigencias idénticas a los del mundo, y tampoco pagan impuestos. Ya no hay que ir a una discoteca, muchas congregaciones lo son. En un programa de radio escuché a uno no cristiano, decir que las iglesias están corrompidas al proliferarse ritmos de origen satánico. Nuestro cristianismo está deteriorándose y modernizándose en los aspectos negativos. Las iglesias se están mercantilizando, todo es un negocio, mientras que a nuestro alrededor miles se pierden en miseria, pecado y contaminación.

El otro fenómeno eclesial que vemos actualmente es la tendencia de algunos líderes religiosos en entrometerse en política. Con el cuento de combatir leyes inmorales están buscando ocupar puestos políticos. Un pastor dijo por radio que “debemos preparar a la Iglesia para gobernar este país”, lo que indica que el combate a lo inmoral no es sino una plataforma para buscar protagonismo político, porque en algunos pastores se manifiesta la sed de poder, grandeza y protagonismo. La historia nos demuestra que cuando la Iglesia se involucró en política, terminó corrompiéndose, porque es imposible detener el cumplimiento profético del deterioro mundial previa la venida de Jesús (Mateo Cap. 24), además la política, de forma global, está impregnada de demagogia, mentiras, sobornos, tráfico de influencia y corrupción generalizada, y es difícil cambiar estos parámetros, porque algunos vienen determinados del exterior.

Jesús señaló la separación entre el Estado y la Iglesia cuando exclamo: “Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”. (Lucas 20:25). Además, la Constitución de Honduras determina que solo los laicos pueden aspirar a puesto políticos, por lo que pastores y sacerdotes no pueden ser gobernantes. ¿Podrá un cristiano desde un puesto político detener las imposiciones de los organismos internacionales respecto a leyes y normas anticristianas? La historia reciente revela que un presidente evangélico en Guatemala dejó mal testimonio y su gobierno fue tan corrupto como los demás, a tal grado que fue destituido.

¿Qué deben hacer los líderes cristianos? Orientar a su grey para que analicen a los candidatos a puestos públicos, sin hacer política desde el púlpito. A enseñarles a cumplir los deberes ciudadanos de votar. A combatir las leyes inmorales y denunciar el pecado y la injusticia, venga de donde venga, a sabiendas de que siempre se impondrán. A comprometerse en mejorar su círculo de influencia, principalmente su propia comunidad, no permitiendo las desigual-dades sociales, porque no es justo que unos tengan mucho y otros no tengan nada dentro de la misma Iglesia. (2 Corintio 8:14). A orar por sus gobernantes, sean quien sea. A obedecer todas las leyes, siempre y cuando no atenten contra los valores cristianos de la fe. (Hechos 5:29). A no buscar ganancias deshonestas mediante soborno, influencias políticas o prebendas, explotando la fe o mercantilizándola.
(1 Pedro 5:2).

Es bueno entender que nadie puede cambiar los destinos de la historia, la cual, tristemente, siempre se repite. Solo debemos aprender de ella para no caer en el error, y entender que los acontecimientos actuales están establecidos en la Palabra, incluyendo la actitud de aquellos religiosos que causan escándalos y menoscaban el evangelio, lo cual tristemente nos lleva a la apostasía.

Email: [email protected]
www.contralaapostasia.com

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