Por: Nery Alexis Gaitán
Debemos preguntarnos ¿hacia dónde vamos?, porque la responsabilidad es de todos. Los buenos hondureños, que somos la mayoría, debemos hacernos esta pregunta ante el difícil panorama que se vislumbra en muchos aspectos; porque la búsqueda del bien común es lo que en verdad importa. Asimismo, es urgente que nos cuestionemos ¿qué estamos aportando para el bienestar de nuestras familias, de nuestra sociedad, de la patria que amamos?
Todos, sin importar nuestra posición en la sociedad, a través del trabajo que realizamos, debemos hacer lo correcto y volver sobre el camino del bien, tapizado de honestidad. Se dice que si se quiere cambiar el mundo hay que empezar por arreglar bien la cama al levantarse. O como le digo a mis alumnos, si quieren triunfar, sobresalir, llegar a ser excelentes profesionales y hondureños de bien, deben empezar por hacer, hoy, la tarea que les corresponde de la mejor manera que puedan, ese es el camino del éxito profesional y familiar.
Lo que estamos viendo no es fácil y requiere que pongamos nuestro mejor esfuerzo para salir adelante. La pandemia que nos está azotando no es un juego, como tristemente hemos comprobado, y no podemos seguir siendo irresponsables. Es necesario continuar con las medidas de bioseguridad; que el gobierno nos permita movilizarnos y que se haya empezado a reactivar la economía, no significa que la pandemia ha desaparecido, al día de hoy las estadísticas se mantienen igual, los estragos que está ocasionando el virus continúan.
Razón por la cual, aparte de cuidar nuestras vidas, debemos trabajar por el bien común, es urgente hacerlo. Todos somos una pieza clave para lograr superar esta crisis; sigamos el ejemplo de Taiwán, que ha controlado eficientemente la pandemia registrando solamente siete muertes. Cambiar hábitos de conducta es imprescindible en este momento, por el bien de todos.
Pero nos preocupa que los encargados de guiar al país no muestran la eficiencia requerida. El manejo de la crisis sanitaria se ha visto empañada por innumerables actos de corrupción. Y JOH no da visos de querer poner un alto a los funcionarios que no hacen su trabajo bien; al contrario, parece que la ineficiencia los ha reunido en detrimento del país.
Lo mismo ocurre con los políticos de la oposición quienes, como siempre, enfrascados en sus pugnas internas, no dan visos de que les interese el bienestar común. Andan como perros y gatos por la candidatura presidencial. Y para variar, el Arlequín Empolvado, sin partido alguno por su torpeza, lo que hace es incitar al caos, a la violencia y al irrespeto de la institucionalidad democrática.
Lo mismo ocurre con muchos empresarios que, inundados de mezquindad, están cerrando fuentes de trabajo, despidiendo a sus empleados y de paso negándoles sus derechos laborales. Agravando así la situación económica.
Por eso nos preguntamos, ¿hacia dónde vamos? Tomando en cuenta que lo que prevalece entre los políticos y empresarios pudientes es la obtención de beneficios a costa de los demás. Parece que no les interesa el desarrollo del país y por ende que las grandes mayorías mejoren su calidad de vida. Si en este momento tan difícil que estamos viviendo no se conduelen y actúan a favor del bien común ya no hay cuándo.
Se necesita una reorganización del gobierno, que se nombren personas capaces de realizar un trabajo eficiente, y sobre todo, honesto. La corrupción nos tiene de rodillas, no podemos seguir así.
Es hora de que los funcionarios empiecen a rendir cuentas al pueblo de sus gestiones, las cuales están siendo fuertemente cuestionadas. Y es que la pandemia ha sacado a relucir lo mejor y lo peor de las personas, incluyendo a los funcionarios que son figuras públicas y que están obligados a darnos cuenta de todo lo que hacen.
¡Honduras merece un mejor destino!
