Oscar Lanza Rosales
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El pasado 25 de agosto, los miembros del Grupo Promotor de un Diálogo Fiscal -que viene activando desde 2013- han dado a conocer un comunicado mediante una conferencia virtual, en la que expresan que para salvaguardar la vida de los hondureños de la pandemia y garantizar los medios de subsistencia a empresarios, asalariados, sector informal y ciudadanía en general, plantea a las autoridades, como una necesidad urgente e indispensable, sostener un diálogo honesto y proactivo para un manejo apropiado de las finanzas públicas, para diseñar un Plan Integral de Contingencia que contenga medidas de política, que conduzcan a disminuir el impacto de la actual crisis sanitaria, la pérdida de empleos y el cierre de empresas, así como la situación deficitaria del sector eléctrico.
Recomiendan incluir en este plan, la restructuración del Presupuesto 2020 y una formulación adecuada del Presupuesto 2021. Reestructurar las políticas de ingresos, gastos y endeudamiento público con objetivos de eficiencia y equidad.
Para ello sugieren las medidas siguientes: la revisión y eliminación de exoneraciones; combatir frontalmente la defraudación fiscal; reorientar el gasto público a sectores prioritarios de salud, educación, infraestructura y protección social; negociar el alivio o readecuación de deuda interna y externa; utilizar el financiamiento del Banco Central de Honduras; y realizar auditorías forenses con veeduría social a la ENEE, Coalianza, Invest-H y cualquier otra institución cuestionada, a fin de recobrar la confianza pública en las acciones estatales.
Según este Grupo -integrado por distinguidos y honrados hondureños: Arturo Alvarado, Edwin Araque, Efraín Díaz, Helmis Cárdenas, Hugo Noé, Ismael Zepeda, Jorge Yllescas, Juan Ferrera, Julio Raudales, Liliana Castillo, Rafael Del Cid, Rebeca Santos, Rodulio Perdomo y Sandra Midence- la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19 ha desnudado la debilidad institucional, el deterioro de los servicios públicos y la corrupción en Honduras. Y además ha conducido al desempleo masivo, el abatimiento de patrimonios, y a que un gran porcentaje de la población viva en condiciones precarias. Mientras el gobierno en sus acciones ha mostrado en esta crisis, incoherencia en sus políticas.
El grupo hace un llamado al gobierno a que la actual crisis la trate con seriedad, responsabilidad y participación ciudadana, de forma que los problemas de corto plazo se resuelvan con prontitud, tranquilidad y certidumbre, condiciones necesarias para el buen desempeño de la economía. E invita a la ciudadanía, a renovar su fuerza de voluntad para continuar enfrentando los peligros de la pandemia y mantener una actitud crítica para exigir a las autoridades un comportamiento responsable, a tono con las circunstancias adversas por las que atraviesa el país.
Todo el planteamiento anterior suena hermoso, pero cuando comienza a complicarse este grupo promotor con la manera de actuar del actual gobierno -donde la mula botó a Genaro- es cuando recomienda establecer mecanismos que garanticen el uso eficiente y transparente de los recursos y la rendición de cuentas, con espacios reales de participación ciudadana, que van en contra de todos los componentes de la estrategia del Partido Nacional, para mantenerse en el poder por 50 años, como lo expresó a inicio de su primer período de gobierno, el Presidente Hernández.
Las intenciones de este grupo son patrióticas, pero no van en consonancia con el sentir y pensar de los dirigentes del partido de gobierno.
A este partido no le interesa resolver los problemas de los hondureños, ni de los pobres. La eficiencia y la transparencia, no están en su idioma. Más bien ha fomentado las redes de corrupción en el gobierno, y por eso todos hemos sido testigos de los casos sonados del IHSS, de los despachos de las primeras damas, Hondutel, ENEE, Invest-H, Secretaría de Salud, Instituto de la Propiedad, entre otros. El despilfarro de recursos ha estado a la orden del día, solo es cuestión de visitar la página web de la Secretaría de Desarrollo de Inclusión Social (SEDIS), donde aparecen las centenares de fundaciones integradas por el clientelismo de los nacionalistas, para realizar funciones partidarias, con centenares de millones de lempiras que consumen anualmente del presupuesto nacional. Ahí también está la madre de todas esas fundaciones, consumiendo miles de millones de lempiras en la promoción y ejecución del ecofogón, que ningún beneficio visible ha traído al desarrollo del país.
Sinceramente, no veo la voluntad política del actual gobierno para promover este diálogo, sugerido por este grupo para impulsar el Plan Integral de Contingencia, que Honduras necesita para salir de su crisis. El actual gobierno todo lo resuelve con más impuestos y más endeudamiento. ¡Esas son sus varitas mágicas!
