La cuestión de Omoa, su trascendencia en lo político, social y económico y sus consecuencias para el Estado de Honduras
Por: Froylán Ochoa Alcántara
Hoy por hoy que Honduras, nuestro país está sufriendo los abates de la naturaleza, estamos retomando la cuestión relacionada con el Fuerte de San Fernando de Omoa y para lo cual debo apuntar algunos datos e información subsecuentes.
Fue a finales del 2017 que en mi condición de ciudadano hondureño, que hice del conocimiento del gobierno, el resultado de algunas investigaciones relativas a la apropiación de varias piezas de artillería pertenecientes al Fuerte de San Fernando de Omoa. Hecho cometido por el líder guatemalteco general Rafael Carrera, quien asaltó la fortificación hondureña mal pertrechada y en cuyo acontecimiento el líder de Guatemala perdió a su hijo mayor de nombre José Carrera.
Este hecho histórico aconteció durante la administración del ínclito general José Trinidad Cabañas en 1853. Debo subrayar que son varios los historiadores que mencionan este evento, siendo el más notorio el licenciado Luis Beltranena Sinibaldi, reconocido ciudadano guatemalteco, de méritos sobresalientes en su país.
El silencio de parte del gobierno sobre esta cuestión me indujo a realizar otros movimientos a favor de la causa, es así que me dispuse a realizar un viaje al municipio de Omoa, que para entonces ya tenía problemas con la vecina Guatemala por los daños producidos por las toneladas de basura tiradas en el caudal del río Motagua y que causan problemas de orden ambiental, salubridad, además del efecto dañino en el sector turístico del país. Debo decir que, motivado por estos problemas nacionales, me entrevisté con el alcalde, a quien formulé varios cuestionamientos de orden oficial como las pláticas sostenidas por ambos gobiernos a nivel de secretarios de Estado de Asuntos Exteriores para solucionar el problema del medio ambiente.
El funcionario municipal, señor Ricardo Alvarado, aparentemente en ningún momento comprendió mi interés en la problemática aquí planteada, y adoptando una actitud displicente y con desgano me contestó que no sabía nada de lo expuesto por mi persona, y además le adicioné el asunto del porqué la Fortaleza de San Fernando de Omoa, no posee el galardón o calificativo que otorga la UNESCO, de Patrimonio Histórico Mundial.
Aparte de todos estos esfuerzos me propuse elevar esta investigación a nivel de documento formal, para lo cual elaboré una memoria histórica, misma que deposité en manos de algunas personas con relieve oficial y en consecuencia, se le diera publicación a manera de despertar interés a este asunto entre los sectores de influencia del país, como instituciones culturales, universidades y empresa privada, etc.
A pesar de todo lo aquí expuesto, mi ánimo no ha decaído y de nuevo sin perder la esperanza y habiéndome concedido un lapsus por la pandemia, comparezco ante la opinión pública, pues considero que este asunto deviene en beneficio de fortalecer la identidad nacional; de manera que, ahora que la Secretaría de Turismo ha sido confiada en la dinámica persona de Nicole Marder, quien ha tomado el timón de este importante sector turístico y más aún, cuando se requiere una persona tan lúcida, preparada y emprendedora como lo demuestra ser esta bella dama de indiscutibles méritos.
Finalmente, aproveché la oportunidad e invitación que me hiciera el Departamento de Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, para exponer a manera de ponencia este asunto, en el Segundo Congreso de Historia, celebrado en el mes de octubre del año 2019. De tal manera, que quede en este nicho cultural y educativo, este testimonio de caracteres nacionales y a la vez, grabado en la epigrafía hondureña.
