El Partido Nacional no es ni será estructura criminal

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14 de septiembre de 2020
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12:03 am
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El Partido Nacional no es ni será estructura criminal

El Partido Nacional no es ni será estructura criminal, Por Marcio Enrique Sierra Mejia

La calumnia es el arma política más común que se usa en la lucha política para la toma del poder. Al darle una rápida apreciación al devenir histórico político de la sociedad hondureña, podemos apreciar que, es a partir del 2009, cuando se inicia una gradual y progresiva campaña de imputaciones en contra del gobierno y que se lleva de encuentro al Partido Nacional, nunca antes percibida, como está ocurriendo desde entonces. Y que lamentablemente, coincide con la ocurrencia de hechos de corrupción pública que, contribuyen efectivamente, a favorecer la oposición política para levantar banderas reivindicativas con aceptación ciudadana.

Son varios los procesos calumniosos controversiales que se desatan para desestabilizar al gobierno y al Partido Nacional. Y es el hecho de la reelección del Presidente actual, lo que da pie a la reagrupación de fuerzas politicas opositoras y de algunas organizaciones civiles pro sociales, motivadas a llevar a cabo, “denuncias mediáticas” con el fin de poner en duda la moralidad y la ética del régimen nacionalista; lo que, van logrando en un sector fuerte de la ciudadanía.

La reelección ha causado la vindicta por parte de fuerzas socialistas, minorías liberales, conservadoras oportunistas y de agrupaciones del narcotráfico; que aprovechan, el “estado de venganza política” para incrementar la sistemática campaña de sacar a la luz pública, cuanta acción sea posible, para generar controversia y acusar al Partido Nacional de ser una estructura criminal.

Muchas de las imputaciones son falsas. Si bien hay actores de clara identidad nacionalista involucrados en los actos de corrupción, también los hay en los grupos de oposición muy bien encubiertos, y que actúan con visión francotiradora, para crear distractores que les favorecen.

El Partido Nacional no es ni será estructura criminal. Como tampoco los son los otros partidos políticos. Lo que si existen son políticos corruptos que dañan la imagen de la sociedad política y que se esconden en todos los partidos. Tenemos un sistema político flácido que permite la existencia de estos actores y sus vergonzosas acciones de descredito nacional.

Afirmar que el Partido Nacional de Honduras, es una “institución política que dejó de ser un partido político, para convertirse en la estructura criminal mejor cimentada en América Latina y más peligrosa del mundo”, es sin duda alguna, una aseveración infantil ultraizquierdista sin prueba alguna que lanzan para dañar al Partido Nacional. Como sería infantilismo de ultraderecha, afirmar que el Partido LIBRE, es “otra estructura criminal asociada con el narcotráfico” tampoco sin pruebas. El narcotráfico y la corrupción son procesos complejos que involucran actores políticos y empresariales difíciles de identificar, aunque se han producido algunas capturas que, dan señales de combate a ambos delitos. Mucha corrupción pública se ha producido desde tiempos pretéritos. Lo que ahora ocurre es que la ciudadanía tiene mayor acceso a información para denunciar, lo que indica más bien, que hemos avanzado en eso. Está bien denunciar con pruebas, pero muy mal calumniar sin ellas.

Los nacionalistas están obligados a demostrar su poder moral ante la ciudadanía. No es cierto que todos sus militantes y voluntarios activistas sean corruptos. La gran parte de ellos, son honestos trabajadores, intelectuales y empresarios, que día a día, obtienen sus ingresos trabajando con honestidad.

Es una minoría de actores o funcionarios públicos los que han caído en delitos de corrupción, y aunque no lo acepte la oposición, se han emprendido procesos de investigación pertinentes que no se habían puesto en marcha en gobiernos anteriores. Y en esto, la ciudadanía ha contribuido mucho al denunciarlos.

La corrupción pública, es un delito que el Partido Nacional debe denunciar y combatir continuamente, es una bandera de lucha política que no es exclusiva de las fuerzas politicas opositoras. No debe adoptar una actitud de indiferencia cómplice, ni aceptarla como un problema que no tiene solución. Los convencionales, en una asamblea extraordinaria, conjuntamente con su comité central y su comisión política, deben lanzar un mensaje a la nación sentando su postura política ante el tema de la corrupción porque, se ha convertido en la bandera de lucha política de sus adversarios políticos. La doctrina del Partido Nacional hace énfasis en principios de derechos humanos, principios morales y ética aplicada que no pueden dejar de aplicarse. Deben establecer su postura ante la falsa y perversa calumnia que busca hacer creer que el Partido Nacional se ha convertido en un Cartel del narcotráfico.

En Honduras, puede ser que los brazos del pulpo narcotraficante se hayan extendido a las esferas de los tres poderes del Estado. Lo cual, hay que demostrar porque al ser así, significaría, la existencia de otros actores que operan fuera del ámbito gubernativo quienes realmente son los verdaderos estrategas que organizan el tráfico. No son los partidos políticos los encargados del negocio son otras organizaciones.

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