¿Dónde está la patria?

MA
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16 de septiembre de 2020
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01:35 am
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¿Dónde está la patria?

¡Liberales! La victoria se construye la derrota también

Luis Alonso Maldonado Galeas
General de Brigada ®

¿Está la patria ocupando un estadio de dignidad, transpirando soberanía, gritando libertad, terciando por su independencia, reafirmando su identidad, mostrando orgullosa los perfiles de sus hijos mejores y la luz radiante e inmaculada de sus colores, o eso, todavía es un sueño? Indudablemente, entre sueños y realidades, deseables o no, se escribió -patria- tu historia.
Te soñó Lempira transitando mientras dabas tus primeros pasos, hacia tu destino sin cadenas. Por romperlas dejó marcada en el Congolón, la primera huella de heroísmo?

Te soñó Valle sostenida sobre las columnas de tu gente ilustrada, cercana a la ciencia, descubriendo tu inmensurable potencial, trascendiendo tu espacio, multiplicando tu natural riqueza, derramándola con equidad?
Te soñó Morazán entre hermanos de la patria grande, unida a su causa unionista, a su gesta libertaria. La Trinidad es el testigo inmarcesible de su gloria, se derrotó la traición, Honduras respiró libertad?
Te soñó Cabañas desde una visión maternal, él, con el alma desprendida y con espíritu abnegado para servirte desinteresadamente, tú, con un gesto agradecido, reconociendo sus méritos lo nombraste SOLDADO DE LA PATRIA?

Te soñaron muchos más, dando su talento, su pensamiento, sus aportes para que desde el parlamento se crearan las instituciones, que le darían solidez y sostenibilidad a tu incipiente configuración republicana. Todos se esforzaron para que estuvieras en el sitial que merecías, cuestión de hijos de valor?
Fuiste para entonces, sueño que idealiza y realidad que dignifica, pasaste de estado federado a ser República, así nacieron tus símbolos para marcar tu singular y atrayente identidad. En ellos se expresa nítidamente la paz, la pureza, la unidad, tus pasos victoriosos en el tiempo, tus riquezas, tus mares, la abundancia generosa de tu suelo, tu sol y tu cielo, los signos de tu resistencia a la dominación, tus herramientas de trabajo y tus armas para defenderte. En verdad tienes forma, talante y porte que te distingue, desafortunadamente tus malos hijos te han deformado y te han forzado a inclinar tu frente.

Ayer, cobijaste maternalmente la solicitud amorosa de tus hijos, ante las amenazas a tu supervivencia, correspondiéndose en un abrazo cuyo simbolismo será imperecedero. Hoy, con tus venas heridas, causadas por tus malos hijos, tratas de escapar de un amenazante parricidio.
Hoy, estás incompleta, con la Constitución rota, conteniendo preceptos declarados inaplicables al antojo de quienes imparten justicia, con la diosa Temis sin venda, con las leyes dedicadas, en exclusiva, a favor de los apátridas; con los poderes sometidos a uno solo, que sin vacilar responden a ras de suelo a una señal dictatorial. Se debilitó tu esencia republicana, pesa más el poder concentrado que la obligada distribución del mismo en tus instituciones, por eso luces frágil y vulnerable; así les conviene a tus flageladores, porque te conviertes en una presa fácil para su naturaleza depredadora, en un botín apetecido a la medida de su genética corrupta ilimitada. patria estás prisionera de tus traidores, pero resistes.

Estás desmembrada por quienes legislan para repartir tus riquezas entre foráneos, con reglas ajenas, con autoridades impuestas, con el riesgo de que vuelvas a ser colonia del capital esclavizante, porque los depredadores del ambiente te quitaron la piel, por la pugna permanente entre tus leales y los que te traicionan, porque los excluidos aunque muchos, están confinados en su propia precariedad, separados por los abismos de la inequidad, porque los apátridas, con afán y alevosía, intentan sin cesar borrar tu nombre.
Estás secuestrada, por carteles del crimen organizado, por bandas de delincuentes que han violado la Constitución en forma reiterada, por quienes crean los mantos de impunidad mediante leyes aprobadas a propósito, por los ladrones de tus arcas, esos que, por el estatus alcanzado por causa del dinero mal habido, figuran en la cúspide del poder y presumen de las vestiduras que resaltan su soberbia y vanidad. Por desventura, son tus partos indeseables.

Estás sometida a tus hijos mal paridos, esos que rasgan tus entrañas y beben tu sangre insaciablemente, esos que cual peste incontenible devoran tus órganos vitales, esos que calculan el momento para neutralizar tu capacidad para seguir con vida.

Estando así -patria- todavía algunos de tus hijos no hemos perdido la libertad para soñar, por eso te sueño renovada, desafiante, la Bandera Nacional al frente, a su lado el Escudo Nacional, con paso firme al ritmo de las notas de nuestro Himno Nacional, flanqueada en tu marcha reivindicadora por la fortaleza de la Oración del Hondureño de Froylán Turcios, por el mensaje edificante y esperanzador de Lo Esencial, de la pluma de Alfonzo Guillén Zelaya, y a lo largo de la columna, hombres y mujeres danzando alegremente mientras escuchan nuestros cantos: Candú, El Bananero, El sueñito o Jelipita, demostrándole al mundo que tú, mi patria, aún vives.
Estás en la milpa, en el arado, en los niños descalzos, en el caite, en la tortilla, en la piedra esculpida que habla silenciosamente de tu grandeza, en el bronce que inmortaliza el honor, en los versos de Molina, en el testamento de Morazán, en las manos puras de Cabañas, en el olor a tierra mojada, en las cumbres del Celaque, en el aula sin maestro, en las casas sin hogar, en el hambre por la paz, en el grito ahogado de un derecho frustrado, en el silencio esperanzador de los ideales compartidos.

Patria, estás donde están mis sueños, por eso te sueño: orgullosa, grandiosa, digna, solidaria, soberana, de cara al sol de tu destino iluminado, luciendo en tu frente no domada, de esperanzas tejida… una corona de LIBERTAD.

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