Una resolución impostergable para Taiwán

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16 de septiembre de 2020
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01:28 am
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Una resolución impostergable para Taiwán

José Israel Navarro Carrasco
Coronel de Aviación ®
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La República de China principió con la caída de la dinastía Quing en 1911, así terminó dos mil años de imperialismo, fundándose el gobierno democrático de la República de China el 19 de octubre de 1912, pero varios años después sobrevino la guerra civil dominada por los comunistas, pero a raíz de la invasión de Japón a la China continental, dispusieron unirse y combatir al invasor, una vez que fue derrotado Japón y que los aliados entregaron la soberanía a China Nacionalista, se volvió a iniciar la guerra civil, por lo que antes de caer la ciudad de Nanjing, se dirigieron a la Isla de Formosa, hoy Taiwán (Pinying en chino), esta isla había sido entregada el 25 de octubre de 1945 por los japoneses a la República de China y en vista de que era uno de sus últimos bastiones, decidieron establecer el gobierno de la República de China (República Nacionalista de China), ahora conocida como Taiwán y la China continental pasó a llamarse República Popular China (China Comunista o China Roja).

Durante varios años Taiwán fue reconocida y tenían un escaño en la ONU hasta 1971, que por situaciones geopolíticas le fue quitado y cedido a la China Comunista, desde ese momento principió su calvario, ya que paulatinamente empezó a perder sus posiciones en las agencias de la ONU, como ser la OIT, OMS, OACI y otras.
El gobierno de Taiwán y tras una serie de reformas democráticas, fue poco a poco convirtiéndose en ejemplo de democracia y organización; se convirtió en uno de los cuatro tigres económicos y a pesar de su rechazo por muchos países aún mantiene relaciones con varias naciones y un constante cambio cultural y económico.

Actualmente su presidente, recién electa por segundo período, tiene como promesa electoral la independencia de Taiwán, ganó con suma facilidad, eso le da legitimidad a su promesa y desde el momento que ganó tiene como cruzada la independencia y obtener un escaño en la ONU, como la asistencia a las agencias de la ONU, pero esta organización le ha negado a 23.5 millones de habitantes ser representados en las Naciones Unidas, cada vez que hay una asamblea le niegan la asistencia como observador, lo mismo a los medios de comunicación del gobierno de Taiwán, el 15 de septiembre de este año se inaugura el 75 período de sesiones de la Asamblea de la ONU, con sede en Nueva york, con el debate general anual, programa de forma virtual del 22 al 26, donde se abordará el tema del brote del coronavirus-19, con la esperanza de que todo el mundo preste atención a este pequeño país, pero grande en sentimientos hacia la humanidad, sus logros obtenidos al combate de la pandemia del COVID-19 y cómo tiene el control a pesar de que es vecino de la China Comunista, y cómo ha tenido capacidad de efectuar contribuciones a la lucha global contra el COVID-19, además de esto, el llamamiento a la ONU para resolver de inmediato la difícil situación de Taiwán, en la que sus 23.5 millones de personas que no son representadas en el concierto mundial de naciones, ni el derecho a estar informados, negándose a sus medios informativos estar presentes en las deliberaciones del evento para informar debidamente al pueblo taiwanés. Si le dieran el derecho a Taiwán a participar de manera justa y con dignidad en las reuniones, mecanismos y actividades encaminadas a materializar los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, sería para el pueblo taiwanés una justa lograda, su libertad y su autodeterminación, así como otros pueblos han sido y son libres.

La China Popular ha puesto muchas objeciones para que Taiwán no asista a la reunión anual de la Asamblea General, ni a las anteriores que la ONU llevó a cabo, ni como invitado, ni sus medios informativos, ya que se opone a que sea tratado como país, insistiendo que los dos lados forman parte de una sola China, o sea que no hacen ni dejan hacer, desde 1993 Taiwán lleva una cruzada, convirtiéndose en una resolución impostergable para Taiwán.

Los pueblos tienen derecho a la libertad y la autodeterminación a gobernarse, así como la obtuvimos de España un 15 de septiembre de 1821, nuestro gobernante debe de apoyar a los pueblos libres en las luchas justas y necesarias para que un pueblo sea libre.

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