Loor a los maestros de ayer y del presente. Baluartes del conocimiento y la libertad

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20 de septiembre de 2020
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12:44 am
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Loor a los maestros de ayer y del presente. Baluartes del conocimiento y la libertad

Esperanza Moreno de Santos, maestra de generaciones.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, El Paraíso. El 17 de septiembre es el día consagrado a los maestros en Honduras. El reportaje de hoy rinde homenaje a todos los buenos maestros de hoy y ayer; muchos de los cuales ya partieron a la eternidad pero tras ellos dejaron una huella luminosa en todos los confines de la patria.

La época es propicia para traer a la memoria imágenes de excelentes educadoras, a las que en su momento la Casa de la Cultura de esta ciudad les rindió un sentido y cálido homenaje por su trayectoria ejemplar como educadores, particularmente aquellos que sirvieron en instituciones educativas de primer nivel, como lo fue la escuela Normal España que tras 65 años de historia, regó la patria de maestras con excelencia. Vale, entonces recordar; que es un buen maestro, tal como lo fueron los que se fueron y dejaron el aroma de su conocimiento a lo largo de la patria.

Emma Yolanda Cárcamo, con Luis Alonso Gómez.

En los tiempos actuales es oportuno escribir sobre los buenos maestros: Un buen maestro es una persona que realiza su trabajo con entusiasmo y con la finalidad de enseñar todo lo posible a sus alumnos. Un buen docente es aquel que aprende de sus alumnos. Un docente es aquel que no solo enseña a los alumnos las materias, sino que también les enseñe a pensar.

Además de la transmisión de valores, técnicas y conocimientos generales o científicos de la materia que enseña, parte de la función pedagógica del profesor, consiste en facilitar el aprendizaje para que el alumno lo alcance de la mejor manera posible. Ser maestro es tener vocación de servicio, ser el ejemplo de los alumnos y jugar un papel importante ante la sociedad, pero en sí, es ser el facilitador del aprendizaje, el ser guía del alumno. Un maestro o maestra, debe ser consciente del papel que cumple en la sociedad.

Josefina Gamero Pinel (QDDG), maestra distinguida.

Por otra parte, el maestro debe ser capaz de expresar y sentir ternura, estar siempre abierto y sensible a las vivencias afectivas de los alumnos; trasmitir en la experiencia de enseñar el goce del conocimiento, revelar a sus discípulos la manera como el conocimiento embellece la vida, contagiarles de actitudes de respeto hacia sí mismo.

Un buen maestro debe ser ético en todas las situaciones; también debe ser ecuánime a la par que justo a la hora de evaluar a sus alumnos. Y, sobre todo debe ser ejemplar en su comportamiento. Los alumnos, particularmente los más pequeños con como esponjas, absorben todo lo que oyen y ven.

Concha García.

Esa generación está en peligro de extinción, van quedando pocos que todavía se rompen el alma con sus alumnos, lamentablemente ignorados por las autoridades educativas que solo reconocen méritos a los cercanos al gobierno de turno, no por capacidad sino por servilismo. Hoy, más que nunca urgimos de maestros que se entreguen por amor a la patria sin asumir compromisos de banderas políticas, sino una sola; la de la paria.

El profesor Enrique Tierno Galván, al referirse a las competencias del maestro, afirmaba que la primera es aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado, por lo tanto, un maestro debería poseer algunas competencias que considero primordiales, entre otras: vocación: Sentir la profesión desde lo más profundo. Dedicación: emplear todo el tiempo disponible. Amabilidad: sin caer en el coleguismo. Generosidad: volcar todos sus conocimientos en los alumnos. Responsabilidad: entendida como la capacidad de responder. Empatía: saber ponerse en el lugar del alumno. Cercanía: un buen maestro no debe aislarse en su estrado. Entusiasmo: saber transmitir energía vital. Humildad: no creer que está por encima del bien y el mal. Paciencia: no todos cogen las ideas al aire. Saber otorgar protagonismo a los alumnos. Despertar interés: desarrollar curiosidad intelectual en los alumnos.

Maestras y maestros de la Escuela Normal, durante un homenaje tributado por la Casa de la Cultura.

No olvidemos que el buen maestro debe ser el encargado de garantizar la transmisión de conocimientos a las siguientes generaciones de modo que en sucesivas aportaciones la humanidad siga progresando en buena dirección.

Nery Alexis Gaitán, al referirse a la Normal, dijo con acierto que la Escuela Normal España, “Villa Ahumada”, había educado para la vida. Los pilares fundamentales para el desarrollo de un país son la educación y la salud. Sin ellos, todo progreso es más que imposible para los pueblos que desean fervientemente mejorar su calidad de vida.

El Estado es el garante de brindar un sistema de salud eficiente al pueblo. Así como de brindar una educación de calidad porque desde la cátedra se esparce el conocimiento en todas las ramas del saber que construirá una mejor condición existencial, facilitando así el acceso a la felicidad a la que todos tenemos derecho.

Maestros jubilados homenajeados por la Casa de la Cultura, entre otros Yolanda Pavón (QDDG).

Reflexionar sobre el impacto de la educación es esencial para poder definir el destino de la Patria. Con justa razón nuestro prócer expresa que “la educación es la primera necesidad de la República” porque con ella se forman los individuos en todas las ramas del saber que generarán el desarrollo del país.

La educación debe ser un proceso en el cual se involucre no solo el saber técnico y científico, sino también los valores espirituales y morales que constituyen la valía del ser humano. Donde se debe comprender que: La vida es una escuela de aprendizaje constante. De la forma cómo la concibamos dependerá nuestro característico proceder por las alamedas de los días presentes. La visión de mundo que se tenga será el faro que iluminará la amplitud o la estrechez del proceder existencia.

Maestros del IDO. Generación de 1967.

La educación debe orientar hacia la construcción de una visión de mundo integral, ecléctica u holística (que es el término de nuevo cuño para referirse al extracto de lo mejor en todo) y esto no es una tarea fácil. Edificar y vivir de acuerdo a los más amplios estándares de calidad implica una búsqueda constante de los valores humanos y de la existencia plena en general. Buscar, indagar, investigar, debe ser una actitud constante en el ser humano, así tendrá como resultado una amplia comprensión sobre la vida, la condición humana y, sobre todo, cómo vivir una existencia de calidad al abrigo de los más elevados valores vitales”.

Niñas de la Casa de la Cultura con el maestro David Paz, durante el homenaje a los maestros jubilados de la Normal.
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