NACIÓN, PUEBLO Y PATRIA

ZV
/
20 de septiembre de 2020
/
12:10 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
NACIÓN, PUEBLO Y PATRIA

LOS tres conceptos están íntimamente entrelazados. Con algunas pequeñas diferencias semánticas más o menos matizadas. Por principio de cuentas “nación” se asocia a la etnia originaria de un conjunto de personas que se identifican entre sí, por sus rasgos faciales, color de piel, lugar de origen, lengua materna común y por sus inclinaciones religiosas. Es tan importante el concepto culturalista de “nación” que, en la historia de la humanidad, algunas naciones se han dispersado por diferentes rumbos del planeta obedeciendo a diversos motivos, razones y sinrazones. Pero en cualquier parte del mundo sus individuos se identifican, casi inmediatamente, después de algunos minutos de observación y de algún intercambio de palabras. Ha habido algunas naciones que han perdido sus territorios pero que al reencontrarse buscan los asideros comunes que les han ligado durante siglos, incluso desde tiempos prehistóricos.

El problema es que a partir de los tiempos modernos los teóricos, los políticos, los juristas y los expertos en temas territoriales, han venido modificando los contenidos de las palabras nación, pueblo y patria, al extremo que resulta difícil diferenciar esos vocablos, asociados hoy en día con el Estado independiente, la población y con un determinado territorio. De hecho la nación tribal o intertribal apareció muchos siglos antes que surgieran los estados nacionales modernos. Y un pueblo sólo debía considerarse como tal en la medida en que perteneciera a una misma nación. En la actualidad dentro de un mismo país pueden coexistir varios pueblos e, inclusive, diferentes nacionalidades.

“Pueblo” es, particularmente, el término más manoseado de todos los conceptos colectivos. Los malos retóricos (que los hay buenos) hablan reiteradamente que ellos “representan al pueblo”, para referirse a la gente más humilde de un Estado o de un país determinado. Pero, en la vida real, el pueblo es una entidad más o menos dispersa y heterogénea, que se cobija bajo una misma bandera estatal, al margen de las tendencias ideológicas de cada momento. Para ser más rigurosos el contenido de la palabra “pueblo” cambia según sean las circunstancias históricas. Frente a una invasión extranjera “pueblo” son todos los individuos de diferentes estratos sociales y económicos que resisten al invasor. Desde el presidente o jefe de Estado, pasando por las élites hasta llegar al último mecapalero. En las guerras civiles los dos bandos enfrentados a muerte son agrupaciones populares del mismo país. Ante a una tragedia natural abarcadora ocurre, o debiera ocurrir, casi lo mismo. Sin embargo, en el caso específico de Honduras, este frente común contra la pandemia, ha brillado por su ausencia, para desgracia de todos, prolongando las angustias y las posibles soluciones colectivas.

La palabra “patria” tiene sus orígenes en la Antigua Grecia. Más bien en la Grecia prehistórica. En donde una “fratría” (con “f” minúscula) era un grupo de tribus asociadas para fines comunes. La “fratría” griega era una especie de nación que con el pasar de los siglos se configuró en una sola entidad política, lingüística y cultural. Los romanos heredaron la palabra y la asociaron al concepto de “padre”. Así que nuestra palabra patria, por muy moderna y heroica que sea, tal como suele ser usada y presentada en los tiempos modernos, posee un pasado tan antiguo como el de “nación”, aun cuando sus contenidos semánticos actuales se hayan modificado sustantivamente. La patria actual está más asociada a los términos de soberanía, independencia y Estado-nación. Aun cuando esta misma idea nada tenga que ver con las autonomías económicas reales.

Estos días de festividades patrias son quizás los más apropiados para reflexionar sobre estos conceptos básicos, ligados al pasado conflictivo, al presente ambiguo y al porvenir incierto de una nación que carece de sentido de pertenencia. Razón por la cual resulta complicado hablar de una verdadera “nación hondureña”. Más bien pareciera tratarse de diversos agrupamientos poblacionales con un vago sentimiento patriótico.

Más de Editorial
Lo Más Visto