EL DEBATE Y ¿LA TRANSICIÓN?

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28 de septiembre de 2020
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12:20 am
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EL DEBATE Y ¿LA TRANSICIÓN?

NO solo oscilamos al vaivén de los efectos de la peste. El desempeño del gran mercado norteamericano como los giros de la democracia en la gran potencia, tienen inmensa influencia en estos pintorescos paisajes acabados. Lo que suceda en las elecciones que se avecinan en los Estados Unidos, entre muchas otras cuestiones, tendrá un impacto sustancial en la asistencia bilateral, los esfuerzos de recuperación de la desplomada economía a causa de los confinamientos, los asuntos migratorios que guardan una estrecha relación con el estatus de nuestros compatriotas residentes en aquella nación del norte y los niveles de ingreso al país de las remesas familiares. De antesala al gran debate presidencial –el primero entre Trump y Biden– que se realiza este martes, aparte del manejo de la pandemia, dos son los temas calientes.

La confirmación en el Senado norteamericano de la juez Amy Coney Barrett, nominada por POTUS, para suplir la vacante –dejada por la magistrada fallecida– en la Corte Suprema de Justicia. Los republicanos en el Senado –con la oposición de los demócratas que exigen detener el proceso de confirmación hasta después de la elección general– alistan el Comité Judicial para que el 12 de octubre inicien las audiencias. Hay tanto en juego detrás de esta confirmación. No solo la inclusión de una jueza conservadora que viene a cambiar radicalmente el equilibrio del alto tribunal compuesto por 9 magistrados, de los cuales solo quedan 3 progresistas colocados por administraciones demócratas. Barrett, se uniría a los otros dos nombrados por Trump a la Corte Suprema, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh. El trío, junto a los otros magistrados conservadores, cambia la ideología jurídica de la Corte. Sobre temas controversiales del debate cultural –por ejemplo relativo a la decisión judicial que legalizó el aborto– ha dicho que “la vida comienza con la concepción”. Gran parte de su carrera ha sido como catedrática en la Universidad de Notre Dame, donde fue elegida varias veces profesora del año. Sus mentores la definen como “colegial, civil, justa, intelectualmente brillante y entregada al mandato de la ley amparado en la Constitución”. En otro tópico de interés, “ha votado a favor de las políticas de dureza frente a la inmigración de Trump y se ha manifestado a favor del derecho de los estadounidenses a tener y portar armas”. Sin embargo, lo que suceda en la Suprema, esta vez podría trascender al campo político electoral.

POTUS pareciera regocijarse de mantener el ambiente alborotado. En una rueda de prensa, consultado sobre si garantizaría una transferencia pacífica del poder –adujo falta de fiabilidad del sistema ya que “las papeletas electorales por correo son “un desastre”, un tipo de votación que es vulnerable al fraude”– respondió: “Tendremos que ver lo que ocurre”. “De todas maneras –(insinúa que debe evitarse la validez de esas papeletas)– habrá una transición muy pacífica… francamente, porque no habrá transición sino continuación”. Para muchos, en las vísperas de lo que podría llegar a ser una nueva controversia histórica, imposible olvidar el antecedente de la elección presidencial del 2000. La elección entre Gore y Bush prácticamente fue dirimida por un fallo de la Suprema. El juez detuvo el recuento de unos 2 mil votos –de las papeletas perforadas– en contienda en la Florida, inclinando la balanza de votos del Colegio Electoral. ¿Qué les parece?

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