Los valores cívicos y la formación ciudadana

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2 de octubre de 2020
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12:02 am
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Los valores cívicos y la formación ciudadana

Hacia nuevo paradigma educativo

Por: Noé Pineda Portillo

Cuando hablamos de valores cívicos o políticos, nos referimos a las grandes directrices que se requieren para que una sociedad funcione adecuadamente. Estos valores permiten una buena convivencia social, puesto que organizan la relación entre el individuo y la sociedad; es decir, son los principios que el individuo practica en la medida en que se relaciona con la sociedad como un todo: con el Estado, con las leyes y con instituciones como la escuela, los colegios, universidades, hospitales, los órganos del Estado, los tribunales, la policía, los partidos políticos. Esos son los ámbitos donde los valores cívicos se aprenden y practican.

Para que las normas y leyes sean benéficas para la sociedad, deben fundamentarse en los valores éticos universales, puesto que permiten la defensa de la dignidad humana. De esa manera, la base de la convivencia política o social, es el reconocimiento y el respeto a la libertad individual y la igualdad de todos los ciudadanos ante las leyes.

La libertad y la igualdad tienen como soporte la justicia. Esta a su vez, es la base de los demás valores cívicos. La equidad es, a diferencia de la justicia general, la aplicación de la justicia de acuerdo con las necesidades y cualidades de cada individuo.

La convivencia en el ámbito político requiere un valor y una disposición fundamental: la tolerancia. En lo político o en lo cívico, la tolerancia significa el respeto a la libertad de expresión y acción que, de acuerdo con la ley, gozan las personas en los diversos grupos sociales y políticos. Finalmente, la solidaridad y la responsabilidad completan el cuadro de los valores cívicos que concretan en disposiciones o actitudes morales.

Los valores cívicos se manifiestan en disposiciones o virtudes políticas. Tanto a los ciudadanos como a los individuos que tienen derechos y deberes políticos como al Estado y a las instituciones públicas y privadas, corresponde fomentar dichas disposiciones y defender los valores básicos.

Es preciso señalar que los valores cívicos han encontrado su más pleno desarrollo en los sistemas democráticos. Las manifestaciones de democracia basadas en valores son la soberanía popular, la libertad individual, la igualdad política, la fraternidad, la tolerancia y la paz, así como el diálogo y el acuerdo como medios de solución de conflictos sociales.

En una democracia, como se supone es la nuestra en Honduras, pueden convivir ciudadanos de distintos orígenes y culturas, que practican una diversidad de ideas, creencias religiosas, normas morales e ideologías políticas. Por ello, la democracia se ha convertido en la actualidad en la forma de gobierno más adecuada para las sociedades contemporáneas, cuya cualidad central es la pluralidad.

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