Una mirada histórica al urbanismo del Real de Minas en sus 442 años de fundación

MA
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2 de octubre de 2020
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08:27 am
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Una mirada histórica al urbanismo del Real de Minas en sus 442 años de fundación

Augusto Bressani y sus primeros trabajos como albañil en California a finales del XIX

Arq. Ricardo Calderón Deras
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Según datos históricos, sus orígenes datan del año 1560, pues surge como un pequeño poblado con casas dispersas, construidas por mineros en las faldas de las montañas muy cerca de las minas y con los años unieron sus viviendas a través de senderos. El único documento que hace referencia a esta ciudad data de 1578 y es cuando la Audiencia nombra a don Juan de la Cueva, como el primer alcalde mayor, y la fecha de 29 de septiembre es en honor a San Miguel Arcán-gel, ya que los conquistadores españoles tenían por costum-bre nombrar el caserío o poblado en honor al santo del día. El urbanismo en esa época era de solo cuatro avenidas en torno a la Plaza Mayor que eran la del Cabildo, la de San Francisco, la Estación o de la Amargura y la de la Ronda y diez calles transversales trazadas de forma irregular.

La dimensión de la Plaza Mayor, tenía 300 pies de largo por 200 de ancho y alrededor estaban la parroquia, la Casa de los Alcaldes Mayores, el cabildo y algunos locales dedicados al comercio. Su primer templo católico empieza a construirse en 1592 y es la Iglesia de San Francisco junto con el Convento de San Diego de la orden de los franciscanos. La técnica de construcción utilizada en aquella época eran las paredes de adobe.En 1598 se nombra en España como Alcalde Mayor de Tegucigalpa al capi-tán Joan Lobatto, el cual realizó muchos aportes urbanísticos al Real de Minas como ser la reedificación del cabildo y la cárcel con aleros, pilares y corredores.

A principios del siglo XVII se termina la construcción de la iglesia de la Limpia Concepción sin tener ningún otro inmueble a ambos lados y su planta de forma rectangular con vista hacia el sur. Esta iglesia tuvo su cementerio, y su artesón era de madera. Este inmueble fue destruido por un incendio en el año de 1746 y en la actualidad no existe a finales del sigo XVI se construyó la Ermita de San Sebastián, desaparecida y que según algunos historiadores estaba ubicada donde está la antigua Casa Presidencial.

Durante el período del alcalde mayor, Francisco Nicolás del Busto y Be-tancourt aprueba la construcción de la iglesia parroquial de San Miguel, actual-mente la Catedral de Tegucigalpa, que comenzó en el año de 1765 y terminada en 1781, siendo diseñado y construido por el arquitecto Gregorio Naciancino Quiroz y el retablo mayor fue esculpido por el escultor Vicente Gálvez, ambos originarios de Guatemala. Su título de Real de Minas de San Miguel de Heredia de Tegucigalpa, lo mantuvo hasta el 17 de julio de 1778 cuando el rey Carlos III le otorga el título de Villa. El alcalde mayor don Luis de Rivera traza otra plaza e iglesia dedica-da a la Dolorosa o Virgen de Los Dolores, ubicada en un nuevo asentamiento urbano llamado Barrio Abajo.

El último alcalde mayor peninsular fue el abogado don Narciso Mallol y uno de sus proyectos más importantes en la entonces villa fue la construcción del viaducto al pueblo de indios de Comayagüela, actualmente puente Mallol. El 11 de diciembre de 1821 se le otorga el título de Ciudad, mediante acuerdo de la Junta Consultiva de Guatemala.En 1880, durante la administración del presidente Marco Aurelio Soto le da el título de Capital, pues la traslada de Comayagua a Tegucigalpa, la cual cam-bia en una profunda transformación urbana que se le dio a la ciudad debido a las nuevas políticas del modelo de la Reforma Liberal.

En el período republicano, su urbanismo rompe todo vínculo con el pasado colonial y el gobierno del doctor Soto contrata a varios arquitectos italianos para el nuevo cambio urbano en la ciudad.En el presente la capital, tiene una extensión territorial de 1,514 kilómetros cuadrados y una población que llega a los dos millones de habitantes, los fac-tores de la inseguridad, el estancamiento económico y el desempleo a causa de la actual pandemia son una realidad física y morfológica no por naturaleza sino por el impacto de nuestra sociedad.

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