Naciones unidas advierte incremento del narcotráfico (Parte 1)

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4 de octubre de 2020
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12:02 am
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Naciones unidas advierte incremento del narcotráfico (Parte 1)

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

Pese a los ya largos meses de confinamiento por la pandemia del coronavirus, las actividades del narcotráfico transnacional continúan en el mundo y Honduras, por ello vemos cómo en varias ocasiones se ha detectado la presencia de narcoavionetas provenientes de Suramérica, cargadas de cocaína, unas cuyo contenido ha sido incautado totalmente, otras que han tenido tiempo de descargarlas y llevarse la droga, después de quemar la nave para deshacerse de evidencias, todo ello en pistas de aterrizaje clandestinas en el alejado territorio de La Mosquitia, pese a que cientos de ellas han sido ubicadas y destruidas por zapadores de las Fuerzas Armadas, utilizando cargas de explosivos para inutilizarlas.

Cuando conocemos los informes de los organismos especializados de Naciones Unidas, que nos revelan que la crisis del COVID-19 ha afectado a todos los ámbitos, legales o ilegales, y el de las drogas no es una excepción. El Informe anual de la agencia de Naciones Unidas contra las drogas y el crimen advierte que la pandemia está dando lugar a nuevas rutas y métodos del narcotráfico, además de al uso de nuevas sustancias, a menudo muy peligrosas. “Hay más personas consumiendo drogas, más sustancias y más tipos de estupefacientes que nunca”, resume la situación la nueva directora ejecutiva de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), Ghada Waly. “El mercado de drogas se está volviendo cada vez más complejo. Sustancias de origen vegetal como el cannabis, la cocaína y heroína se unen a cientos de drogas sintéticas, muchas sin control internacional”, expone el informe.

También aumenta el consumo de drogas farmacéuticas -en algunos casos falsificaciones- con fines recreativos y sin supervisión médica, algo que ha causado en los últimos años decenas de miles de muertos en Estados Unidos. Debido a las restricciones para frenar el COVID-19, los narcotraficantes buscan nuevas rutas y métodos, y se cree que han aumentado las actividades a través de la denominada “red oscura” de Internet y los envíos por correo, según el informe. Las rutas aéreas -importantes para el tráfico de anfetaminas y drogas sintéticas- y las terrestres -fundamental para la heroína- han tenido que modificarse debido a la cancelación de vuelos y el cierre de fronteras. El incremento de incautaciones de cocaína en puertos europeos o los alijos de heroína intervenidos en barcos en el Índico, como alternativa a la terrestre ruta de los Balcanes, son indicios de esos cambios.

El parón del comercio internacional también se ha notado en la escasez de precursores químicos necesarios para producir heroína o cocaína, lo que ha podido reducir su fabricación. La ONU señala que el mayor control en las fronteras está llevando a un menor tráfico de heroína desde México a EEUU, lo que ha generado escasez de ese opioide. También en Europa se ha detectado una caída de la oferta. Otro indicio de la escasez de la oferta es la subida de los precios de las drogas en diferentes mercados. Las restricciones al movimiento y a las reuniones han podido llevar a una caída momentánea del consumo, especialmente de aquellas drogas -como los estimulantes- que suelen aparecer en festivales de música o discotecas.

La ONU advierte que la ausencia de opioides debido a las restricciones ha podido llevar a buscar un sustitutivo en el alcohol, las benzodiacepinas o las drogas sintéticas. También se ha podido sustituir la heroína por sustancias más dañinas producidas localmente, como el fentanilo, un analgésico sintético 50 veces más potente. De esta forma, también se teme que hayan aparecido patrones de consumo más dañinos con sustancias inyectables por medio de jeringuillas, y el consiguiente riesgo de transmisión de enfermedades como el VIH/SIDA o la Hepatitis-C.

También advierte de que la actual crisis económica afectará especialmente a las personas que ya son las más vulnerables. El aumento del desempleo y la pobreza por la crisis pueden llevar a un incremento del consumo de drogas, así como a que más gente contemple el cultivo ilícito o el tráfico de drogas como opciones para subsistir, advierte el informe. “La crisis de COVID-19 y la recesión económica amenazan con agravar aún más los peligros de las drogas, cuando nuestros sistemas sociales y de salud han llegado al límite”, advierte Ghada Waly. Por ello, la ONU pide que no se repita la respuesta de la crisis de 2008, que consistió en reducir los fondos de prevención, asistencia y tratamiento a problemas de drogas. Resulta preocupante que los problemas más graves de drogadicción se registran sobre todo entre los más pobres.

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