Por: Carlos Medrano
Periodista
El último año para los gobiernos democráticos de Honduras ha sido desastroso en materia fiscal, ya que es año político, hay que satisfacer miles de demandas de los sectores que son potenciales votantes y la administración de turno “agarra” del Presupuesto de Ingresos y Egresos algunos recursos que le ayuden a su partido a continuar en el poder.
Los presidentes se convierten en benefactores, altruistas, son una especie de superhombres que dan a quien les pida, sin la más mínima noción de lo que es una administración correcta y austera, y como no tuvieron ni una pulpería en sus manos, su vida es despilfarrar, derrochar y regalar.
Mantener los índices presupuestarios casi iguales al de 2020, inclusive un 2% más que el año anterior, lo único que evidencia es que el gobierno nacionalista no ha entendido el verdadero problema en el que estamos y no quieren tomar medidas heroicas que solucionen oportunamente la crisis actual y futura.
Mantener el “status quo” de la administración actual, sin eliminar ningún privilegio a los funcionarios de gobierno, sin rebajar salarios a quien gane arriba de 100 mil lempiras mensuales, sin reducir las instituciones públicas que evidenciaron no servir para nada en esta pandemia COVID-19, son políticas equivocadas que repercutirán en el futuro del país.
De acuerdo con los propios datos oficiales, el presupuesto presume una caída de casi Lps. 13,000 millones en ingresos corrientes y un incremento del endeudamiento de aproximadamente Lps. 60,000 millones.
Lo más lógico es que, frente a esta disminución enorme de ingresos, el nuevo presupuesto debería de tener una reducción similar que evite más endeudamiento que repercutirá en el pago de capital e intereses que impacta en las generaciones futuras.
Solo en sueldos y salarios son 55,174.0 millones de lempiras que se erogarán en el 2021, mientras que el servicio de deuda llegará a los Lps. 41,352.5 millones, lo que representará el 100 por ciento de lo que el gobierno espera captar vía tributos en el 2021, de acuerdo con el análisis del sector privado.
La Secretaría de Finanzas (Sefin) presentó un presupuesto que suma 288,145.1 millones de lempiras, pero el Cohep propuso un presupuesto inteligente, orientado a la reactivación económica y al bienestar social, al fortalecimiento del sistema de salud procurando garantizar la cobertura a toda la población.
Los representantes del gobierno han sido enfáticos al manifestar que no se pretende para el año 2021 reducir el tamaño del Estado, irónicamente ya se anunció un incremento en la partida destinada al pago de salarios en la Administración Central en más de L4,000 millones, respecto al monto de 2020.
Indudablemente el 2021 será uno de los años más difíciles de nuestra historia, bien complejo, de mucha protesta social porque el pueblo tiene hambre, habrá menos empresas generando empleo y riqueza y por ende, menos tributación para financiar programas sociales, más desempleo.
Hay que financiar elecciones internas y privadas, la polarización es cada vez más explosiva, la falta de credibilidad como consecuencia de la escasa transparencia en los manejos de los fondos públicos, generan un descontento social sin precedentes en la vida nacional.
Muchas empresas están de rodillas al tener sus centros de fabricación paralizados o a media producción de bienes y servicios, sin consumidores y a expensas de políticas públicas incoherentes emitidas por incapaces que no hacen bien su trabajo, se evidenciará con menos tributación.
