¡Oh! y ahora… ¿Quién podrá ayudarnos?

MA
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6 de octubre de 2020
/
12:36 am
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¡Oh! y ahora… ¿Quién podrá ayudarnos?

De tal palo tal astilla

Estaba leyendo hace poco que la OMS (Organización Mundial de la Salud) dice que el Coronavirus no será la última pandemia; por lo anterior instó a los países a que inviertan más en salud pública, ya que el mundo debe estar preparado para más virus y confinamientos. No tengo que explicar a nadie que nuestros gobiernos invierten muy poco en el área del arte y la cultura. Es algo casi generalizado en el “tercer mundo” la idea de que hay otras cosas que son prioridad.

Yo no quiero adentrarme en el tema porque hay demasiada tela que cortar, la verdad, no quisiera estar en los zapatos de quienes tienen que decidir que es más importante bajo estas circunstancias; pero hoy quiero hablar desde mi palestra; desde el espacio que Dios y la vida reservaron para que fuera mi actividad y aporte a la sociedad: hablo desde mi condición de artista de la plástica hondureña, y más allá de eso, como una mujer que le tocó vivir en una época marcada por los cambios más bruscos que la historia ha registrado.

Me niego rotundamente a bajar la cabeza y derramar una lágrima de decepción ante el gran dilema que se me presenta como trabajadora de las artes; yo conozco que mi gremio ha sido de los más golpeados por esta crisis, y no soy nada ingenua en el sentido de que sé a ciencia cierta que hoy y por mucho tiempo más, se dará prioridad en mi patria a otras cosas que no tienen que ver con mi ocupación.

Entonces, ¿Qué podremos esperar del futuro? ¡Más con esos avisos tan desesperanzadores que la OMS ha publicado! siendo fatalistas, afirmaríamos que, si el arte ya estaba agonizando, con estas pandemias, ha recibido su estocada final.

En realidad, es un reto en estos momentos vivir de cualquier actividad artística. Pero es aquí donde yo quiero llamar al hondureño y a quienes todavía creemos que de la adver-sidad puede surgir algo bueno, a no esperar de otros la solución de todos nuestros problemas.

Como artistas debemos analizar que este es un tiempo como pocos en la historia; a las personas con una edad adulta entre los cuarenta y sesenta años, nos tocó pasar de jugar en los charcos en la niñez, a una época, en donde nuestros hijos prácticamente nacen con un celular y una PC en la mano… es fácil quedarse fuera y resignarse a un futuro mediocre, pero creo que estas “cachetadas” que la vida nos da con temas como el de la pandemia, nos hacen caer en cuenta que solo el que toma las riendas de su propia vida, se reinventa y da pelea, podrá sobrellevar todo lo que falta por experimentar en este mundo tan cambiante.

Volviendo al tema del arte… por patriotismo, por educación y por todo lo noble y bueno que hay ¡no lo deje-mos morir! Hagamos lo necesario por promoverlo… pero… ¿Cómo podríamos en la práctica hacer esto? bueno, ayudemos a los artistas adquiriendo su trabajo, y si hay dificultades económicas para hacerlo, pues sigámoslos en sus emprendimientos, apoyémoslos en sus redes sociales, compartamos sus logros y sus trabajos para que a lo mejor alguien que si puede, adquiera sus obras.

Como artistas, nuestro compromiso debe ser producir y buscar métodos alternativos acordes a la época y circunstancias actuales, para continuar creando cultura; como por ejemplo, ofrecer clases de arte en línea, entrar en el mundo de la tecnología y productos alternativos que también puedan ser adquiridos digitalmente, participar en plataformas virtuales y sus exposiciones y así seguir enalteciendo el nombre de Honduras. Como pueblo amante del arte, estemos listos, preparados y anuentes para apoyar todas las propuestas innovadoras que se nos presenten por parte de los gestores culturales, solo así no se extinguirá la llama de color que, seme-jando a un pincel brillante, alegra la vista de todo un país. Llamo a todos, a que, cuando por nuestra mente cruce la triste pregunta: ¿Quién podrá ayu-darnos? Nosotros mismos saltemos y exclamemos ¡YO!

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