Soldado hondureño: apostolado de servicio y sacrificio

MA
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7 de octubre de 2020
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01:06 am
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Soldado hondureño: apostolado de servicio y sacrificio

La necesidad de neutralizar la infodemia

Coronel ® José Antonio Pereira Ortega

En lo concerniente a la conmemoración del Día del Soldado en nuestro país, es oportuno darnos cuenta de las abundantes concepciones históricas, verbales y escritas de la naturaleza de los fenómenos bélicos, y otros conflictos de no guerra, se han referido y han escrito tanto sobre la guerra, sus causas reales o inventadas, así como sobre las motivaciones de los conflictos justificados, todos en la supervivencia y continuidad de las sociedades, o de las naciones, pero poco se ha escrito de el soldado, como protagonista activo de los enfrentamientos y quien en primera instancia es la víctima inocente, abanderado en su patriotismo o nacionalismo, arraigado en su formación militar y ciudadana, dispuesto siempre a sacrificar su vida por esos principios o por la seguridad de los demás.

Se siente pesada la expresión, pero es la realidad, el soldado militar en términos generales es un sujeto sacrificable; ese hombre o mujer que ni siquiera sabe las motivaciones que llevaron al país a ese enfrentamiento interno o externo y que pelea contra otros hombres y mujeres que ni se conocen, exponiendo sus vidas en beneficio de otros hombres y mujeres que, sí se conocen; pero no se matan entre sí.
Eso es en texto claro, la mejor expresión del término soldado militar, que, por su formación y educación formal, pone en práctica sus destrezas individuales y colectivas, adoptando la responsabilidad inherente a sus obligaciones como militar, consideradas estas como los deberes que adquiere un ciudadano o ciudadana cuando ejerce el servicio militar en su país.

Es decir que los deberes referidos al estamento militar, se convierten en ineludibles obligaciones para todos los soldados en cualquier rango y son de naturaleza variada, según los mandatos de las normas establecidas en cada país, por ejemplo, en nuestro caso se establecen en la Constitución de la República en el Capítulo X de la Defensa Nacional, y que se pueden agrupar en tres grandes tareas:

1. La defensa de la soberanía y la integridad territorial,
2. Preservar el estado de derecho y la libertad de las personas,
3. La defensa y seguridad de las personas en el territorio hondureño.

Además, el soldado hondureño se emplea en una variedad de misiones que contribuyen con el desarrollo social y económico del Estado hondureño, que van desde el mantenimiento del imperio de la Constitución, como de tareas de apoyo a la seguridad pública, la seguridad hospitalaria, la seguridad alimentaria y muchas tareas que se le asignan a estos “números” como piden las diferentes autoridades, “asígneme unos números para la campaña de vacunación” por ejemplo.

En ese contexto es necesario recalcar que esas tareas son de obligatorio cumplimiento y su empeñamiento es canalizado a través de órdenes e instructivos que emanan de la autoridad superior representada en su comandante general, según el ordenamiento constitucional expresados en los artículos 277 y 278 de la Constitución de la República, como vemos no cabe el libre albedrío, son subordinados del poder político de turno por disposición legal.

De ahí que es fundamental entender que las actuaciones del soldado, no son aisladas se insertan en los planes elaborados en la documentación estratégica de Defensa y Seguridad Nacional, sujetos a un plan nacional de desarrollo integrado, como parte de un plan de gobierno concebido y apoyado desde la Presidencia de la República, sin importar de qué partido está en el poder, es claro el párrafo segundo del Artículo 272 Constitucional “Son una institución nacional de carácter permanente, esencialmente profesional, apolítica y no deliberante”, es decir no defienden partidos ni líderes políticos por antojo o porque amenacen su continuidad como institución armada, insisto en recalcar que la Constitución, expresa la concepción política de los legisladores de turno, previamente consensuadas por esos representantes del pueblo, y si tiene defectos deben corregirla los políticos, no los jefes militares.

En consecuencia no debe prejuzgarse al soldado, debe entenderse que el rol fundamental es, y será servir a los intereses patrios y a los del pueblo, hecho plenamente demostrado en tareas de apoyo y socorro en tiempos de crisis de cualquier tipo no solo de conflicto externo o interno, es infalible la presencia de un soldado en operaciones de rescate, evacuando personas y sus bienes, en tareas de traslado y entrega de alimentos y medicinas desde y hasta los lugares más inaccesibles en la geografía nacional, en cualquier terreno y condición climática siempre encontrarán la mano militar tendida para su socorro y supervivencia.

Finalmente hay que entender que la presencia del soldado es necesaria en los países llámese como se llame, guardia nacional, fuerza pública, milicia, etc., los pueblos siempre necesitaran un ser dispuesto al sacrificio por el prójimo sin prejuicios por raza, color, religión o color político, así es la naturaleza del soldado, un apostolado de servicio y sacrificio.

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