PMA y embajada alemana celebran el nobel con entrega de alimentos
Con la dotación de raciones de alimentos a familias beneficiadas del departamento de Valle, la embajada de Alemania y el Programa Mundial de Alimentos, Premio Nóbel de la Paz, celebraron precisamente el galardón otorgado recientemente.
En una gira realizada ayer, participaron: el jefe adjunto de la misión, Thomas Cieslik; Luis Alonso Guevara, alcalde de Langue; Héctor Cruz, oficial de programas PMA; Aníbal Zúniga, coordinador región sur PMA; Hetze Tosta, comunicaciones y partnership PMA; Antonio Hernández, coordinador de proyectos ADEPES, así como Maynor Carrasco y Neblin Barahona.
Tempisque y Burillos son las dos comunidades visitadas por la misión, donde entregaron las raciones de alimentos a las familias más pobres, entre los pobres, quienes subsisten gracias al apoyo social. En Tampisque, los visitantes observaron la distribución de alimentos a 30 familias, en un sencillo acto. El alcalde de Langue dio la bienvenida y explicó la situación que se vive en su municipio y cómo seleccionaron a las familias más pobres en este lugar. El departamento de Valle tiene un total de 1,642 familias beneficiadas, distribuidas en tres municipios: Langue, 522 familias; Goascorán, 470, y San Francisco de Coray , 650.
En total, 3,092 familias han sido beneficiadas con el apoyo de Alemania, quienes han recibido raciones de alimentos, durante tres meses consecutivos. Al finalizar los actos, la delegación partió hacia Burillo, donde constataron cómo se distribuyeron 80 raciones de alimentos a igual número de familias de esta localidad. Por su parte, Héctor Cruz explicó a los miembros de la misión, el trabajo en asociación con las organizaciones no gubernamentales del lugar y habló sobre la inseguridad alimentaria que prevalece en la zona.
VISITAS AL DOMICILIO
Los personeros visitaron la casa de Dilcia Ondina Silva, quien es beneficiaria del programa y vive junto con sus dos hijos, su esposo y su suegra, quienes se dedican a la elaboración de hamacas, siendo esta su única fuente de trabajo en su comunidad.
Por el único medio de subsistencia, ganan solo 40 lempiras por una hamaca de nueve paños y 30 por una de siete. Dilcia y su esposo trabajan para una persona de la ciudad, que les proporciona el material para la elaboración de las hamacas, ya que ellos no tienen fondos para comprarlo.
La familia se ve afectada porque en esta pandemia los pedidos para hacer las hamacas se redujeron, por cuanto los ingresos en su hogar son muy pocos. En similar situación se encuentra Magali Mejía, quien vive junto a su esposo y sus dos hijos con quienes se dedican a la elaboración de hamacas.
ANTES ERA DIFÍCIL, AHORA ES PEOR
Ahorita que los niños no van a la escuela, ella manifiesta que el alimento que los niños recibían por la merienda escolar era una ayuda para ellos, pero ahora el niño mayor ayuda a sus padres en la elaboración de las hamacas, cuando termina los trabajos que tienen que presentar semanalmente al maestro, que pasa casa por casa en su comunidad.
Magali manifiesta que la situación en su comunidad siempre había sido muy difícil, pero ahora es peor, pues ya no hay mucho pedido de hamaca por lo que de tres tiempos de comida lo han tenido que reducir a dos o uno muchas veces, dejando de comer ella y su esposo para darle a los niños.
La delegación constató la situación de hambre que se pasa en estas comunidades, ahora solo falta que la ayuda que dan al llevar las raciones de alimentos se mantenga, a fin de evitar que los beneficiarios terminen muriendo de hambre, hasta que su situación económica mejore.
