Alianza política, única salida de la oposición

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15 de octubre de 2020
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12:01 am
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Alianza política, única salida de la oposición

Por: Carlos Medrano
Periodista
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Algunas veces el ingeniero Salvador Nasralla me desconcierta, es demasiado ligero en sus expresiones, saca unas estadísticas que creo que ni él se las cree, se atribuye proezas que nadie las ha visto y sigue cometiendo errores garrafales para los objetivos que dice tener.

No tiene bases, no tiene estructura política, no tiene organización, pero sigue alegando que sacó más de un millón de votos en las pasadas elecciones en las que el partido Libre lo insertó como candidato presidencial.

En su perorata insostenible, Nasralla cree no necesitar a nadie para ganar las próximas elecciones, pues él dice tener la popularidad que le ha dado los 50 años en la televisión, desconociendo lamentablemente que las elecciones se ganan con estrategia, con dinero para publicidad, organización, estructura, para el día y para cuidar las urnas y los resultados después de pasadas las elecciones generales.

Las próximas elecciones estarán bien complejas y difíciles, será una guerra “a muerte”, ya que, se disputarán el poder con un Partido Nacional que se aferrará al poder a como dé lugar, que tratarán por todos los medios de continuar y seguir manteniendo sus privilegios, impunidad, beneficios económicos, que les permite tener un estatus privilegiado por sobre los demás hondureños.

Muchos miembros del Partido Nacional han sido acusados y pende sobre ellos juicios en los tribunales de la República, otros han sido mencionados en tribunales del exterior y algunos no pueden sostener su fortuna económica, después de llegar a la política “con una mano adelante y otra atrás”.

Frente a esta realidad, la unión entre las fuerzas de la oposición se vuelve cada vez más urgente y necesaria, es un imperativo categórico, como diría el maestro Ramos Soto, encontrar la unidad de figuras y fuerzas que puedan formar un solo bloque que estructure una masa incontenible en las próximas elecciones.

Deben anteponer todas las ambiciones personales, todos los intereses partidistas, todos los objetivos particulares, para encontrar a un candidato que represente a la oposición y ganar las elecciones para darle un cambio radical a este desastre económico, social y político.

El Partido Liberal, por ejemplo, después de ser una fuerza arrolladora electoralmente, hoy se encuentra altamente dividido y polarizado, deberá replantearse si le conviene unirse a la oposición política o seguir solo y correr el peligro de seguir disminuyendo su caudal electoral, hasta convertirse en un partido bisagra, sin futuro y sin ninguna razón de ser.

Salvador Nasralla debe de dejar de seguir “hablando disparates”, cifras imaginarias que solo en su lógica caben, ser más humilde y dialogar con los líderes de oposición para juntar propósitos que le permitan sacar a los nacionalistas del poder y reconstruir Honduras.

Existen nuevas figuras que podrían sumarse en ese objetivo, como la doctora Suyapa Figueroa, actual presidenta del Colegio Médico de Honduras, que ha mostrado simpatía por el Partido Liberal.

Por qué no, Gabriela Castellanos, quien en los últimos años ha desarrollado un trabajo de denuncia y combate a uno de los principales -por no decir el principal- problema que tiene Honduras, que es la corrupción pública y el despilfarro de recursos del Estado.

El Partido Nacional seguirá jugando a la división, como única arma para continuar en el poder, pero serán los líderes de la oposición política quienes deberán unirse irremediablemente, deponer sus ambiciones personales, y encontrar un candidato ideal, para lograr la victoria, sino la historia los juzgará en este momento histórico.

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