FRONTERAS

MA
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17 de octubre de 2020
/
12:25 am
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FRONTERAS

COMO consecuencia de la pandemia –presumiblemente– los gobiernos del vecindario no han sido tan abiertos a recibir y mucho menos albergar a nuestros compatriotas allá en sus países. Las autoridades guatemaltecas no solo pararon en seco a los peregrinos que viajaban en la última caravana, sino que les dieron un trato bastante objetable. Los recibieron como si fueran la peste. Se trata de seres humanos, además de hermanos centroamericanos quienes, a falta de trabajo, de ingreso para el sustento propio y de sus familias, salen desesperados en procura de algo que les asegure la subsistencia. Así que por molesto que resulte a la autoridad del vecino país lidiar con los migrantes, lo menos que podrían hacer es mostrar comprensión a la calamidad que los embarga. Nada costaba tener con ellos gestos de condescendencia.

Hasta donde se sabe, ahora que inicia la cosecha de café, vienen cortadores guatemaltecos y salvadoreños en busca de trabajo. Aquí –a manera de contraste– no reciben malos tratos, todo lo contrario, aparte de brindarles empleo, se les atiende con la debida cordialidad. Las anteriores observaciones son necesarias a raíz de las noticias generadas localmente respecto a la apertura gradual que se ha estado dando por etapas de la economía. “La directora ejecutiva del Instituto Nacional de Migración-INM, informó, que a partir del próximo 19 de octubre de 2020, vuelven a abrir las fronteras terrestres con las repúblicas de Guatemala, El Salvador y Nicaragua”. Ello comprende “el ingreso y salida de nacionales y extranjeros en todas las categorías migratorias establecidas en la Ley de Migración y Extranjería”. Para nadie es desconocido que en varios sectores del país ha habido rebrotes de la enfermedad. Era previsible que en la medida que se echan a andar las actividades económicas incrementarían los contagios. Es impresionante el hormiguero que se ve en las calles. Con todo y las restricciones de los tales dígitos a la circulación, por la afluencia de vehículos, no pareciera que la ciudadanía tiene intención alguna de cumplir las disposiciones. Igual sucede con el uso de mascarillas y el distanciamiento social recomendado. Muchos andan con la jeta pelada y la boca abierta, como si hubiese pasado la emergencia. Esta falta de atención a las normas de bioseguridad aconsejables es la mayor causa de los contagios. Obviamente que las actividades comerciales con el resto de los países en la región no podían permanecer paralizadas. La ubicación geográfica de Honduras es eje central a las comunicaciones terrestres de esos intercambios.

Así que para reactivar el comercio regional no pueden mantenerse cerrados los puntos fronterizos. Pero debe ser con la vigilancia debida y el cuidado meticuloso que evite la propagación de la peste. Una erupción inmanejable de contagios podría obligar a regresar a los confinamientos. Los nuevos requisitos de entrada y salida contemplan: “Prueba negativa COVID-19, PCR o rápida con 72 horas de anticipación”. “En el caso de viajeros en tránsito deberá asegurarse de portar la prueba requerida en el país de destino, uso obligatorio y permanente de mascarilla”. “Los horarios para la atención de viajeros nacionales y extranjeros en las fronteras terrestres serán de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde”. El transporte de carga internacional, se rige por los lineamientos de bioseguridad, aplicables al Sector Transporte Terrestre Centroamericano, aprobado por la instancia regional de Consejo de Ministros de Integración Económica”. Honduras mantiene 11 puertos fronterizos terrestres con las repúblicas de Guatemala, El Salvador y Nicaragua.

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