Cultura ciudadana: trascendental en la prevención

MA
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20 de octubre de 2020
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12:53 am
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Cultura ciudadana: trascendental en la prevención

La necesidad de neutralizar la infodemia

Coronel ® José Antonio Pereira Ortega

No se puede obviar que las ilusiones de superación y mejora en cualquier nivel familiar y social de los hondureños, deberá ser postergado, ni siquiera se habían calentado los planes para el 2020, cuando fuimos asaltados en nuestra forma de vida por la pandemia letal de la COVID-19, que hoy ya instalada nos amenaza y nos avasalla en nuestra salud, seguridad y desarrollo, y que por lo que percibe, llegó para quedarse como una epidemia más.

Este evento destructivo, ha agudizado la endeble situación del país y su pueblo, tomando en cuenta que las graves afectaciones sociales y económicas, han complicado, como nunca antes, la gobernanza y buen desarrollo del Estado, pues adicionalmente de los daños en la salud, ha dado apertura a nuevos problemas que han rebasado la capacidad estatal de repuesta efectiva y ha menoscabado la confianza de los gobernados en las autoridades, creando y expandiendo diferencias entre las mismas autoridades, las instituciones de la sociedad civil, de la empresa privada (el principal generador de empleo y riqueza), así como entre los mismos órganos estatales, designados para conducir el enfrentamiento contra la pandemia.

No se puede, ni es conveniente, desestimar las alarmantes declaraciones que algunos profesionales de la medicina han hecho en cuanto a una inminente alza de los contagios y probables reinfecciones de la COVID-19 entre los pobladores en el territorio nacional, con mayores problemas en las zonas del interior del país, que se habían mantenido casi inadvertidas o sufriendo una velada desatención de parte de las autoridades estatales, regionales y locales, sin entender qué motivación se tiene en una suspicaz manipulación y ocultación de datos.
Tampoco se puede separar de esta brutal epidemia, una situación adicional de inseguridad pública, que aumenta el desasosiego entre la población, por el hecho de tener que enfrentar dentro del contexto de la actual problemática, una serie de capítulos marcados en un ambiente de inseguridad, sobrellevado en actos de criminalidad y violencia organizada, agravado además por un sospechoso vandalismo callejero, generado en una bien montada campaña de odio y desestabilización fuera de lugar en momentos como estos, en los que se necesita de esfuerzos conjuntos de todos los sectores, incluidos los políticos que observan un comportamiento mezquino y de conductas impropias que desestiman lo que se inculca en nuestra ley primaria “la plena realización del hombre como persona humana” y se concentran en buscar afanosamente la reelección en sus actuales posiciones de lucro económico y social.

En la búsqueda de poder enfrentar este complicado escenario, marcado en su inicio por la prevalencia en nuestros conciudadanos de una pérdida total de respeto a la ley y a las autoridades, exacerbados por una creciente indisciplina social y de violencia inusitada en todos los ambientes de convivencia familiar, social y laboral que de alguna manera complican la atención dedicada al problema de la pandemia a la dedicación del Estado en el poder para contener esta indeseable situación.

Con este panorama, ante el negro escenario expuesto por los héroes de primera línea como los médicos, es impostergable el conformar sin dilación alguna, una alianza estratégica desde el nivel gubernamental, bien apoyado por el pueblo en todos sus esquemas sociales y económicos, orientados a la búsqueda de soluciones integrales inmediatas que puedan minimizar las amenazas derivadas de la pandemia, esbozados en planes armónicos que surjan de ese esfuerzo y ser ejecutados en forma conjunta sin divisiones políticas, gremiales y sindicales que socaven el desarrollo de dichos planes.

En lo que toca a la proyección de los pobladores es urgente organizar los consejos ciudadanos de todos los estratos sociales, sin prejuicios políticos, religiosos, ni gremiales plasmados en un planteamiento central: Fomentar la cultura ciudadana, como factor trascendental y determinante en la convivencia y desarrollo seguro.
Por lo anterior es prudente insertar un concepto de la cultura ciudadana: “es el conjunto de comportamientos, valores, actitudes y percepciones que comparten los miembros de una sociedad, que determinan las formas y calidad de la convivencia, que influyen sobre el respeto del patrimonio común y facilitan o dificultan el reconocimiento de los derechos y deberes de la ciudadanía”. Este concepto supone que nuestras acciones como individuos están reguladas por tres mecanismos: la ley, la moral y la cultura.

Para ello y asegurar su promoción, debe aprovecharse la riqueza cultural de los hondureños forjada a lo largo de la historia, con una orgullosa herencia de identidad caracterizada en la buena educación, respeto y sentido de responsabilidad que nos enorgullece al ser transmitida por nuestros ancestros. Trastocados estos en los últimos años por una deformación de una supuesta educación moderna, inculcada desde afuera de nuestras fronteras. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que, la cultura ciudadana no es suficiente para certificar la convivencia y la seguridad humana de la ciudadanía, pero sí es decididamente trascendental y necesaria para forjarla y promoverla.

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