¿Por qué el nombre de los primeros barrios capitalinos?

ZV
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24 de octubre de 2020
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12:53 am
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¿Por qué el nombre de los primeros barrios capitalinos?

Una calle del legendario barrio Los Dolores. Siempre han sido muy activos en el comercio.

¡Hola! amables lectores donde se encuentren. Seguimos complaciendo. Agradeciendo siempre su amable preferencia para estas líneas sabatinas.

Si bien es cierto hay que vivir el presente (por duro que sea) y el luchar por un futuro mejor, hoy más que nunca, con lo que nos ha sucedido con esta maldita pandemia, la nostalgia de un pasado aflora con esa foto del recuerdo, con escuchar una vieja canción…

La plática con la familia que poco a poco se reúne, con los amigos -de larguito siempre- se vienen los recuerdos y anécdotas de aquellos años, para muchos, quizá mejores.

y como no sabíamos -no somos adivinos- tal vez no supimos valorar en su dimensión.

Antiguo barrio El Centro. Calle peatonal de Tegucigalpa. Le vino a cambiar su fisonomía.

CAMINAR…

Caminar por Tegucigalpa y Comayagüela. Ahora algunos -lamentablemente no todos- con su mascarilla, parece que es parte de la filmación de una película de suspenso y terror.

Todo nos cambió. Las sonrisas del otrora saludo se quedan en un cubre boca. Paso apresurado que envuelve el temor a un contagio. Poco o nada de tiempo queda para reparar que lo que nos rodea está preñado de historia.

La capital. En sus viejos edificios de adobe y techo entejado y en sus angostos callejones de piedra y adoquín se escribe la historia de una Tegucigalpa que tuvo sus orígenes en las faldas del cerro El Picacho en 1578.

Los alcaldes que han pasado nada han hecho para que luzca ordenada. Es un problema ancestral. A pesar de sus aportes modernistas que luce hoy, no se ha pensado en el medio ambiente y sentido humano.

Sus angostas calles, por donde apenas circulaba un vehículo, pasaron a ser, algunas, vías pavimentadas. Otras siguen igual. Rodeadas de baches por doquier.

Llenas aún del sofocante tráfico y bullicio. Aunque algo se ha paliado en este sentido, la autorización de dos dígitos no se ha respetado y muchos se toman la libertad de conducir, aunque no sea su día.

Actualmente. Plaza Los Dolores. Con su referente espiritual, la iglesia que lleva su nombre.

UN PASADO

Sus añejas construcciones contrastan con modernos edificios. Le dan un toque cosmopolita. Cuando respira, se resiste a olvidar su pasado.

Pese a la situación de vulnerabilidad que enfrenta, es una ciudad con potencial y conserva valiosos tesoros patrimoniales.

Cuando los mineros españoles llegaron en 1578 a las orillas del río Grande y se instalaron con el propósito de explotar los yacimientos de oro y plata de la rica zona, construyeron sus primeras viviendas en el sitio que hoy conocemos como barrio “Los Dolores”.

Al llegar en 1579 el capitán Juan de la Cueva, Alcalde Mayor del Real de Minas de Tegucigalpa, comenzó a organizar el poblado que le designó gobernar la Audiencia de Guatemala a nombre de la corona española.

Poco a poco, los pobladores entre colonizadores y aborígenes, fueron distribuidos en los repartos que se extendían desde las faldas del cerro que conocían como el Zapusuca.

Llegaban hasta la margen derecha del río frente a la Comayagua de los Indios (Comayagüela) que se bautizó como barrio “La Moncada”.

Con los años, la villa creció y sus primeros barrios con nombres fueron los siguientes. Apunten. El Centro, San Sebastián conocido ahora como “El Olvido”, “El Guajoco”, Barrio Abajo, entre otros.

Y si nos vamos buscando el oriente del pueblo, se empezaron a construir casas en el borde donde finalizaban los primeros límites y que los medidores señalaban como la ronda trazada. Se origina así el nombre de “Barrio La Ronda”.

Barrio Abajo. Aquellos sus comienzos…

OTROS BARRIOS

Cuenta la historia que don Carlos Ferrufino en 1589 donó sus casas a los frailes para instalar el Convento de San Diego. Esto es lo que hoy conoces como Convento de San Francisco.

En sus proximidades se empezaron a construir casas alrededor de una especie de plazuela que se extendía desde el centro religioso hacia el oriente buscando las orillas de una quebrada (El Bambú) que desembocaba en el río Oro (río Chiquito).

Así nació el barrio La Plazuela. Con su calle principal que por el tipo de casas con alerones sostenidos por pilastras de madera se le conoció como “La Calle de Los Horcones”.

Gonzalo Guardiola, uno de los más destacados cronistas de Tegucigalpa en la octava década del Siglo XIX, relata que allá por 1590 apareció en la Villa un español al que llamaban el Bachiller de La Joya.

Se cuenta que era un joven” instruido” (estudiado) que seguramente llegó a estas tierras para servir a las autoridades coloniales.

Pero tenía un defecto, como todo humano. Rodrigo de La Joya, según los relatos de Guardiola, era pendenciero y jugador. Cuando se dedicaba a ingerir alcohol armaba escándalos en sus correrías desde La Plazuela hasta el centro del poblado.

Barrio La Moncada cuando empezaba. Junto al río, su eterno compañero en la historia.

MÁS…

En una de las casas que había construido la viuda de Sebastián Artica y Remigio Alonso en la parte baja que partía de la calle de Los Naranjos (hoy Avenida Cervantes) hasta orillas del río Chiquito, habitaba el Bachiller de La Joya.

Cuando se referían al domicilio del escandaloso español lo identificaba como el barrio de La Joya. Nombre que con el tiempo fue cambiando a La Hoya. Como se conoce desde hace tiempo, siendo de los barrios más viejos de la capital que todavía conserva algunos ecos de aquellos tiempos idos.

Y ya nos despedimos. Hemos dejado otra HUELLA histórica de los rincones de nuestra capital que tú has transitado. O vives en ellos. Hasta el próximo sabadito si Dios quiere…

Calle de “Los Horcones”. Su historia también aquí contada.

¡QUE EL ALTÍSIMO NOS CUIDE A TODOS!

(Comentarios y más a mi correo: [email protected]. Y busquen estos reportajes en mi FB. Carlos Arturo Matute)

LOS PENSAMIENTOS DE HOY:

“Si nos cruzamos de brazos, seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa”.

“Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse”.

ERNESTO SABATO. Escritor argentino (1911- 2011.)

Barrio La Hoya. Naciente. Ya supiste por qué se llama así a tu barrio.
Barrio La Plazuela. Con su también mítico arbolito, que lo identifica.
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