La enseñanza de la literatura en la vida real

ZV
/
25 de octubre de 2020
/
12:57 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
La enseñanza de la literatura en la vida real

El “loqueísmo” es un relleno innecesario

Por: Leonel Sánchez (Licenciado en Letras)

Estos meses de encierro, han obligado a realizar diversas actividades. Una de ellas es la lectura. De la cual, me ha llevado a la intención de comprender por medio de la literatura, los cambios que se dan en las personas. El libro que me ha ayudado a aclarar cómo es la naturaleza humana –en palabras mejor dichas: la naturaleza animal, de la cual descendemos- es “La Peste” del autor francés Albert Camus. El mismo texto, se muestra en la penumbra de su título, como el llamamiento a llevar de una mano la vida y en la otra, a la muerte. De ello el efecto común producido por la misma comunicación entre las personas y, ampliada, mediante los sistemas de comunicación en masa de la actualidad: la radio, televisión y, en mayor medida, todas las aplicaciones y páginas dentro del vasto mundo del internet, clarifican el temor, que al final no poseemos, si no, nos posee: el miedo a dejar de existir en vida. Y de ahí, el sentido propio mostrado en el libro, con el trabajo de los médicos, la ayuda de los mismos ciudadanos voluntarios, el aliento que brinda la religión en sus evangelios (a veces mal divulgados), todo ello con la bandera agitada en rebelión para perpetuar la vida humana, ya que es lo único posible para el humano, intentar detener el fallecer. Lo mismo ha sucedido en la vida real, en estos agonizantes meses, la ciudadanía hondureña ha escrito con sus propias palabras, lo bello y lo grotesco de la vida en la muerte, y la muerte en la vida. A pesar de las pérdidas familiares, la enfermedad del COVID–19, como la peste imaginaria de Camus, mantienen el amor y la necesidad por la vida como un sexto sentido en las personas.

No se puede dejar de lado los efectos antropológico e histórico que la literatura mantiene unidos con los hechos vividos en tiempos pasados por los autores, así como la belleza estética literaria que deja impregnada el autor en la mente del lector, de sucesos supuestamente inventados por el escritor, pero vueltos reales cuando la humanidad es impactada por el propio sentido de ser perecederos en carne y huesos. Y así Camus, con su mundo moribundo y nosotros con nuestro mundo caótico, hemos aprendido a no dejar de creer en la belleza que nos ofrece la muerte, de sobrevivirla y continuar con nuestra cotidianeidad.

Más de La Tribuna Cultural
Lo Más Visto