El alivio de la deuda de los microempresarios

MA
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27 de octubre de 2020
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12:49 am
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El alivio de la deuda de los microempresarios

Rafael Delgado Elvir

Desde el Colegio Hondureño de Economistas de San Pedro Sula hemos insistido sobre la necesidad de señales claras y profundas en el contexto de la pandemia por parte del sistema financiero, así como de las entidades públicas que rectoran y que supervisan el mismo sistema. Incluso muchos antes, al igual que otras organizaciones de la sociedad civil y entidades que representan a la micro y pequeña empresa, hemos advertido sobre el problema del sobreendeudamiento, las elevadas tasas de interés y por otro lado la exclusión de amplios sectores económicos al crédito.

En marzo de este año con la crisis sanitaria en gestación y acompañando a otros gremios, el Colegio Hondureño de Economistas de San Pedro Sula se pronunció en los siguientes términos: moratoria automática en el pago de cuotas a préstamos y tarjetas de crédito; reinicio del pago de las cuotas de préstamos con reducción de tasas de interés y ampliación de plazo del préstamo. Dado que algo de eso, pero no con la debida diligencia y profundidad estaba ocurriendo, en julio solicitamos nuevamente lo siguiente: Pedimos que el sistema financiero nacional en coordinación con la Comisión Nacional de Bancos y Seguros ponga en funcionamiento un verdadero plan que aporte sustancialmente a la situación de iliquidez e insolvencia de miles hogares y de pequeños emprendedores. El llamado es a que el sistema financiero, después de muchos años de crecimiento y fortalecimiento, implemente una readecuación de deudas que incluya una reducción sustancial de tasas de interés al financiamiento de la vivienda, de las actividades productivas y del consumo.

El tiempo transcurrió y muchas exigencias del sector productivo fueron mediatizadas y sustituidas por parches inútiles cuyos efectos no van a parar el desangramiento que significan los altísimos intereses para los emprendedores. Por lo anterior hace apenas unas semanas y con un problema tomando dimensiones más preocupantes, nos volvimos a pronunciar sobre toda la temática de la pandemia enfocando nuevamente la problemática del crédito y exigimos lo siguiente: es necesario que el sistema financiero proceda a una reducción sustancial de las tasas de intereses y a renegociar plazos y cuotas de los créditos al consumo, a la producción y las tarjetas de crédito, hechos que vendrían a crear condiciones para una reactivación económica efectiva de los microempresarios hondureños.

En días pasados el gobernante y representantes del sector bancario, escogiendo el mismo escenario de reiterados engaños, anunciaron un acuerdo que según sus expresiones representa la salvación de las micro y pequeñas empresas endeudadas. En términos generales el acuerdo que debe empezar a implementarse contempla para los deudores de categoría 1 y 2, una reducción del 2% de la tasa de interés para los préstamos que están sobre un promedio calculado del 26% para la microempresa y 14% para la pequeña y mediana empresa, con oportunidades para renegociar a 5 años con fondos propios de la banca y hasta 15 años con fondos públicos. Los intereses adeudados se consolidarán en otros préstamos que habrá de pagarse en 12 meses.

Algunos analistas dirán que lo anterior es al menos algo y que peor es nada. Sin embargo, ante la dimensión del problema del sobreendeudamiento y sus efectos sobre la ansiada reactivación económica, los efectos de lo acordado no serán significativos. Las tasas de interés para el emprendedor siguen siendo sumamente altas, los plazos insuficientes y las garantías exigidas inalcanzables, mientras el sector bancario muestra desde hace muchos años es negocio pujante con utilidades crecientes para sus accionistas y altos funcionarios.
Definitivamente que la reactivación económica sobre la que a diario hablamos, no vendrá solamente con el hecho de reabrir los negocios y seguir haciendo las cosas como antes, sobre todo la banca. Es hora de darnos cuenta de que los tiempos son sumamente difíciles y que requieren de una contribución sustancial de cada sector y sobre todo de los que han estado mejor como ser la banca comercial.

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