AQUÍ ESTÁ EL DETALLE

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28 de octubre de 2020
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12:25 am
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AQUÍ ESTÁ EL DETALLE

GANADORES Y PERDEDORES

LO que el gobierno mexicano hasta ahora ha negado –haber aceptado ser “tercer país seguro”– de acuerdo al trato alcanzado con los Estados Unidos en materia migratoria, acaba de ser divulgado. La explicación sobre los acuerdos alcanzados con el gobierno mexicano la brindó el comisionado adjunto del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), durante una conferencia virtual con periodistas. “Se acabó el modelo de “captura y liberación” –señaló el señor Robert E. Pérez– los migrantes ilegales ya no serán liberados dentro de nuestro país, ya no podrán fugarse sin consecuencias y se les regresaría inmediatamente a su país de origen”. Y aquí está el detalle: El jefe migratorio advirtió que “las personas con audiencia de inmigración pendiente en Estados Unidos tendrán que esperar en México por el tiempo que demoren sus procedimientos”.

Además, hizo otra advertencia: “La realidad es que los jueces de inmigración de EE. UU. concluyen que el 99 por ciento de los que llegan no merecen asilo, por lo que su solicitud es denegada; todo lo cual hace que el peligroso viaje y la larga espera sean en vano”. Su viaje al “sueño americano” –advirtió el funcionario– no es más que un “viaje inútil, un viaje peligroso a la muerte”. Hasta el momento cuando los norteamericanos, –bajo amenaza de sanciones arancelarias si no se detenía de tajo el flujo migratorio– negociaron tratados con México y los gobiernos de Triángulo Norte, los migrantes podían entrar a los Estados Unidos reclamando asilo y luego desaparecer dentro del país mientras esperaban una audiencia que podía tomar semanas, meses y hasta años para llevarse a cabo. El alto funcionario norteamericano ilustró que “el desmantelamiento de las caravanas humanitarias fue posible gracias a los programas de “país seguro” con los países del Triángulo Norte”. Advirtió a sus promotores en estos países que “los están investigando para aplicarles la ley”. “Estas caravanas propiciaron el ingreso de un millón de extranjeros ilegales, la mayoría centroamericanos, a los Estados Unidos”. Pero este año se redujeron a unos 400 mil, el 53 por ciento menos, gracias a los controles del programa “País seguro”. Así que más claro no canta un gallo. Sale a la luz pública mucha información mantenida en la penumbra de los nacionales durante el proceso de negociación de estos acuerdos migratorios.

La última caravana –ya con estos acuerdos en función– fue parada en seco en Guatemala. Los atendieron como si llevaban la peste. Ni siquiera el sentimiento solidario o buen trato de hermanos centroamericanos recibieron los hondureños. El gobierno de AMLO ha convertido el territorio mexicano en un enorme muro virtual. Su guardia nacional detiene y regresa al que intente pasar. Para tapar el ojo al macho el gobierno mexicano ofreció a estos pintorescos paisajes acabados un plan de desarrollo integral del Triángulo Norte. Dizque para enfrentar las raíces profundas –el desempleo, la pobreza, el temor– de los flujos migratorios. Después de una migaja que entregaron –a cada uno de los gobiernos, cada cual a su turno fue a recibir su tajadita– para un programa de sembrar palos, no se volvió a escuchar nada del ambicioso plan. Sigue la pandemia causando estragos. ¿Qué hacer para recuperar las empresas, generar empleo masivo que atienda la necesidad de esta creciente oleada de desocupados –que antes migraban para sobrevivir– hora agravada por la emergencia?

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