“Es Trump, estúpido”

MA
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3 de noviembre de 2020
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01:19 am
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“Es Trump, estúpido”

Juan Ramón Martínez

“Es Trump, estúpido”. Hoy, en Estados Unidos, se decide, si la juerga de Trump, continúa o no. En unas elecciones atípicas en la que más que una lucha entre demócratas y republicanos, lo que se efectúa es un referéndum en que la pregunta es, si continúa Trump, haciendo de la vida estadounidense una burla o se recobra el sentido común y los Estados Unidos, reasume su liderazgo mundial, recuperando su imagen y credibilidad como referente moral; o, por el contrario, continúa dirigido por un hombre al que fuera de los que creen en él y votaron por su candidatura hace 4 años, se impone caprichosamente. John Carlin, columnista de La Vanguardia de Barcelona, asistió el viernes a un mitin de Trump, donde fue testigo, de la pasión de sus seguidores que, más que republicanos, se comportan como una secta que lucha por imponer sus verdades que, como lo han demostrado los medios mundiales, son 99% mentiras. Y para darle un tono de broma trágica, después de pedirle permiso a Calígula, el loco emperador romano por compararlo con Trump, cuenta que compró una gorra de la propaganda republicana, con una de sus frases favoritas y que descubrió que, ha sido elaborada en China.

Trump es el candidato del que nadie habla bien. Los que han trabajado a su lado, muestran que no es serio; no despierta confianza; y sus juicios son típicos de un niño de 11 ó 12 años. Cohen que fuera su abogado, cuenta que cuando se lanzó, lo hizo casi jugando, buscando publicidad para sus negocios, convencido que nadie lo tomaría en serio. Contó que Melania Trump se opuso a su candidatura y que Trump, la calmó diciéndole que, no ganaría. Por ello, el primer sorprendido por los resultados fue Trump que, no conocía a nadie, y mucho menos, contaba con el equipo para integrar en él, a sus cercanos colaboradores. Inicialmente, no fue tomado en serio. Jorge Ramos fue la excepción. Lo provocó en una conferencia de prensa, de donde lo expulso — aunque al final lo readmitió– y cuando le respondió a medias las preguntas, afirmó que sería un error votar por un hombre tan impreparado, prendado del mismo, un simple showman y hacerlo presidente de los Estados Unidos. Un colega, con el cual hacemos análisis internacional, dijo en la televisión que, por lo menos, tendríamos una figura de la cual podríamos reírnos.

No sabía él y tampoco los 68 millones que le creyeron, –algunos deseosos de juerga y broma–, que, una vez ganada la presidencia de los Estados Unidos, no solo sería el Guasón enemigo de Batman, sería divertido porque todo lo que haría, provocaría risa. Creí que la interpretación del fenómeno Trump, era muy elemental. Y peligrosa. Porque no solo es Trump el responsable, sino que una parte de la población de los Estados Unidos que, igual que la población de Chile, ha perdido el norte y dominadas las emociones por la irracionalidad, han permitido el trumpismo que tanto daño provoca a los Estados Unidos. De forma que, sin exagerar, la cuestión es, si otra vez, si los que le votaron hace cuatro años, continúan en un suicido colectivo y le reeligen. Imitando la frase aquella, la economía estúpida, ahora escribe Carlin, “es Trump, estúpido”.

Ningún presidente de los Estados Unidos, se ha burlado tanto de tantos y negado hechos probados por la realidad. Niega el coronavirus; se burla de los médicos, diciendo que ganan más cuando reportan que todos los fallecidos son por el coviv-19. Y que los medios, incluso cuando “reportan un accidente aéreo en donde mueren 500 personas –cosa que no ha ocurrido en los últimos diez años–, los medios dicen que fue por la pandemia, que es una enfermedad que me es falsa, y que he derrotado”, ratificado su expresión, que se trataba de una gripe cualquiera, un poco más molesta que la común. Es decir que no solo es ególatra, como todos los políticos, sino que un neurótico que, solo acepta que existe, lo que él, determina que es, real.

Hoy sabremos si la pesadilla continúa. O termina la farsa de un gobernante al que pocos respetan; objeto de burla general que solo apoyan los sectarios, temerosos de conspiraciones y creyentes de mentiras repetidas. Dentro de pocas horas, saldremos de la duda.

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