Oswaldo Vera, cazatalentos del fútbol: “El Chileno” que bailaba en Viña del Mar, visitaba a Pinochet y se enamoró de Honduras

MA
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7 de noviembre de 2020
/
01:28 am
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Oswaldo Vera, cazatalentos del fútbol: “El Chileno” que bailaba en Viña del Mar, visitaba  a Pinochet y se enamoró de Honduras

Criado en Valparaíso -donde asistía al carnaval de Viña del Mar y visitaba al general Pinochet- y después en Washington, adonde se mudó, como hijo de un agregado militar, Oswaldo Vera, ahora vive en la colonia 21 de Octubre de Tegucigalpa, formando niños y niñas en el fútbol, desde una silla de ruedas. Su rocambolesca historia incluye un almacén de trofeos en su casa, que no se alcanzan a contar con la vista, como recompensa a su entrega desinteresada en las llamadas zonas “calientes”. Una pavorosa cicatriz en forma de zíper a lo largo de la tibia y el peroné, causa de su postración física, le hace pensar al “Chileno”, como lo conocen cariñosamente, que está pagando una enorme factura por sus errores del pasado.

—¿Es chileno o solo es un apodo?
Nací en Valparaíso, soy placerino, como nos dicen a todos los que nacimos en el cerro Los Placeres, criado allá hasta los 17 años, en un pueblo de 31 casas, donde todos eran militares.

—¿Y bajo la dictadura del general Pinochet?
Exactamente, en esa época, pero yo salí en 1976 con mi padre, nombrado agregado militar en Washington, DC.
–¿Cómo se llamaba su padre?
Oswaldo Vera, era oficial, ya fallecido.

–¿Cuánto vivió en Estados Unidos?
Como los agregados militares solo duran cuatro años, yo opté por quedarme en Estados Unidos. Ahí trabajé, jugué fútbol, practiqué todo el deporte habido y por haber, hasta que conocí una hondureña.

–¿Qué pasó?
Bueno, en 1991, vine a Honduras a visitar a los padres de la hondureña y a mí me gustó tanto Honduras porque vi el mismo estilo y muchas cosas similares a Chile.

–¿Qué le hizo quedarse?
Ya me había cansado de Estados Unidos, entonces, venía a Honduras y me iba hasta que, en 1998, el huracán Mitch me pilló aquí y entonces me quedé.

–¿Se casó con la hondureña al fin?
No, las relaciones no siempre funcionan, pero me enamoré de Honduras.

–¿Halló trabajo aquí?
Jugaba fútbol en varios equipos federados y ganaba lo suficiente para sostenerme.

–¿De qué jugaba?
Delantero.

–¿Letal en el área?
Me gustaría que eso lo dijeran quienes me vieron jugar.

–¿Trabajó de otro modo?
Trabajé para una empresa, que no voy a decir el nombre, hasta que hace 11 años quedé inválido, postrado.

–¿Qué le pasó?
Con el dueño de esa empresa, tuvimos un accidente de carro cuando íbamos para Yoro, domingo, en cosas del trabajo. La vida escoge lo que va pasar, a lo mejor estoy pagando una facturita, se lo dejo a Dios.

–¿Le ayudó la empresa?
No, (hace una pausa y quiere llorar), a los dos años me dejó de pagar, me abandonó, se olvidó de mí. No voy a decir el nombre, pero él sabe que fue así.

–¿Se casó?
Conocí a Miriam (estaba haciendo almuerzo en este momento de la entrevista). Llegó en un momento especial de mi vida, aquí estamos luchando con tres varones, nadie trabaja en esta casa, yo no puedo trabajar, quisiera un trabajo que pudiera hacerlo sentado en la computadora.

–¿Cómo inició enseñando fútbol?
Hace diez años, postrado en mi cama, se acercó una niña a pedirme que le ayudara para el equipo de mujeres, yo le dije que no, por mi problema de salud, pero me convenció, cuando me dijo que nadie le quería ayudar, porque aquí nadie quiere ayudar a la mujer.

–¿Formó un equipo?
Es una historia larga, pero al final formamos el equipo de mujeres, del sector 1, yo dirigiendo en silla de rueda y salimos campeonas. El equipo se llama “Las Pioneras” en honor a que fue el primer equipo femenino del sector.

–¿Debutaron con pie derecho?
A principio recibíamos petateadas, era liga federada, pero en los siguientes años llegaron más talentos y fuimos haciendo un equipo competitivo.

–¿Recibe ayuda?
Solo de amigos. Hemos golpeado puertas en el gobierno y nada. No sé por qué, a lo mejor porque trabajo con las colonias que le dicen “calientes”, como: La Fraternidad, Izaguirre, Canaán, La Travesía, 18 de Noviembre y todos lados de esta zona. Trabajo sin miedo, he hecho abrazarse a muchachos que se odiaban a muerte.

–¿Ha salido al extranjero?
Una vez fuimos a El Salvador a un torneo internacional, es el primer equipo burocrático, que yo sepa, que lo hizo, varones y mujeres. Perdimos 2-1 con la tercera división de El Salvador.

-¿Cuántos títulos?
Hemos ganado muchos campeonatos en U-12 y U-16. En adultos hemos perdido tres finales, y un torneo de un aniversario de un partido político, las mujeres fueron campeonas invictas en la San Miguel.

–¿Cobra por dirigir?
No. Todo es voluntad.

–¿Ha sacado jugadores a Liga Nacional?
Tres. Uno tuvo oportunidad en Real España, pero no se adaptó.

–¿Y usted con quién jugó de conocidos?
Con Carlón Martínez y otros. A él le he ofrecido muchos jugadores de mis equipos porque a él le gusta hacer debutar a jóvenes.

–¿Hay interés de los equipos grandes?
Lo que pasa es que no tienen veedores de jugadores, reclutadores, porque aquí en esta zona hay unos 15 o 20 jugadores que serían mejores que cualquiera de la Liga Nacional.

–Cuando Honduras enfrentó a Chile en el mundial de Sudáfrica, ¿con quién iba?
Con Chile, no le voy a mentir, los chilenos llevamos a nuestra selección en la sangre.

–¿Como el “Cóndor Rojas” contra Brasil?
Sí, el “Cóndor Rojas” es toda una historia, hubo tantas versiones de ese partido, hasta dicen que los brasileños le pagaron para que fingiera la herida. Yo no acepto eso.

–Pero después ganaron dos Copas América, ¿las disfrutó?
Mire, Chile ha sufrido tanto, con robos de Copa Libertadores, pero cuando ganó la primera Copa dije que ya me podía morir tranquilamente y cuando ganó la segunda, me revivió, porque me hizo creer en el fútbol chileno. ¿Se imagina ganarle a la Argentina de Messi?

–¿Es Messi el mejor jugador del mundo?
No, para mí fue Pelé, está arriba de todos y después Maradona, o Ronaldo, ‘El Fenómeno’, ese sí era un auténtico fenómeno.

–¿Sus jugadores chilenos preferidos?
Tengo tres: Elías Figueroa, Carlitos Cazsely, el Rey del Metro Cuadrado, y “Bam Bam” Zamorano.

–¿Olimpia o Motagua?
Soy blanco en todos lados.

–Vera Cose, ¿de dónde son sus apellidos?
Mi bisuabuelo era de origen yugoslavo, emigró a Chile huyendo de las guerras.

–¿Fue al Festival de Viña?
Claro, ir a al festival era uno de mis lujos, por así decirlo, pero cuando yo iba era un cerro, no habían gradas ni ese escenario de ahora.

–¿El más famoso cantante que vio?
A Raffaella Carrá, te imaginas viendo a ese mujerón, y a Camilo Sesto.

–¿Y Don Francisco?
Ya era famoso en la televisión, fue el primero en hacer los teletones en Chile, aunque muchos dicen que fue Jerry Lewis en Estados Unidos.

–¿Conoció al general Pinochet?
Cómo no voy a conocer a mi general, recuerde que yo estaba niño y acompañaba a mi padre a las reuniones con él.

–¿Lo admira?
Claro, por lo que hizo por Chile, mire lo que ahora pasa en Chile, vandalismo, robando a los pobres, en tiempos de Pinochet no hubiese pasado nada de eso.

-¿Hubiera votado por cambiar la Constitución?
A mí no me gusta la política, pero dígame ¿qué va a cambiar? ¿Va cambiar que roben o que asalten?

–¿Ha vuelto a Chile?
Desde que estoy aquí no he vuelto. Mis padres ya fallecieron, pero tengo una hermana allá, otra en Suecia y otra en Estados Unidos.

–¿Cómo ha pasado la pandemia?
Terrible, soy un hombre que salía todos los días, por mi trabajo con las niñas y niños, y de repente ya no podía salir. Me siento esposado y sin trabajo.

–¿Cómo se sostiene?
Vivo de lo que me ayudan ciertas personas, como mis amigos el doctor Bustillo y Martín Chang. Vendo productos de limpieza, pero este mes no hemos vendido nada. Yo vivo de la gente, si me dan, pero lo acepto con felicidad. Aquí no ha pasado, ni la bolsa solidaria en esta pandemia.

–¿Qué trabajo le gustaría?
Me gustaría ser veedor, reclutador de talentos, ser enlace con los equipos federados y la Fenafuth. Organizar escuelas de fútbol para los equipos, no se necesita mucho dinero, lo mejor es que hay materia prima.

–¿Ha propuesto su proyecto?
He hablado con varios, con Fayito Gutiérrez, fui a pedir permiso a la Conapid y no me hicieron caso, ni porque estaba Wilmer Velásquez y Arnold Cruz.

–¿Legalizó su situación migratoria?
Todavía no, espero una amnistía para casos como el mío.

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