LAS COSAS BUENAS

MA
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8 de noviembre de 2020
/
12:25 am
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LAS COSAS BUENAS

EN nuestro país hemos detectado desde hace muchos años, pero sobre todo en estos últimos tiempos, la necesidad visceral de algunos por disfrutar las circunstancias negativas que le ocurren a la sociedad hondureña. Cada vez que en los cables internacionales aparece una noticia “roja” respecto de Honduras, elaborada por periodistas o personajes extranjeros que en verdad desconocen nuestras interioridades y contradicciones reales, corren a la velocidad del sonido a reproducir eso negativo en las redes sociales o donde sea, con los agregados, los supuestos y los inventos añadidos de los autoflagelantes.

No somos, hasta ahora, grandes inventores en materia filosófica, científica, tecnológica o literaria, con las salvedades de cada caso. Pero somos expertos en repetir, inventar o exagerar medias verdades, frases trilladas o noticias falsas. Son pocas las personas equilibradas que se detienen a observar los hermosos paisajes del entorno; o que subrayan las cosas buenas, o excelentes, que les ocurren a varios hondureños, ya sea que se destaquen aquí en nuestros lares; o más allá de las fronteras patrias.

En el actual contexto vale la pena destacar, cuantas veces sea necesario, que un jovencito catracho acaba de ganar una MEDALLA DE ORO en la vigésimo segunda Olimpiada de Matemáticas a nivel de América Central y del Caribe. Probablemente se trata de la primera medalla de oro que un hondureño obtiene en esta rama tan difícil de las ciencias formales. Debe ser motivo de orgullo para Ezra Guerrero (el premiado); lo mismo que para su familia; la Universidad Pedagógica Nacional “F.M.” que entrenó a los muchachos participantes procedentes de distintos colegios de secundaria; y para todos los hondureños que aman todavía a esta provincia remota llamada Honduras.

A este premio singular habría que añadir los reconocimientos literarios e intelectuales, nacionales e internacionales, de otros paisanos que han obtenido laureles en los campos de la literatura, de la medicina y del pensamiento en sí mismo. Esto significa que el hondureño mestizo posee grandes potencialidades que por regla general se mantienen como escondidas, silenciadas o inhibidas, por razones y motivos que es necesario volver a estudiar, dentro de la faceta negativa de nuestras tradiciones, en tanto que el fenómeno cultural posee cuando menos dos caras: La negativa y la positiva.

En Honduras han nacido, y seguirán naciendo, personalidades de alcance continental y extracontinental. Desde los comienzos de la República; o quizás, incluso, desde los tiempos coloniales. Poco a poco los archivos de primera mano han puesto al descubierto nombres de personajes que brillaron desde antes de la Independencia, como en los casos de José Lino Fábrega y Antonio de Paz y Salgado. Mencionamos estos dos nombres porque siguen siendo hondureños completamente desconocidos, tanto en las escuelas, en las oficinas públicas, en los colegios como en las universidades.

No es factible, ni mucho menos, afianzar la identidad nacional criollo-mestiza, bajo el desconocimiento de las personalidades que con sus talentos de oro y de plata, o con sus pergaminos imborrables, realzan el nombre de nuestro país. Tampoco se debe desconocer el trabajo silencioso de los oficinistas, campesinos, transportistas y operarios que cada día sostienen la columna vertebral de la economía nacional. Mientras otros vociferan a los cuatro vientos contra los valores nacionales y contra todo lo que huele a éxito, estas personas trabajan en silencio, día y noche, a fin de que nunca se derrumbe el pequeño aparato productivo nacional, a pesar de las tormentas tropicales y otras desgracias. Mientras otros manchan las paredes del honor nacional, hay hondureños laboriosos y silenciosos que cada día escriben con tinta dorada sobre una página en blanco que, con el correr de los años, las décadas y los siglos, vendrá a significarse como algo prestigioso no sólo para beneficio de nuestro famélico país, sino de toda la región centroamericana y caribeña. E inclusive del continente.

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