¡Aflora la calamidad!

MA
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9 de noviembre de 2020
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02:19 am
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¡Aflora la calamidad!

Los albergues siguen llenándose de damnificados que lo perdieron todo.

¡Aflora la calamidad!. La calamidad entera aflora en por lo menos 300 mil damnificados del huracán Eta, sin luz eléctrica, ropa, comida, agua y la incertidumbre de regresar a sus hogares, muchos de ellos derrumbados o todavía completamente inundados, según reportes oficiales.

El recuento total de los daños sigue siendo todo un desafío para el gobierno, mientras crece el número de muertos rescatados entre lodo y los escombros, además de cientos de familias alojadas en improvisados albergues, especialmente en el Valle de Sula, la zona más devastada por la pavorosa crecida de los ríos Ulúa y Aguán.

“Viene la parte más crítica de las inundaciones que es ayudar a los damnificados con alimentos, ropa”, dijo el alcalde de El Progreso, Alexander López, donde hay unos diez mil afectados. “Hay temor por las enfermedades y la tristeza de no poder regresar a sus hogares de la manera más segura”.

El gobierno sigue recabando las estimaciones de los daños del paso del huracán, hasta ahora, con 43 muertos oficiales, más de 300 mil manzanas de cultivos dañados y por lo menos 1.7 millones de personas afectadas a nivel nacional, unas de 300 mil de las cuales lo perdieron todo.

“Las pérdidas son cuantiosas, es difícil hacer un recuento, pero nos vamos a concentrar en las próximas horas en recuperar las carreteras productivas dañadas a nivel nacional”, precisó el ministro de Infraestructura (Insep), Roberto Pineda.

“NO ESTÁN SOLOS”

Los cuerpos de socorro trasladan el cadáver de una persona en un sector de Chamelecón.

Luego de un recorrido por el Valle de Sula, el Presidente Juan Orlando Hernández puso en marcha el plan “No están solos” para auxiliar a unas 60 mil familias (unas 300 mil personas) del Valle de Sula con alimentos, enseres domésticos y la reconstrucción de sus viviendas.

El plan va acompañado de un fondo de 100 millones de lempiras para restablecer asimismo los tramos carreteros y puentes cortados por la tormenta y que mantienen incomunicado miles de hondureños a nivel nacional.

El gobierno abrió a los proveedores la recepción de ofertas de camas unipersonales, estufas de gas y otros enseres de la cocina que serán donadas a las personas damnificadas, una vez que regresen a sus casas.
Al mismo tiempo, más de cinco mil socorristas -entre militares, policías, bomberos, personas particulares, militares norteamericanos y Cruz Roja- se han lanzado en labores de rescate de personas todavía incomunicadas, desplazadas, ahogadas y desaparecidas.

“Tenemos muchas personas en techos y en aldeas, pueblos y colonias”, dijo Manuel Zelaya, el jefe de los bomberos hondureños. “No podría precisar la cantidad de personas por rescatar, pero son muchas”, subrayó el jefe bomberil.

A las labores de rescate se sumó un contigente de la Cruz verde salvadoreña y se esperan nuevos refuerzos de Colombia, México y Costa Rica, dijo el ministro de Gobernación, Leonel Ayala.

MÁS DE CIEN DESAPARECIDOS

Esta familia sigue desaparecida en Belén Gualcho, Ocotepeque.

Conforme las aguas bajan sus niveles, las familiares intentan regresar a sus hogares sin lograr recuperar el trauma por la tormenta. “La corriente arrastró a muchas personas, los cuerpos no se han podido encontrar”, dijo Juan Osorio, quien lidera a los damnificados del albergue “El Edén”, ubicado en la aldea Calán en Villanueva, Cortés. “Hay más de cien personas desaparecidas que todavía no los hemos encontrado”.

Los habitantes que lograron ponerse a salvo en este albergue claman por ayuda, atormentados además por la pesadilla. “Lo perdí todo, me tuvieron que sacar chineado porque la corriente se vino de repente”, precisó Francisco Martínez, sentado en una silla de ruedas. “Yo no regreso ahorita a mi casa, me da miedo, todo quedó como el desierto”.

Los recuerdos de la gigantesca corriente que desbarató la aldea en media hora se suman a la calamidad en la que han quedado después de perderlo todo. “No pude sacar ni mi ropita”, comentó Carlos Argueta, quien agradeció a los donantes particulares y la alcaldía por la comida, agua y ropa.
“Solo Dios sabrá qué hacer con nosotros”, subrayó en medio del llanto doña Elvira Guzmán, residente desde hace 60 años en esta aldea, a media hora de San Pedro Sula, donde hay unos 30 mil albergados, por ahora.

BÚSQUEDA INTERMINABLE

El gobierno ha puesto en marcha un plan de rehabilitación de la red vial del país.

En Chamelecón, otro de los sectores mártires de la tormenta, la labor heroica de los cuerpos de socorro es sin descanso. Ayer, rescataron el cadáver de una persona del río ante el asombro de los vecinos, que, por su parte, siguen limpiando casas, muchas de ellas soterradas.

El video del rescate se ha hecho viral provocando la consternación entre los sobrevivientes del sector, que ya comienzan a familiarizarse con estos hallazgos en la medida que las aguas vuelven a su curso.

En algunas comunidades, las labores de búsqueda se han complicado debido a las inundaciones persistentes en las zonas bajas y derrumbes mientras crecen los llamados de auxilio de familiares buscando a sus familiares desaparecidos, en algunos casos, familias enteras.

A nivel nacional, siguen apareciendo más personas soterradas o ahogadas. Como el servicio eléctrico en muchos sectores inundados fue cortado, las personas perdieron contacto telefónico. Otros familiares, recurren a los listados del gobierno de personas albergadas con la esperanza de ver los nombres de sus parientes.

En la comunidad Cerro Verde, en Belén Gualcho, Ocotepeque, los vecinos relataron que una casa se vino abajo sepultando a una pareja con sus dos hijos. Como llovía fuerte, nunca más volvieron a saber de las víctimas. Ahora, la foto de padres e hijos en vida circulando en las redes se suman a decenas de casos más, cuyos familiares siguen con la esperanza de encontrarlos vivos. (EG)

En el Valle de Sula continúan los rescates de personas incomunicadas desde el viernes pasado.

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