Arte-Eta

MA
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10 de noviembre de 2020
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02:41 am
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Arte-Eta

De tal palo tal astilla

He estado, como todos los hondureños, sufriendo con tanta calamidad que nos ha venido a azotar, pareciera que no salimos de una para entrar a otra desgracia. Podría escribir ahora “los versos más amargos” … sin embargo, en medio de tanto dolor y duelo, retomo el tema del arte en tiempos difíciles; es justamente en estos momentos donde aquella expresión que dice “una imagen habla más que mil palabras” resuena en mi mente, y es que el arte es el mejor referente que tenemos para contar las historias de un país, comunidad o grupo de personas.
Con el paso del huracán Eta, he podido observar infinidad de imágenes elaboradas por nuestros artistas, en las que se hacen palpables el dolor y el sentimiento de un pueblo que llora… llora a mares… hay inundación en las casas de nuestros compatriotas, así como en su mismo corazón. He visto imágenes de personas tomándose de las manos sobre el mapa de Honduras resquebrajado con el título “el pueblo ayuda al pueblo” también vi un arte en el que aparece una niña con la Bandera de Honduras bajo la lluvia, inundada hasta el pecho y ella llorando, recogiendo las estrellas que se han desprendido de la bandera por el inclemente clima, también he visto reflejada en un dibujo la imagen de una familia sobre el techo de su casa inundada, con una expresión de dolor viendo al cielo y las nubes hacen la forma del mapa de nuestro país.

Otra imagen que me conmovió, fue una en la que se ve salir del agua de las inundaciones, dos manos, palma con palma, en actitud de ruego, lo interesante es que las manos están hechas de figuras humanas sufrientes, lo que me sugiere una intención de suplica y dolor… en fin, he visto tanto Arte-Eta en estos días que me ha hecho analizar dos situaciones; la primera es reconocer como una imagen puede conmover hasta las entrañas al observador; y no solo eso, si no que lo puede mover a tomar cartas en el asunto, pues la raza humana es emocional, y son justamente las emociones, muchas veces más que el razonamiento, lo que nos hace actuar. El segundo asunto que me ha llamado poderosamente la atención, es justamente el hecho de la importancia que se le debe dar al arte como una herramienta fidedigna para registrar más allá de lo que pueden hacer las palabras, los hechos históricos y el sentir de un pueblo.

Hoy quiero hacer dos llamados; el primero, como una abanderada del arte y la cultura, para que le demos al arte el lugar que debería en la sociedad, es en realidad una fuente de desahogo, una forma de expresión y un arma letal (en el buen sentido de la palabra) para atravesar los corazones de piedra que no generan de manera natural empatía por el prójimo.

El segundo llamado es hacia la ciudadanía en general para que apoyemos a las personas que hoy están en desgracia; he podido contemplar en estos tiempos, casas, estudios y obras de arte de hermanos colegas, en ruinas por el huracán, mi corazón se duele por todos ellos que hoy tienen que empezar de cero. Ayudemos con lo que podamos, y si por casualidad se cruzan con algunos artistas que hoy cayeron en desgracia por esta situación, no se olviden que ellos son los precursores e historiadores de las causas del pueblo pueblo, y apoyen, no solo a sus personas, si no también a su labor… que el huracán se lleve cosas materiales, finalmente, todo se puede recuperar, pero que sus vientos nunca se lleven la solidaridad y sentimientos nobles de un pueblo acostumbrado a las desgracias…

¡Que no muera ahogado el arte señores! ¡que viva Honduras! ¡que vivan sus artistas! ¡que viva el Arte que se produce en toda situación difícil! Finalmente, como mencioné antes, las imágenes dicen más que mil palabras y muchas veces son la mejor herramienta para sensibilizar a un corazón y moverlo a colaborar.

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