Tristeza al ver el menaje de sus vidas “nadando” en el fango
Tristeza al ver el menaje de sus vidas “nadando” en el fango. Salió a la velocidad de un rayo cuando miró que el agua le llegaba a las rodillas. Solo agarró a su mujer, su hija y dejó a su vástago mayor a que cuidara la casa, mientras regresaba con un camión a llevarse las cosas en la colonia Celeo Gonzales, en el Valle de Sula.
Pero al llegar, vio como las crecidas ya había cubierto toda su colonia y miraba a sus vecinos a la orilla de la pavimentada, que había salvado sus vidas, y solo tenían la ropa puesta.
Pero Martín (no quiso dar su apellido), lo perdió todo. Se puso como loco y se comunicó con su hijo, quien estuvo por 48 horas en el techo, hasta que lo rescataron.
La tristeza de Martín lo invadió al entrar ayer a su casa en la Celeo Gonzales. Su casa tenía, al menos dos metros de lodillo, el agua llegó hasta el techo. Se perdió todo. El menaje de la casa que se había conseguido a través de toda una vida, era parte del fango.
“No tenía hambre, ni sed. No quería ya nada en la vida, esta es una decepción. Perderlo todo, pero las palabras de mi hijo Germán me dieron aliento y ahora tengo que seguir, por él y por mi niña, pues les falta el estudio universitario y ahora a ver cómo se los doy, pero que salen adelante, salen.
Los damnificados por las inundaciones del catastrófico huracán ETA en la costa norte del país, iniciaron labores de limpieza con la esperanza de volver a sus añorados hogares.
La inundación de ETA, dejó las viviendas con lodo y escombros que arrastraron las aguas que en este caso son las que se desbordaron del caudaloso río Chamelecón.
En las tareas de limpieza, los vecinos de La Planeta y de la Celeo Gonzales, fueron acompañados por familiares y amigos solidarios con su tragedia.
Además de limpiar las viviendas, los damnificados también procedieron a limpiar sus vehículos que quedaron bajo el agua con la esperanza de que al darles el mantenimiento respectivo de nuevo funcionen.
Para olvidar las angustias y digerir el “trago amargo” que les dejó ETA, los damnificados contaron sus experiencias y vivencias al momento de abandonar y dejar sus viviendas inundadas.
Muchos recordaron que en la fatídica madrugada del 5 de noviembre después de avisarles en los chats de sus respectivas colonias que abandonaran sus casas antes de que las correntadas de agua los arrastraran, salieron solo en chancletas y calzonetas, porque lo importante era salvar sus vidas.
Una vez que salieron de sus colonias los damnificados que tienen familiares o amigos en las partes no inundables de San Pedro Sula, acudieron en su auxilio para que les brindaran apoyo.
Todos comentaron que recibieron y reciben la mano solidaria de sus familiares y amigos, porque aún siguen fuera de sus viviendas a las cuales regresarán una vez que la humedad de sus casas y las aguas de las calles hayan desaparecido. (JS)
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